domingo, noviembre 27, 2016
El primer día
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viernes, noviembre 25, 2016
Ángel
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jueves, noviembre 24, 2016
Esto no es la literatura (I)
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miércoles, noviembre 23, 2016
Lecturas
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viernes, noviembre 18, 2016
Contra la democracia
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jueves, noviembre 17, 2016
Gil Novales
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miércoles, noviembre 16, 2016
Cáceres Express
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jueves, noviembre 10, 2016
martes, noviembre 08, 2016
Métrica española
Dos alejandrinos polirrítmicos: «La desvergüenza avanza a la luz del día como / las olas de un mar de heces bajo la luna llena» —Juan José Millás.
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viernes, noviembre 04, 2016
miércoles, noviembre 02, 2016
martes, noviembre 01, 2016
Mañana no vengo
Me lo dice alguna vez un compañero que pasa en mi Facultad más horas que las que están funcionando el aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno. Es noticia. Por eso avisa: «Mañana no vengo». Parece una frase tonta; pero dicha por cualquier trabajador que no sea profesor de universidad, como mínimo, implica un certificado médico, un descuento de la nómina, un justificante o una amonestación del jefe. Por eso me llama tanto la atención que algunos colegas se quejen. Incluso del horario. Es una vergüenza. Decimos todos que en esta Universidad terminamos el 20 de julio —algunos— y comenzamos las clases antes que los niños de Primaria. Es verdad. Y en agosto hay profesores —algunos— que atienden por correo electrónico las consultas de los estudiantes que tienen que presentar sus trabajos de fin de grado en los primeros días de septiembre. Pero cualquier queja dicha en medio de la calle, con la que está cayendo, supondría, cuando menos, una amonestación, un certificado médico, un descuento en la nómina. Una merma de dignidad. Quizá también me llama la atención escuchar en la calle lo de «Mañana sí voy». Sobre todo, si se trata de alguien que ha encontrado trabajo.
Publicado por Miguel A. Lama en martes, noviembre 01, 2016 0 comentarios