Una antología es una colección de piezas escogidas. Diva de mierda. Una antología alrededor del ego creo que no lo es; a pesar del subtítulo y de que se mencione la palabra «selección» en su portada. Al ser cada una de las piezas de un autor, finalmente, resulta que toda antología es una selección de autores. Como la selección nacional de baloncesto. Diva de mierda es una obra colectiva inducida, de encargo; y el resultado es un centón «alrededor del ego». El título y la idea provienen de la anécdota que cuenta José María Cumbreño —que para huir de egos firma el prólogo con el nombre de Fabio Betancour— sobre un joven mexicano que le envió un libro de poemas para que considerase su publicación y que al día siguiente volvió a escribirle para preguntarle qué le había parecido. El poeta y editor Cumbreño, con dos hijos y profesor, se excusó con un más que lógico ruego de más plazo para su respuesta. Al cabo de dos meses, el joven —impaciente, además de otros caracteres— volvió a escribir al editor y le llamó «completo imbécil» y «maldita diva de mierda». El también mexicano y también profesor Luis Arturo Guichard, amigo de Cumbreño y autor liliputiense, y María José —que, como su propio nombre indica, es la mujer de Chema— le sugirieron la idea que ahora se ha materializado en un libro así, con el pie forzado del tema del ego y la vanidad en el mundo del arte. El resultado es artísticamente desmesurado si uno piensa en la insignificante estatura de quien motivó todo y tiene tal concepto de su propia obra. Movilizados por el editor, setenta y seis autores han enviado textos que ocupan ciento ochenta y tres páginas de este volumen. El orden alfabético nos lleva desde Arturo Accio (México, 1975) hasta Jesús Zomeño (España, 1964), y en la ruta hay nombres como Rafael Courtoisie, Eduardo Chirinos, Pilar Galán, Concha García, Antonio Gómez, Cristián Gómez Olivares, Gonzalo Hidalgo Bayal, Juan Carlos Marset, Carlos Medrano, Juan Carlos Mestre, Eduardo Moga, Vicente Luis Mora, Elías Moro, Víctor Peña Dacosta, Omar Pimienta, Antonio Rivero Machina, Elena Román, Ada Salas, Álvaro Valverde... Hay de todo, poemas, imágenes, relatos, aforismos...; sonetos, epigramas, invectivas, parodias, décimas, versos traídos de la wikipedia... Hay textos muy logrados, otros que lo son menos, y otros algo forzados y desafortunados. Y hay, en general, una atmósfera de intrascendencia y juego que no está mal; pero que hace que la lectura de Diva de mierda evidencie que su interés se agotó en su propia anécdota. Su valor lo medirán aquellos autores que reivindiquen en las futuras ediciones de sus propias obras el texto que enviaron. Ahora estoy, también gracias a la generosidad de José Mª Cumbreño, con algo bien distinto: la edición de Mario Montalbetti, Lejos de mí decirles (Cáceres, Ediciones Liliputienses, 2014), un volumen de más de cuatrocientas páginas de poesía que reúne casi toda la obra —casi inencontrable— de este profesor limeño de lingüística, hincha del Rayo Vallecano. Dónde va a parar.
Diva de mierda. Una antología alrededor del ego. Edición, selección y prólogo de Fabio Betancour. Cáceres, Ediciones Liliputienses (Colección Desalmados Eruditos, nº 1), 2014.
Mario Montalbetti, Lejos de mí decirles. Cáceres, Ediciones Liliputienses (La Biblioteca de Gulliver, nº 44), 2014.
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