Así se titula este disco que compré esta tarde. Volvía de tomar café y en la calle San Pedro tocaba y cantaba un músico sentado en el umbral de entrada de un hotel cerrado y con el estuche de la guitarra abierto con unos cuantos cedés. Le había visto cantando por bulerías al salir de casa y pensé en que si seguía allí al volver podría echarle con respeto unas monedas. O un billete de diez euros, que es lo que me costó el disco que, por supuesto, escuché al llegar a casa. Un euro por pieza, todas canciones conocidas, «Cartagenera», «Luz de luna», «Recuerdos de La Alhambra», entre otras. Qué pena que no hayan tenido el gusto y el cuidado de editar bien esta música que quedará ahí, sin créditos, sin fecha, casi sin nada más que un arte que merece la pena ser atendido. Sobre todo, porque viene de la calle. Me sorprende saber que a David de Rueda yo ya lo conocía. Por su voz entre las piedras de la parte antigua de Cáceres. En Santa María, y también en San Mateo… Acompañado de otro cantaor que ahora sé que es Reyes Montoyita. Me gustaría volver al sitio en el que mañana vuelva a ponerse David para comprarle otro disco para regalar a alguien que guste de la música como el que no sabe, como yo. Qué gusto. Ojalá esta entradilla pueda contribuir a difundir lo que hacen estos músicos de calle. Aquí, por ejemplo.
martes, diciembre 22, 2020
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4 comentarios:
https://www.youtube.com/watch?v=IWqqEMMWoaU
Un abrazo Miguel Ángel.
...la dedicatoria del final del vídeo no tiene desperdicio...
Sí, Ángela, los guiris.
La dignidad de ganarse su vida (o lo que ellos quieran) como buenamente saben.
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