Esta es mi primera entrada en esta nueva realidad. Todo parece igual desde que se acabó el mundo que vivimos hasta ahora; pero es mera ilusión. Que nadie se engañe. Ya todo es distinto. Se ha metido una rata enorme y negra en el cajetín de los contadores del agua y somos un poco más estúpidos que antes. Menos mal que el viernes pasado Federico Mayor Zaragoza llamó asnos a los asnos y nos recordó que cada día mueren treinta mil niños de hambre. Da igual. Los rincones propicios siguen acumulando polvo; pero somos más violentos, más corruptos, más desleales e infames. Algunos siguen escondiéndose sin dar la cara —pobres— y sigue perviviendo —por los siglos de los siglos, y los mundos de los mundos— lo escrito en aquel prólogo al lector por Miguel de Cervantes: "Pues en verdad que no te he de dar ese contento; que puesto que los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos, en el mío ha de padecer excepción esta regla. Quisieras tú que lo diera del asno, del mentecato y del atrevido; pero no me pasa por el pensamiento: castíguele su pecado, con su pan se lo coma y allá se lo haya." Qué bueno. Incluso en este nuevo mundo. Hoy es la carne en agua fría, quitar la espumilla guarripera y poner luego la verdura (troceada). 3 o 4 horas. Ajo, cebolla, puerros, pimiento verde —cuidado, que es muy fuerte— en la bandeja del horno untada de aceite. Sobre el referido lecho, la carne. Vino, al rato. 1 hora. Pincho antes, por si acaso. Verduras asadas, trituradas, y se sirve en la salsera. Lo quiera o no, es otro distinto el que escribe aquí en este instante en el que deseo que, en este nuevo mundo, me siga sentando tan bien pensar en ti, amor, cuando no estás. Aquí y ahora todo tiene un color diferente y tengo percepciones de una nueva dimensión. Por eso, la primera novela que he terminado de leer en este nuevo mundo ha sido Un palco sobre la nada, de Alonso Guerrero, mis próximas palabras. Feliz Navidad.
3 comentarios:
Humor, no falte. Ni sentido real y físico del tacto, el gusto, las costumbres diarias, las referencias afectivas, las tareas apetecidas y las ganas de romper la baraja en todo lo que nos dé la gana y no nos cuadre. Por supuesto.
Del 2012 me obligan las matemáticas y la imagen aún bien conservada en el espejo a hacer sumas y conjeturas de lo que ha sido una vida y lo que me queda todavía en ella. En esa reflexión, agradezco el coraje y rebeldía sana de tus líneas, su atrevida advertencia a huir de cualquier moda o invitación gregaria y pasajera a lo evasible frente a los hechos cotidianos. Y sin embargo, no voy a renunciar a nada de lo que cabía en mi cartera y, como un mago de calle, puedo buscar a cualquier hora, porque sí, cuando me es necesario. Incluyendo mi tendencia a seguir con el paso cambiado, a mi gusto, por libre. Que no se nos olvide que vivir es un reto individual indeclinable por encima de los hechos generales que suceden y nos rodean desde que hemos nacido.
Abrazos, desde Valladolid, Miguel Ángel.
Un gran abrazo, Carlos.
Por cierto, ¿es valido ese 'evasible' no computado en el diccionario o había que haber dicho 'evasivo'? Ya sabes que se me cruzan en ocasiones 'palabros' primerizos u ofuscantes.
Bona nit, sorry.
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