miércoles, abril 30, 2014

De homonymia


Puede tener su gracia lo que aquí se lee; aunque no para todo el mundo. Los allegados al otro no vieron ningún motivo para la chanza. Ahora que todo quedó en nada, resulta curiosa, y sin mofa, una coincidencia que solo lo es para algunos. A los Gabriel García Márquez les pasó lo mismo cuando al escritor colombiano le dieron el Nobel, o ahora, cuando todos los medios del mundo han traído la noticia de su muerte; que les hace gracia. Les hace gracia llamarse igual que el único protagonista. Quizá porque se trata de un notable; pero no sentiría uno lo mismo al ver su esquela en un periódico o al ser detenido en un aeropuerto por llamarse igual que el violador prófugo más buscado. Homónimos, sosias, gemelos no embrionarios, divertidas coincidencias, dobles de los que no sabíamos nada hasta que el día menos pensado —¿pensado?— nos hace gracia el reflejo. Nos hace gracia.

sábado, abril 26, 2014

Crónica de feria


El jueves viví otro efecto de la incuria que nos rodea. Fue en la Feria del Libro de Cáceres. Este estúpido que escribe había preparado unas notas para presentar un libro extraordinario de José Antonio Zambrano, Lo que dejó la lluvia (Calambur Editorial-Editora Regional de Extremadura, 2014), junto a Ramón Pérez Parejo, que le ha escrito un iluminador prólogo —«Un hombre es lo que cuenta». Había preparado unas notas de situación de la poesía de José Antonio, una sincera incitación a su lectura y una convencida afirmación de la importancia de su figura en las letras extremeñas y españolas. Cosa breve —solo disponíamos de media hora—, porque luego hablaría Ramón Pérez Parejo para profundizar algo en la obra. E iba a decir también, con el debido respeto, que si yo fuese responsable de la Feria del Libro de Cáceres mimaría a todos los autores que participen; pero principalmente a aquellos que vengan avalados por una trayectoria literaria y un reconocimiento contrastado. Lamentablemente, no es esto lo que prevalece, sino la relevancia en otros ámbitos del que interviene, sea obispo o presentador de televisión. Lo peor de ayer fue que quien podría haber sido un autor con el que la feria cacereña debería haber sacado pecho, por decir que lo tenía en su programación, quedó relegado a una hora imposible —las 21:15; y la feria cierra a las 21:00— y a un público inexistente. Así que la presentación del libro de poemas de José Antonio Zambrano, Lo que dejó la lluvia, no se celebró. Vergüenza. Por eso, ahí van estos ovillejos que no merecen el nombre. Sean, pues, unos ovillujos, para la afición en general:
¿Hoy lo de Zambrano es?
No sé.
¿Qué hace quien con él se sienta?
Presenta.
¿Pero la feria o el libro?
El libro.
Esta noche no me libro,
y pongo aquí, contristado,
lo que la lluvia ha dejado:
que no se presenta el libro.

jueves, abril 24, 2014

El Día de Letras en Cáceres


Con motivo de la festividad del patrón de Filosofía y Letras, San Isidoro de Sevilla —el 26 de abril—, mi Facultad organiza mañana día 25 de abril toda una jornada abierta al público en el centro de la ciudad, en el Instituto de Lenguas Modernas de la UEX (Avda. Virgen de la Montaña, 14). Por la mañana, con un ciclo de micro-conferencias de quince minutos cada una, en la que algunos profesores expondrán un tema de nuestro ámbito de estudio dirigido principalmente a alumnos de los institutos de Enseñanza Secundaria de Cáceres. Por la tarde-noche, el filólogo clásico, escritor y crítico Carlos García Gual impartirá una conferencia sobre «Novela y cine de romanos» y le seguirá un espectáculo de títeres barrocos a cargo del grupo La Máquina Real. Es el segundo año que celebramos el día de nuestro patrón trabajando, y no ociosos en una jornada no lectiva; y el segundo también que lo hacemos fuera de nuestra Facultad. Contra el descrédito social y utilitario de las Humanidades, iniciativas como esta tienen mucho sentido. Cada vez más.

miércoles, abril 23, 2014

Cuadernos del Matemático, 25 años


Una notoria y feliz diferencia —una más— entre otros empeños y el de la revista Cuadernos del Matemático es que esta sigue cumpliendo años. Van veinticinco. Cinco más desde la última vez que lo celebramos. A poco de comenzada la segunda parte del Quijote, y cuando Sancho Panza satisface al bachiller Sansón Carrasco de sus dudas y preguntas, éste le informa de que algunos dicen por ahí que «Vengan más quijotadas: embista don Quijote y hable Sancho Panza, y sea lo que fuere; que con eso nos contentamos». Por cierto, Sansón Carrasco tenía veinticuatro años, uno menos que Cuadernos del Matemático. Así que, vengan más «Noticias de... » tantos en forma de poemas, tantos cuentos, más cuadernos de «Lavarquela» y más ensayos y reseñas críticas de libros y libros. Vengan, que con eso nos contentamos. Felicidades. Además, felicidades porque este número especial viene lleno de un montón de textos de mucho interés. Son muchos. Hoy me apetece citar un poema sin título de María Ángeles Pérez López (pág. 132). Es un poema sobresaliente, dedicado a Chantal Maillard, y es un poema necesario; que hoy, de haberse dado de otro modo las cosas, habría llevado —también pensé en un texto de Elena Poniatowska— a la lectura pública que todos los 23 de abril organiza el Gran Teatro de aquí, de Cáceres. La cubierta de este número tan especial de Cuadernos del Matemático va ilustrada con la reproducción —fotografía de Paco Rivera— de una pieza del escultor y pintor Antonio López y —en la cuarta— con una instantánea del propio Antonio López en el patio de su casa ante una de sus cabecitas infantiles en alabastro. Dentro, sin dejar al artista manchego, el texto «Compleja sencillez del arte», de Tomás Marco, es como un segundo editorial de esta celebración de 228 páginas de otro cumpleaños. Felicidades, Ezequías y Zía.

domingo, abril 20, 2014

Emendatio ope codicum

Conforme a las categorías modificativas de la crítica textual, me parece que esta imagen —tomada el pasado miércoles— nos muestra una emendatio ope codicum por supresión. La constitutio del texto es fácil: PSOE-PP-UGT-CCOO Y BORBONES IGUAL DE LADRONES ARENAS, FLORIANO TRINCANDO SOBRES Y EL PUEBLO COMIENDO SOBRAS. Y el proceso de composición ha sido por adición en dos fases, las que se corresponden con los dos renglones; y por supresión en la última y, por ahora, definitiva. Y demoledora por su elocuente generalización. Es como si el autor de la pintada, abrumado por las circunstancias —y no tanto por la censura, la autocensura o el riesgo de ser sorprendido—, hubiese decidido constatar la apabullante notoriedad de la acción y prescindir de los agentes, cualesquiera que sean. Su emendatio es tan cabal y diligente que se diría que se ha demorado más en ella que en la escritura primera. Lo que podría llevar a pensar en más de una mano. Nótese, además, la incontestable correlación simultánea de los gerundios. Proverbial.

miércoles, abril 16, 2014

Pasto de la aurora


La raquítica fortuna póstuma de Carlos Salomón (1923-1955), muerto un mes después de cumplir los treinta y dos años, engorda con esta estupenda edición del que fue su primer libro, inédito hasta hoy, Pasto de la aurora (Edición y estudio introductorio de Ángel L. Prieto de Paula. Barcelona, Anthropos Editorial y Fundación Gerardo Diego, 2014). El poco aireado nombre de este poeta ha estado siempre ligado al de la revista Proel y a algunos de los que estuvieron vinculados a ella, principalmente, los de los santanderinos José Luis Hidalgo y José Hierro; y sus reconocimientos han quedado circunscritos al ámbito de Cantabria, desde homenajes hasta rescates editoriales como el de su libro póstumo La brevedad del plazo (1995) o la publicación de su Obra poética en 2007. De todo ello da cuenta rigurosa y certera tan buen conocedor de la poesía española como Ángel Luis Prieto de Paula en la introducción de la edición de este libro que, cómo no, se hace realidad gracias a ese impresionante fondo que es el Centro de Documentación de la Poesía Española del Siglo XX de la Fundación Gerardo Diego. El poeta de Manual de espumas fue uno de los principales valedores de Salomón, y de su archivo personal proviene el original mecanoscrito —mecanuscrito en el texto del estudio— de este libro, Pasto de la aurora, que ahora se da a las prensas. Lo he leído con la avidez por lo nuevo, pues hasta el momento mi conocimiento de Salomón era lejano por de oídas. Y tan nuevo, ya que se trata de un libro nunca publicado y sobre el que no hay constancia de que su autor quisiese publicar. Al menos, no hubo expresión en contra. Por esto es una buena puerta de entrada a la poesía de Carlos Salomón, un breve libro que ofrece intensidad en la convicción creadora y en el anhelo erótico del que escribe y que muestra, como se encarga de avisar Prieto de Paula, atisbos de lo que luego será un sistema métrico mucho más hecho y característico. Los dos últimos versos del primer poema, «Las palabras», de una sección del libro tan culminante como «Lo maravilloso», encierran claves poéticas de peso: «Palabra, ¡oh, tú, verdad o música! / ¡Oh desnuda entre todas, muerte mía!». Hay que celebrar esta publicación. Y...

martes, abril 15, 2014

Antes de Lo que dejó la lluvia


Quizá pueda servir de acuse público de recibo del libro de José Antonio Zambrano Lo que dejó la lluvia (Madrid, Calambur Editorial-Editora Regional de Extremadura, 2014), esta imagen con su texto de una página, la de «Los zíngaros del desierto», concebida por Fernando Clemente como la última del suplemento Alcaraván de La Gaceta Independiente, en la que dedicamos (septiembre de 2013) un espacio al poeta. Habrá ocasión en Cáceres de volver sobre este libro que conocimos un grupo de amigos hace poco más de un año. Quede aquí este reconocimiento que no había difundido y que comenzaba «José Antonio Zambrano (Fuente del Maestre, 1946) es uno de los poetas más deslumbrantes y exigentes de la poesía contemporánea».

lunes, abril 14, 2014

14 de abril


Puede verse también.

viernes, abril 11, 2014

Más vida a la vida


© Ramón Torrent
En El séptimo vicio, el espléndido programa de cine de Javier Tolentino que aún pervive en Radio 3, escuché hace unos meses —«una semana» en la primera versión de este apunte— una entrevista con Javier Corcuera, director de la película peruana Sigo siendo (Kachkaniraqmi), de 2013, en la que un músico decía que bailar es «dar más vida a la vida» —hay que ver esa película; yo me fío del criterio de Tolentino. Me acordé de «Quien lee, vive más». Algunas tardes en las que escucho esta frase desde la voz de Javier Lostalé en La estación azul de RNE no puedo leer. Voy conduciendo. Son las tardes de mis sábados hacia Zafra, cuna redoblada porque es espacio y tiempo que paso con mi madre. Javier Cercas tenía razón cuando dijo que Juan Cruz tenía razón cuando dijo que sólo generan polémica los artículos ilustrados por nombres propios. Javier Lostalé puede estar todos los sábados componiendo sus textos sugerentes para decir «Quien lee, vive más»; pero basta que Cercas escriba algo en su medio para que sea esto lo que se difunda y se repita. Bien está. Yo lo hago ahora: «leer novelas y vivir no son actividades contradictorias, sino precisamente complementarias. De hecho, lo primero que aprende el buen lector de novelas es que leer es vivir más, porque es de algún modo vivir todas aquellas vidas que no hay posibilidad o tiempo de vivir. Quien objete que una cosa es la experiencia vital y otra la literaria olvidará que toda experiencia literaria es también una experiencia vital, no menos intensa o verdadera que aquélla.» Lo dijo en un artículo publicado en El País que contestaba a otro de Vicente Verdú también publicado en El País. Creo que de ese debate sobre la novela y su sentido no se acuerda nadie; y estoy convencido de que dentro de un tiempo se repetirá, con otros debatientes. Por cierto, recomiendo la película Sigo siendo, que aún no he visto. P.S.: «¿Es que ya nadie lee?». Me lo decía un amigo el otro día. «Que la gente no lee; ni los que tienen que leer». Sí se lee; quizá más que nunca. Pero sin pararse, sin sosiego. Como se vive.

Una clase apasionante


El lunes fui a dar una charla a un colegio público de Cáceres. Fue en el CEIP «Alba Plata» y hablé a un grupo de chicos de 5º de Primaria y unos pocos más de 6º. Una experiencia luminosa, gracias a una amiga —Vega—, profesora en el centro y una de las responsables con sus compañeras de que sea uno de los colegios públicos que mejor funcionan en esta ciudad. Una experiencia gustosa y un reto. No es fácil —les dije— cambiar el chip después de haber dado una clase en la Facultad a jóvenes de veinte años —noté aquí una admiración—, y hablar de literatura —también— a niños de 5º de Primaria. Tan difícil, diré, que no lo conseguí. Es muy complicado para un profesor de otro nivel bajar a la altura de estos inquietos y despiertos alumnos. Lo único que esperaba es que se me notase mi entusiasmo y mi satisfacción por estar durante más de una hora conviviendo con el presente y el futuro presentido de este país, alumnos con ganas de aprender y profesores entregados a ellos. Nunca mejor dicho, a ellos entregados. Por eso, les leí estas palabras que dijo José Manuel Blecua, director de la RAE, en una entrevista con el periodista Juan Carlos Soriano, publicadas en la revista Turia (núm. 100, 2011-2012): «Reivindico esa labor, incluso social, del profesor de instituto, ya que creo que, junto con el maestro de enseñanza primaria, son piezas vitales de la educación de un país. Luego la Universidad tiene sus alicientes, pero no es comparable. El progreso en el conocimiento resulta enorme a esa edad. Usted toma a un alumno de diez años y lo devuelve a la sociedad con dieciocho, convertido en otra persona completamente distinta. ¡Cómo no va a ser apasionante ese trabajo!». Reconozco que, en ese momento, me dirigía más —con la debida veneración— a los docentes que a los pipiolos, que bien debieron de quedarse con la copla, a juzgar por la batería de preguntas gustosas a la que me sometieron. Los ilustres pipiolos. 

martes, abril 08, 2014

In memoriam Russell P. Sebold


Pasadas las cuatro y media de la tarde recibí la noticia de la muerte del profesor, académico e hispanista Russell P. Sebold (1928-2014), doctor honoris causa por la Universidad de Alicante y Premio Elio Antonio de Nebrija a la mejor trayectoria del hispanismo en 2000. La recibí por un mensaje de Isaac García-Guerrero, a quien conocí epistolarmente como estudiante de doctorado en la Universidad de Wisconsin-Madison. Él quería contactar con el profesor Sebold, «para mí un modelo de hispanista» —decía—, y me expresaba sus ganas de conocerle y de recibir su consejo. Le facilité la dirección de Sebold. Ahora, ha sido él quien me ha dado la triste noticia. Poco después leí otro mensaje, anterior en unos minutos, de mi colega y amigo Jesús Pérez Magallón, que reenviaba el de otro discípulo de Sebold, el profesor de la Universidad de Pensilvania Ignacio Javier López —su sucesor en la dirección de la Hispanic Review—, que informaba con infinita tristeza sobre la muerte del erudito, tras haber sufrido la pasada semana un derrame cerebral, y sobre la posibilidad, según Jane, su viuda, de que se celebre en España una ceremonia en su memoria. Su memoria, ay. Tengo la satisfacción de haber colaborado en preservarla con las líneas que he dedicado a Bud Sebold en este cuaderno de bitácora que él leía, generoso como siempre. No sé si mi última felicitación por su cumpleaños fue ésta, que enlazo; pero me satisface mencionar esta otra nota en la que remito a varias ocasiones en las que nos encontramos, para el que quiera detenerse en vínculos tan expresivos de una bio-bibliografía ejemplar. Su vida, ay. Al enterarme de que hacía una semana que llevaba luchando con la muerte me he acordado de un texto suyo —publicado en ABC en 1993 y luego incluido en su recopilación Ensayos de meditación y crítica literaria (Ediciones Universidad de Salamanca, 2004)— titulado «Ensayos del último acto», en el que se preguntaba por la sensación de, por una convalecencia grave, «estar coqueteando todavía con la mujer alta de la eternidad», en el que hablaba del espíritu de sus queridos poetas románticos y en el que enmarcaba el hondo silencio de la muerte en el paisaje que veía a través de la ventana de un despacho del que han salido letras ilustradas durante más de sesenta años. Descanse en paz.
[Necrología en ABC; y de Pedro Álvarez de Miranda en El País]

domingo, abril 06, 2014

viernes, abril 04, 2014

Octavio Paz por Javier Alcaíns

Javier Alcaíns ha celebrado el centenario de Octavio Paz con este recuerdo —y reclamo— de lo que hizo hace diez años sobre este extraordinario poema.

miércoles, abril 02, 2014

Luigi Giuliani


El viernes 28 de marzo me despedí de un compañero. Ya tiene uno años bastantes para haber despedido a colegas que se han jubilado o que se han trasladado de universidad por razones personales, y también para haber estado en funerales de maestros y amigos; pero lo que he experimentado estos días y el viernes he representado sin público es insólito y lamentable: despedir a un compañero que se va porque no tiene trabajo, no tiene clases que dar, debido al desmantelamiento de los estudios de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en nuestra Facultad de Filosofía y Letras. La escasa docencia de esta área en la Universidad de Extremadura y el número de profesores titulares no permite a Luigi Giuliani (Roma, 1962), después de casi catorce años de servicio a esta Universidad, dar más que unas pocas horas durante unos pocos meses y le propone reubicarse en algún otro centro para impartir materias más o menos afines. La Universidad de Extremadura deja ir a un excelente profesor y prestigioso investigador. Y más, pues llegó a Cáceres en el año 2000 y desde ese momento no ha dejado de aportar a esta ciudad su tiempo y su experiencia para fomentar la literatura y la lectura, el teatro y la música. Desde diciembre de 2003 organizó los terceros lunes de cada mes un Reading, una sesión de lecturas de textos propios o ajenos de los participantes que en poco tiempo logró un fiel grupo de seguidores. Fundó y dirigió el Festival Irish Fleadh, que aún pervive y que celebró ya su décima edición. En colaboración con el Festival de Teatro Clásico de Cáceres promovió las jornadas «Texto/Escena», que fueron un provechoso complemento de la programación teatral del festival; y testimonió su afición al teatro en las críticas que publicó en el diario Hoy en varias temporadas. Desde su área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, organizó durante diez años el Taller de Estudios Textuales, en el que colabora el grupo de investigación Prolope de la Universidad Autónoma de Barcelona. Luigi Giuliani, representante de España en la dirección de The European Society for Textual Scholarship, es editor de Lope de Vega, de los Poemas del soldado y poeta del siglo XV Juan de Tapia, de las Tragedias de Lupercio Leonardo de Argensola, de los Sonetos de Giuseppe Gioachino Belli; ha escrito sobre Juan de la Cueva, sobre la parte de comedias como género editorial, y va a ser, sin duda, uno de los investigadores que más va a aportar al estudio de un libro como Roma, peligro para caminantes, de Rafael Alberti. Yo, realmente, creo que esto no le importa a casi nadie de mi entorno universitario. Pasará, y punto. A mí sí me importa. Y a muchos estudiantes de Teoría de la Literatura que han pasado por nuestra Facultad, a los que siempre he escuchado palabras elogiosas sobre Luigi. También a la Universidad de Perugia (Italia), que le ha propuesto dar sus clases allí.