He disfrutado leyendo este primer número de Aventura, la revista del Seminario Permanente Claudio Rodríguez, en el que participa —y es una alegría— la Biblioteca Pública de Zamora, que ha organizado un fondo documental con todas las ediciones de las obras impresas y audiovisuales, antologías, artículos, conferencias, estudios críticos, traducciones del autor de Don de l’ébrieté.
Y de traducción va este volumen, que recoge los contenidos de las jornadas sobre Claudio Rodríguez y la traducción de poesía que se celebraron en Zamora entre el último día de noviembre y los dos primeros de diciembre del año pasado. Y hubo mucho de interés. Las notas para una teoría de la traducción de Emilio Lledó, el análisis de las lecturas inglesas de C.R. por Jordi Doce, ejemplos de traducciones del poeta a otras lenguas, como el portugués, en la aportación de António Salvado, como el francés en la experiencia contada por Laurence Breysse-Chanet, o como el inglés, en lo que aporta Louis Bourne, un grato reencuentro para mí.
Conocí a Louis Bourne en un lugar tan prestigioso como la tertulia del “Lyon” de Madrid; sí, la de Moñino, sí. Pero no. Muchos años después, en 1991, en julio. Estaban allí, entre otros, Russell P. Sebold, que fue mi ‘padrino’, y Carolyn Richmond, a quien también conocí esa tarde. Louis me regaló sus versiones de Aleixandre (The Crackling Sun, Madrid, SGEL, 1981), y ahora me reencuentro con él en Aventura con su texto sobre la poesía de Claudio y con algo impagable: la carta que le escribió C.R. en agosto de 1978 con varias hojas de notas a sus traducciones de los poemas, y que me presentan una imagen poco conocida de Claudio Rodríguez.
Y la forma. Porque la maqueta de la revista divierte y agrada. Bien por el diseño y concepto de esta Aventura de José Luis Gago Vaquero.
Le debo este placer al bueno de Tomás Sánchez Santiago, que es miembro del Seminario Permanente Claudio Rodríguez, que pertenece al Consejo de Redacción de la revista y que colabora en este número con su texto de presentación de la conferencia de clausura de aquellas jornadas, la de Jordi Doce.
Nota bene: la fotografía de la cubierta no es la de un C.R. abatiendo conejos por los campos de Zamora, no. Fechada en 1961, la instantánea constata la participación del poeta en una atracción de feria. Más detalles en el interior.
sábado, junio 09, 2007
Claudio Rodríguez
Publicado por Miguel A. Lama en sábado, junio 09, 2007
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