domingo, marzo 21, 2010

Domingo

Lo que da de sí un domingo. Carmen: Y no se pinta la cara. / Mi novia es la más hermosa. / Y no se pinta la cara. / La tiene como una rosa/ tan sólo con agua clara. Unas alegrías, creo, que cantaba Juanito Valderrama. Hemos estado una hora caminando por las calles llovidas. Poesía: los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. De Juan Carlos Mestre, su "Cavalo Morto" de La casa roja (Madrid, Calambur, 2008. Premio Nacional de Poesía), un poema que creo recordar escuché aquí mismo antes de publicarse, que ha recitado, con su maestría de maestro, esta mañana en el Gran Teatro, esa ágora laica de Cáceres. Me ha parecido impresionante esta mañana de domingo escuchar a un poeta decir esa imagen de las cerillas quemadas como palabras rozadas por ese resplandor. Ha sido un rato en un espléndido y nutrido acto del Día Mundial de la Poesía promovido por el Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura, con un Serafín Portillo de maestro de ceremonias, y en el que he podido escuchar y saludar a escritores como Elías Moro, Daniel Casado o Javier Pérez Walias. Música: Cancanilla de Málaga, el cantaor. Duendeando, de Teo Sánchez, en Radio 3. Un rato precioso. Dice Cancanilla —que ha contado una desternillante anécdota— que le da jindama volar, que no actúa en el extranjero porque le da jindama el avión. Bonita palabra. Hacía tiempo que no la escuchaba. Hay que ponerla en circulación. Y no se pinta la cara. Domingo. Carmen. Poesía. Música.

1 comentario:

Isabel dijo...

Pues sí que debe de ser una suerte (y un ahorro considerable de tiempo y de dinero) ser una moza hermosa, y no necesitar más que agua clara.
Si una es ya mujer madura, madre de familia y trabajadora, ni te cuento las prisas por las mañanas echándonos a bulto el colorete mientras la niña grita que dónde está su bufanda, su merienda...