jueves, marzo 15, 2012
Jovellanos en la ADE
Sin mengua del interés de siempre del contenido de la revista ADE Teatro, la de la Asociación de Directores de Escena de España, este número —el 138 de diciembre de 2011— tiene el atractivo de unas páginas extraordinarias (desde la 32 hasta la 96) dedicadas al bicentenario de Gaspar Melchor de Jovellanos. Sin mengua, insisto, del interés de los editoriales con los que se abre la revista, que se extienden también al dossier "Defensa de la cultura" —recuerdo incluido de la defensa de Ricardo Muti en la Ópera de Roma—, y, cómo no, a la canción de Percy B. Shelley Men of England, que se publica en traducción de Antonio Ballesteros González. Y sin dejar de mencionar la lectura de artículos de Mario Martín Gijón o de Fernando Cid de Lucas, que son firmas conocidas por cercanas. Lo cierto es que me he detenido más en las páginas sobre Jovellanos, en textos como el de Joaquín Álvarez Barrientos, que escribe sobre "Ayer y hoy de Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811): acerca de su fortuna política", y deja bien claro cómo la figura del asturiano ha generado cambiantes opiniones de diversas facciones políticas, que —se lamenta Joaquín— no necesitan ya de figuras prestigiosas para legitimarse; vamos, que no necesitan legitimarse, a juzgar por los resultados confirmativos de las urnas. Manuel F. Vieites, subdirector de ADE Teatro, trata a "Gaspar Melchor de Jovellanos en los inicios de la política educativa, cultural y teatral en España" y Alberto Fernández Torres llama la atención sobre "Jovellanos, de profesión, reformador". Dos artículos de Azorín dedicados a Jovellanos y a Moratín que se publicaron en sus Los clásicos redivivos, preceden a las páginas centradas en una de las novedades creativas del año Jovellanos, el montaje de El delincuente honrado a cargo de Jesús Cracio, que escribe sobre ello después de que Jorge Urrutia hable de la comedia como "expresión del pensamiento burgués naciente" y antes de que Andrés Presumido Martínez lo haga sobre "Un espectáculo para el bicentenario: Jovellanos, la pasión oculta", del que no puedo opinar. Debo la revista a la gentileza de Agustín Iglesias, uno de los socios fundadores de la ADE, y dejo para mañana alguna nota sobre el citado Delincuente y sobre Una comida particular, suculento texto teatral de Juan Antonio Hormigón, "un encuentro en Zaragoza" entre Francisco Cabarrús y Gaspar Melchor de Jovellanos.
Publicado por Miguel A. Lama en jueves, marzo 15, 2012
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