Éste es uno de los libros que se incluyeron ayer en la documentación repartida a los inscritos en el Simposio Antonio Rodríguez-Moñino en la cultura española. Es una reedición parcial de aquel cuaderno popular publicado por la Editora Regional de Extremadura en 1991 y elaborado por José Luis Bernal sobre Dos casos de marginación, los de Rodríguez-Moñino y Francisco Valdés. Lo que se rescata ahora, naturalmente, es lo referido al "extremeño universal" de Calzadilla de los Barros.
El simposio lo inauguró ayer por la tarde el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara y echó a andar con las intervenciones de Joaquín González Manzanares, que puso en paralelo las trayectorias de Moñino y de Vicente Barrantes, de Pablo Ortiz Romero, que habló sobre la participación de Rodríguez-Moñino en la Junta del Tesoro Artístico de Extremadura, y de Pedro M. Cátedra, que glosó con brillantez la relación entre Eugenio Asensio y don Antonio a partir del rico epistolario entre ambos.
Hoy jueves, ocupo la mesa en la sesión de la mañana para dar la palabra a Juan Antonio Yeves ("Antonio Rodríguez-Moñino y José Lázaro Galdiano"), a Víctor Infantes ("Rodríguez-Moñino editor") y a José Luis Bernal Salgado ("La creación poética de Antonio Rodríguez-Moñino"). Una sesión que se cerrará con la presentación de la edición de Los tesoros escondidos, una adaptación ilustrada para un público joven del singular texto de Moñino, publicada por la Diputación Provincial de Badajoz.
(*) Hoy se cumplen dos años de la muerte de Ángel Campos Pámpano.
jueves, noviembre 25, 2010
En marcha el Simposio sobre Rodríguez-Moñino
Publicado por Miguel A. Lama en jueves, noviembre 25, 2010
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2 comentarios:
Marginado Francisco Valdés, ese escritor fascista que da nombre a la magnífica Biblioteca Pública de Don Benito? No me parece que haya recibido más marginación que la que le impone su mediocridad!
Si la opinión anterior no se expusiera como anónimo, podría ser valiente. Quién sabe si no tiene razón. Pero tirar la piedra y esconder la mano descalifica lo dicho. He buscado sobre Francisco Valdés en internet: ni tiene entrada en la Wikipedia, ni el centro escolar con su nombre en Don Benito presenta una biografía sobre él en su página web. Por tanto, sí que hay algo de postergación en su figura, reducido a un nombre sin historia para sus propios paisanos locales, o a un objeto de insultos para un brillante anónimo que por aquí pasaba. ¡Qué tendrá la cobardía que es incapaz de dar la cara para argumentar sobre lo peregrino o no de sus ideas y obras! ¡Y qué tendrá la palabra para ser disparada con la boca sucia! ¿O no tuvo bastante, como tantos otros ciudadanos de entonces, con su fusilamiento?
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