domingo, agosto 09, 2009

Manuales de instrucciones

Javier Gil y Miguel Fernández me han enviado los primeros cinco números de la colección de pliegos Manuales de instrucciones (Madrid, Fundación Inquietudes, 2009), que lleva la nota extraordinaria de “Publicación gratuita para la difusión de la poesía”. Los cinco números son, en realidad, seis pliegos, pues el dedicado a Eduardo Milán está formado por dos entregas, una con poemas del uruguayo, introducidos con una nota de Antonio Méndez Rubio y nociones de interés sobre la búsqueda o la resistencia en esa poesía, y otra con una conversación del poeta con Laura Giordani, Arturo Borra y Víktor Gómez, que forma parte de una serie de entrevistas (Entre escuchas, pérdida) a autores esenciales de la poesía actual escrita en español. En el blog de Julio Mas puede leerse una reseña de la colección.
Respondo, en primer lugar, con el juego de aportar al lector las instrucciones para manejar estos manuales de instrucciones. Se trata de pliegos apaisados de DIN A-3 doblados en fuelle tres veces y una desde la horizontal, lo que resulta un formato aproximado de presentación y archivo de 15 x 10,5 cms —dieciséis páginas. Deshecha la última de las dobleces, se muestra entera la portada del pliego, en dos niveles verticales. Basta ahora con abrir el fuelle, de izquierda a derecha, para leer las seis primeras páginas —más las dos de portada— dispuestas en dos pisos de tres. Dada la vuelta al pliego, pueden leerse en la misma disposición de dos tandas horizontales las ocho páginas restantes.
En estos seis apreciados pliegos hay razones para el goce de un lector de poesía y mucha militancia en esta pasión confusa. Militancia, sí. Todos los pliegos de la colección ofrecen novedades estupendas. De los trece poetas italianos contemporáneos que difunde Eloy Santos, sólo a Giovanna Sicari —que no sabía muerta en 2003— conocía por la antología de Emilio Coco en SIAL (El fuego y las brasas, 2001). Lección de poesía y vida la de Eduardo Milán. Otro agradecido encuentro con los tres poetas argentinos de María Salgado que se dan la mano en sus figuras (Masco, lampiño, Rodríguez). Y la militancia de los antihaikús de Jesús Ge introducidos por Pedro Montealegre y de los sugerentes textos (Trabajos de purificación) de Miguel Ángel Curiel con nota de otro militante, Víktor Gómez.
Los promotores de esta idea, encima, están dispuestos a mandar a quien interese ejemplares de su colección. Me alegro, y les agradezco el rato de lectura.

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