viernes, marzo 11, 2011
A todo lo no amado
El martes escribí a Pureza Canelo. Mi carta, manuscrita y enviada al día siguiente por correo ordinario, contestaba a otra suya, manuscrita también —"hoy no toca ordenador", decía—, en la que me anunciaba la próxima aparición de sus Cuatro poéticas en la Editorial Pre-Textos. Esto es muy importante en la trayectoria de Pureza Canelo; la publicación de esta poética de poéticas, de esta insistencia en la poesía poética que se dio por primera vez en Habitable, de 1979; luego se prolongó en Tendido verso, de 1986; que tuvo una tercera manera en Tiempo y espacio de emoción 1981-1991, revisión de Espacio de emoción (1981), hasta que llegó No escribir, el libro de 1999. Todos saldrán ahora muy revisados, depurados. No en vano es Juan Ramón el referente principal de esta vida poética de Pureza Canelo en marcha —"Todo lo movería / por un verso / suyo, pero mío", escribe en "En otro". Aunque A todo lo no amado (Barcelona, Plaza & Janés-Random House Mondadori, 2011. XV Premio de Poesía Ciudad de Torrevieja) no nace con esa intención de poética, para mí lo es. Por su intensidad, por su esencialidad, por esa mirada poderosa sobre sí misma que está en tantos poemas. Qué, si no, "Fluir" o "Depuración", que son los dos primeros poemas del libro. De un libro en el que vuelve a manifestarse esa negación de la poesía de Pureza que tanto han buscado sus títulos Pasión inédita, No escribir, Dulce nadie y ahora A todo lo no amado; y que tan bien expresa la marca de la casa o muletilla poética de un moderno gongorismo de "y no" que se lee en versos como "que escapa y no". No, no, no, parece ser la divisa de esta inconformidad creativa. En este último libro es más radical la fuerza del lenguaje, y me consta que es lo que más ha prendido en lectores cercanos. Y en mí. Si no: "A todo lo no amado / si se midiera / imposible alcanzar / absurdo conjugarlo / como sol que viniera / dos veces por día." Es del poema "Confesión", décimo de treinta y cuatro, de un conjunto que tiene una lógica estructural muy visible. En pocos días tendré que repetirme cuando lea las Cuatro poéticas.
Publicado por Miguel A. Lama en viernes, marzo 11, 2011
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