viernes, noviembre 26, 2010
Clausurado el Simposio sobre Rodríguez-Moñino
La mañana de hoy ha sido ejemplarizante. La abrió la historiadora cacereña Mercedes Pulido, con una ponencia sobre las relaciones entre Rodríguez-Moñino e intelectuales extremeños como Daniel Berjano o Miguel Muñoz de San Pedro. Cuando Mercedes habla, parece como si no quisiese llamar la atención, por modestia; pero sus datos y ponderados juicios son siempre aportaciones valiosas. Luego, José Jurado, de la Universidad de Cádiz, mantuvo al público encantado con la crónica de la creación por parte de Rodríguez-Moñino de Revista Española (1953), en donde publicaron sus primeros textos autores como Carmen Martín Gaite, Ignacio Aldecoa, Juan Benet, Rafael Sánchez Ferlosio o Alfonso Sastre, casi todos con veintitantos años. Un pleno al quince. Y, finalmente, una apoteosis de sabiduría y de experiencia, una lección de profesor eximio. La de Leonardo Romero Tobar al hablar del Rodríguez-Moñino que él conoció cuando era un joven profesor e investigador en los años sesenta. El colofón de estas jornadas ha tenido esta pizca de emotiva y militante evocación que ojalá haya prendido entre el auditorio más joven. Se aprende mucho con esto, y sólo me refiero al valor de los contenidos de una reunión como la que hemos clausurado esta mañana, sin autoridades esta vez, y sin medios, claro. Luego, todos a casa, con el morral cargado de otra experiencia saludable y la despensa falta de productos esenciales. Tecla 70, pimiento rojo; tomates, 17; pimiento verde, tecla 57... Ya en casa.
Publicado por Miguel A. Lama en viernes, noviembre 26, 2010
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6 comentarios:
Mi enhorabuena por la organización del simposio, que, como compruebo, ha estado muy falto de apoyos importantes, y no por ello se ha resentido la calidad. Como
casi todas las veces, con menos medios conseguimos más (como cuando no teníamos ordenadores: perdíamos menos el tiempo). En casos como estos, se consigue lo mejor porque el que da, da a cambio de nada. Si esperas recibir, se arriman todos, y entonces se sirve cualquier cosa.
¡Anda que no!
Creo que puedo escribir en nombre de los alumnos asistentes al simposio: ENHORABUENA.
Nos gustó mucho conocer la figura de este paisano nuestro del que solamente teníamos constancia por dar nombre a la calle de una compañera de clase.
Ahora, el nombre de Antonio Rodríguez-Moñino es otro que añadir a la lista de esas personas que, aunque no tuvimos el placer de conocer porque no le somos contemporáneos, marcarán nuestra vida y nuestros estudios.
Para mí es un ejemplo a seguir.
En cuanto a la organización, ha sido estupenda. Gracias a José Luis Bernal y a usted por el trato tan amable, sin olvidarme de Víctor Infantes, con quien tuvimos el placer, tres de nosotros, de cruzar unas breves palabras.
Contad con nosotros para futuros eventos como este y, repito, muchas gracias por la acogida.
En nombre de algunos jóvenes asistentes: ENHORABUENA.
El simposio nos ha parecido magífico y todos nos hmos sentido muy integrados.
Ahora todos conocemos más a ese ilustre extremeño que es Antonio Rodríguez-Moñino, más allá de ser el nombre de la calle donde vive una compañera de clase.
Será un nombre, el de don Antonio, que todos guardaremos en nuestra memoria y tendremos presente en nuestra vida como estudiante y en nuestras futuras investigacines cuando seamos profesionales del gremio.
Gracias a J. L. Bernal, a usted y a Víctor, con quien tuvimos el placer de cruzar unas breves palabras, por la acogida. Nos sentimos como uno más, no solamente como estudiantes, sino como compañeros. Muchas gracias.
Cuenten con nosotros para futuros eventos como este.
Y repito: MUCHAS GRACIAS por hacernos sentir uno más.
Me alegro de que haya sido provechoso. Muchas gracias.
felicidades por el simposio, he de decir que me ha gustado muchísimo más de lo que creía. ha sido una grata sorpresa tanto para mí como para mis compañeros.nos hemos sentido como uno más del gremio y no como estudiantes.esperamos gratamente el próximo, un saludo.
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