domingo, octubre 10, 2010

Vargas Llosa, la 'roja' y Salamanca

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Por este orden. Porque dejé sin leer el viernes las páginas que los periódicos traían sobre Vargas Llosa tras el Premio Nobel de Literatura, porque nos fuimos a Salamanca, que nos recibió invadida por la expectación ante el partido de la roja contra Lituania esa misma noche, y porque, finalmente, disfrutamos de la ciudad. La Plaza Mayor salmantina estaba irreconocible, con uno de esos asentamientos modernos con carpas y escenario y con una cola de contribuyentes que daba la vuelta a la plaza y llegaba hasta la calle Zamora para adorar la copa del mundo de fútbol expuesta por allí. Fuimos, sin embargo, a la exposición de La Caixa en Santo Domingo de la Cruz de más de cien grabados de la Fundación William Cuendet (hasta el 14 de noviembre) con obras de Durero, Rembrandt, Piranesi, Degas, Goya, Morandi... El sábado en Fonseca —se está bien en Fonseca—, en el desayuno, charlaban en una mesa dos hombres cuya conversación me llamó la atención —uno de ellos hablaba bien de Juan Carlos Mestre y de su poema "Cavalo morto" sobre Lèdo Ivo. Luego he sabido que estaban allí por el XIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, en el que el poeta homenajeado era el portugués António Salvado, y que aquellos dos eran el poeta brasileño Carlos Nejar —a quien luego vimos en la librería Cervantes y que mañana por la mañana estará en el Centro de Estudios Brasileños de la Universidad de Salamanca— y el venezolano Ernesto Román Orozco. La foto de arriba quiere ilustrar esta visita de horas a la cada vez más cercana ciudad del Tormes: la exposición del viernes y el paseo por el centro, con la visita, enfrente de Anaya —en la imagen—, a las catedrales. Hacía años que no entraba. Gozoso.
De vuelta, la lectura de las páginas atrasadas del viernes y de ayer y las de hoy sobre Vargas Llosa. Todas juntas suman treinta, sólo de El País; pero tengo las del Hoy y las que he visto en la red de El Periódico Extremadura. Además, hoy he visto en CNN+ la reposición de un interesante documental de 2003 presentado por Vargas Llosa sobre Flora Tristán y su nieto Gauguin directamente promocional de aquella novela del peruano, El paraíso en la otra esquina, que no he leído. De aquí, me ha llamado la atención que los medios de Extremadura no hayan dedicado un espacio más elaborado al nuevo Premio Nobel y su presencia por estas tierras. Estuvo con Aitana Sánchez-Gijón en el Festival de Mérida; pero también en Trujillo y en Almendralejo invitado por la Unión de Bibliófilos Extremeños. Fue en mayo de 2005 y recuerdo el momento en el que, en el restaurante en donde comimos, Carmen Fernández-Daza me dijo admirada que al ir a liquidar con Vargas Llosa éste le había dicho que no iba a cobrar ni un euro. Y no cobró ni un euro por viajar a Trujillo y participar en un encuentro-cena con bibliófilos la noche anterior, y por intervenir brillantemente al día siguiente en el Día del Bibliófilo en Almendralejo invitado por la UBEx. La misma Carmen, hace poco, antes de este Nobel, me contaba que a Vargas Llosa se debió que Francisco Ayala aceptase la misma invitación justo un año después, el de su centenario. Al parecer, don Francisco, en uno de los jueves de la Real Academia, le dijo a don Mario que le habían invitado los bibliófilos extremeños a un acto en homenaje; y parece ser que el autor de La casa verde le dijo al granadino que no lo dudase, que aceptase la invitación de los extremeños. Y así fue.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Querido Miguel Ángel, aunque no venga a cuento, tu entrada, hablando de la generosidad de Vargas Llosa, me ha recordado que en abril tuvimos en el Instituto de Fuente de Cantos y en el de Fregenal a Luis Landero, y tampoco cobró un duro por pasar más de 24 horas atendiendo a todas nuestras peticiones (y encima quería poner dinero para pagar la cena). ¡Qué lástima que en este Fuente de Cantos nunca salgan las noticias de lo bueno que hacemos en los Centros Públicos por intereses privados...! Un abrazo.

Regino dijo...

Al leer tu entrada me has recordado, cuando hablas de la generosidad de Vargas Llosa, que en abril tuvimos en el Instituto de Fuente de Cantos y en el de Fregenal a Luis Landero, y tampoco cobró ni un duro por atender las peticiones que le hicimos durante más de las 24 horas que estuvo con nosotros. Y encima quería poner dinero para pagar la cena. ¡Qué lástima que no haya publicidad en los medios de los actos que hacemos en los Centros Públicos de Fuente de Cantos por intereses privados.
(Por cierto, de entre los personajes interesantes de la región conocidos por ambos, Luis y yo hablamos bastante y bien de ti.

Miguel A. Lama dijo...

Gracias, Regino. Es verdad que esas actividades son las que tendrían que tener una cobertura amplia en los medios. Qué gran escritor Luis Landero. Un abrazo.