Muchos hemos tenido la satisfacción vanidosa de ver en la letra impresa y el papel de un libro lo que en principio tan sólo fue un borrador escrito a mano o al ordenador. Incluso algunos hemos estado tan a pie de obra que hemos conocido todos los pasos del proceso de edición, desde un original y sus primeras pruebas de imprenta, hasta la elección de las pastas, el primer ejemplar y la distribución del libro. Es una experiencia extraordinaria que sólo me abate cuando veo un buen texto que sale de imprenta desaliñado y defectuoso o una obra mala pretenciosamente editada. Y es una experiencia que sigo teniendo ante libros propios y extraños y que me reafirma en la importancia que tiene el hecho de escribir para que se lea. Me ocurre ahora cuando tengo en mis manos este bello volumen de mil doscientas páginas que es el resultado, en primer lugar, de una reunión en la que participé y en la que se decidió el título del congreso de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII, Hacia 1812 desde el siglo ilustrado, y, luego, de unas ponencias y comunicaciones que tuve ocasión de escuchar y sobre las que, en la mayor parte de los casos, pude departir con sus autores, en Cádiz, entre el 24 y el 26 de octubre del año pasado. Como dice en las «Palabras preliminares» Fernando Durán López, coordinador de la edición y que es quien mejor podría expresar la satisfacción de ver este libro impreso, «no fue un Congreso sobre 1812, ni limitado a cuestiones relacionadas con la crisis constitucional y el proceso político, sino que trató sobre todo aquello que en el terreno de la historia, el pensamiento, el arte, la literatura, la economía, el ejército, la administración, la sociedad, las costumbres, la lengua, la ciencia, las ideas políticas y jurídicas, etc., ocurrió en el siglo XVIII, antes de 1812, que puede explicar aquello que pasó entonces». Las cuatro secciones en las que está estructurado el volumen son buena prueba de la variedad y riqueza temáticas derivadas de una participación numerosa que, sin embargo, concuerda en el sentido común de la pregunta ¿qué hubo en 1812 del espíritu ilustrado?: «Raíces y semillas del cambio», «Una sociedad en transición», «Literatura y arte comprometidos» y «Nombres entre dos épocas» ordenan —evitando con buen criterio el «desorden alfabético»— las aportaciones en torno al modelo político-social de la monarquía borbónica, a las claves de la transformación de finales del siglo XVIII y los primeros años del XIX, a diversos testimonios de la cultura ilustrada y comprometida, y, por último, a una galería de nombres señeros —Jovellanos, José Vargas Ponce, Blanco White...— con participación de vario signo en aquellos tiempos. Hacia 1812 se cierra con las palabras que el historiador y maestro del dieciochismo Antonio Mestre Sanchis pronunció en el homenaje que le rindió la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII en su congreso, y que son una clarividente síntesis de claves fundamentales para comprender la época ilustrada a partir de una figura tan relevante como la de Gregorio Mayans, a la que tanto dedicó el que fuera catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Valencia. Hacia 1812 desde el siglo ilustrado. Actas del V Congreso Internacional de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII está publicado por las asturianas Ediciones Trea y la imagen de la cubierta proviene del cuadro de Goya La Verdad, el Tiempo y la Historia (Alegoría de la Constitución de 1812), que se encuentra en el Museo Nacional de Estocolmo.
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