lunes, septiembre 24, 2012

Todos los cuentos de Antonio Pereira


Casi tres años y medio después de la muerte un 25 de abril de Antonio Pereira se publican Todos los cuentos (Madrid, Siruela, 2012) del poeta y narrador leonés, el segundo —en orden cronológico— de mis escritores favoritos de Villafranca del Bierzo: Enrique Gil y Carrasco, Pereira y Juan Carlos Mestre. Parece un prodigio leer tantas páginas memorables sin salir de esa población berciana. El sábado pasado publicó en Babelia Fernando Valls una reseña de esta edición con prólogo de Antonio Gamoneda que se presenta este miércoles en Madrid, como indica la tarjeta de la imagen.

viernes, septiembre 21, 2012

Noticias de Armona


Son muchas las pruebas del desafecto filológico que durante mucho tiempo ha sufrido la literatura del siglo XVIII. Incluso todavía es frecuente preguntarse por qué se ha tardado tanto en editar moderna y cabalmente a según qué autor dieciochesco. La reciente visibilidad editorial del que fuera Corregidor de Madrid José Antonio de Armona y Murga (1726-1792), importante figura de la Ilustración española, es buena prueba de esto. No ha pasado tanto tiempo desde que salió la primera edición de una obra suya; lo que quiere decir que ha tardado dos siglos en difundirse. Las Memorias cronológicas sobre el origen de la representación de comedias en España (1785) las publicaron por primera vez Emilio Palacios, Joaquín Álvarez Barrientos y Mª Carmen Sánchez en 1988, que también editaron un año después una parte de las Noticias privadas de casa útiles para mis hijos, que ahora salen completas por primera vez, en una edición elaborada con introducción y notas por Joaquín Álvarez Barrientos, José Mª Imízcoz y Yolanda Aranburuzabala (Gijón, Ediciones Trea, Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII y Universidad del País Vasco, 2012). Armona no fue un escritor, un hombre de letras, como señala en su introducción Álvarez Barrientos, y sus Noticias privadas tenían un destino familiar, y no fueron pensadas para ser publicadas; pero son un documento de mucho valor para conocer hechos principales de las últimas décadas del siglo ilustrado. Y un ejemplo más de esa literatura del yo que algunos han repetido que no existió en el siglo XVIII. Como tantas otras cosas inexistentes del siglo de la Ilustración: la novela, la buena poesía... Melancolía, modestia y modelo de hombre de bien son conceptos que están en estas memorias, y lo destaca bien Álvarez Barrientos en su texto concluyente "José Antonio de Armona y las Noticias privadas", tercera de las introducciones orientativas de esta edición, después de "Los agentes de la monarquía borbónica. Un contexto para Armona", de José Mª Imízcoz, y de "La 'hora ayalesa' del siglo XVIII: entramados familiares, carreras en la monarquía y ascenso social", de Yolanda Aranburuzabala. La lectura de estas privadas Noticias da la imagen de un hombre en su tiempo y depara el conocimiento de hechos de primera mano que uno puede haber conocido por los libros de historia. Un ejemplo irrelevante: el atentado que sufre Floridablanca en Aranjuez en 1790 y la "bárbara entereza" (pág. 323) camino de la horca del "monstruo en figura de hombre" del culpable.

jueves, septiembre 20, 2012

Diego Doncel, Premio de Novela Café Gijón

Con la novela titulada En el tiempo de la infamia, Diego Doncel ha obtenido el Premio de Novela Café Gijón 2012. Me alegro.

lunes, septiembre 17, 2012

Álvaro de Campos


El viernes me preguntó un alumno al verme con este libro en la guardia de un examen por qué otra edición de la poesía de Pessoa. Le respondí que una nueva traducción al español, o sea, una propuesta más de lectura de un autor como Fernando Pessoa, casi siempre está justificada. Además, desde el punto de vista textual, la fijación de la obra de Pessoa es tarea aún abierta; más en el caso de este heterónimo, de Álvaro de Campos. Ya hablé aquí de este proyecto más que justificado de publicar en España la poesía completa de Fernando Pessoa que está llevando a cabo Abada Editores en ediciones bilingües al cuidado de Juan Barja y Juana Inarejos, y con ensayos de aproximación de Miguel Casado. Ahora le toca el turno a una primera entrega del futurista y moderno Álvaro de Campos, el de las odas de largo aliento, la Oda marítima, la Oda triunfal, o las más breve Oda marcial, que trata luminosamente Miguel Casado en su prólogo "Para una lectura de Álvaro de Campos", en donde el poeta y crítico propone "una lectura existencial de los poemas extensos, en la que aflora el conflicto del sujeto", el que se da entre un sujeto, el del poema, y otro, el de la enunciación, una suerte de desdoblamiento que va más allá de la creación del heterónimo pessoano; pero que ayuda a comprenderla. Para el que quiera volver a encontrarse con los poemas de Álvaro de Campos, las páginas de Casado suponen una provechosa novedad que recuerda y sugiere sabiamente otras lecturas recomendables, como las de Eduardo Lourenço, José Gil o Antonio Tabucchi. Como recomendable es la lectura de las Notas (págs. 313-348) de Juan Barja, que aportan valiosa información sobre el proceso de producción de algunos poemas y son certeros apuntes de interpretación de los mismos, y principalmente, de los poemas mayores, los citados y la Salutación a Walt Whitman, tan determinante en la caracterización de Campos.

jueves, septiembre 13, 2012

Dos retales


© CMD
Seré breve. Solo dos retales.
Una amiga poeta me dijo hace años, en agosto, que estaba preñada; y yo entendí que estaba premiada. Le di la enhorabuena. Ya he dicho que es poeta. Por algunos de sus libros ha recibido premios. El mejor es una niña hermosa que ahora debe de tener nueve años. También le di la enhorabuena. Me he acordado de aquello hace unos días, al saludar en la calle a la madre y a la hija.
Sermón largo, mueve culos. Ricardo Cantalapiedra lo escribió hace más de una década en El País a propósito de una crítica a un concierto de El Gran Wyoming y Reverendo en Madrid, en la Sala Galileo. Lo he rescatado ahora que el Reverendo ha muerto. Gusta la versión corta del dicho viejo con voluntad de ripio de que Largos sermones más mueven culos que corazones. Convencido estoy de que el noventa por ciento de los conferenciantes que suscriben el dicho no respetan al auditorio y exceden en mucho el tiempo razonable para decir sus palabras. Son los mismos que empiezan su discurso con un temible "Seré breve".

lunes, septiembre 10, 2012

Política educativa contra la lengua y la literatura


Hace pocas horas, ya ayer, me he alegrado por leer en el periódico HOY una carta de una antigua alumna, Cristina, hoy profesora de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria, en la que denuncia la infravaloración que esta asignatura está sufriendo por culpa de los responsables políticos en materia educativa en Extremadura. Estos han considerado que no son necesarias plazas de profesores para impartir la lengua y la literatura, ya que, con el aumento de horas de docencia, cualquiera más o menos afín —o no, dada la importancia de la asignatura— puede asumir esos contenidos. Cristina se enfada con razón.  Y evoca en su carta al García Márquez de Cien años de soledad: “El mundo habrá acabado de joderse el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga". Ya hemos llegado a esto. Me indigno; aunque me alegre por leer de esta manera a quien he ayudado a formarse. Para mí, esta alumna es tan ilustre como los que han salido también este domingo en EPS: el expresidente Rodríguez Zapatero, la cineasta Gracia Querejeta, el escritor Manuel Rivas y el torero José María Manzanares. Porque tuvieron unos profesores que fueron determinantes en su formación. Fueron, en su orden, Alfonso García (León), Ángel de Santiago (Madrid), Luz Pozo (La Coruña) y Mariano Ros (Elche). Curioso, los tres primeros, profesores de lengua y literatura; el último, profesor de filosofía. No me extraña que nos recorten.

sábado, septiembre 08, 2012

Benet


© Carlos Miralles
Escucho mientras escribo el programa "Juan Benet: entre la escritura y la impostura", del excepcional espacio radiofónico Documentos RNE, los sábados de tres a cuatro de la tarde. La posibilidad de que dentro de pocas horas pueda escucharse el podcast del programa en la página de RNE me exime de culpa por no haber avisado antes. Me parece más que saludable que sin venir a cuento de efeméride alguna, que yo sepa, la radio dedique un programa a un escritor tan poco leído como importante. Hace ochenta y cinco años que nació, casi veinte que murió y cuarenta y cinco que se publicó Volverás a Región, y merece la pena recordarle. Como ha hecho Documentos RNE, del siempre brillante Juan Carlos Soriano, en este programa de José Manuel Delgado.

martes, septiembre 04, 2012

Litterae XV


Dirigido por Emilio Torné y Enrique Villalba, el decimoquinto Seminario sobre Cultura Escrita Litterae se celebrará entre el miércoles 12 y el viernes 14 de septiembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El objeto principal de este nuevo encuentro es la Biblioteca Nacional de España y sus 300 años. Por eso participarán, por la BNE, Mª José Rucio, Pilar Egoscozábal, Arsenio Sánchez Hernampérez, José Carlos Gosálvez, que hablarán sobre papeles manuscritos, sobre personas y sobre proyectos de la casa; y, además, otros intervinientes como Pedro C. Rojo, David López del Castillo, del Seminario Edad de Oro de la Biblioteca (EDOBNE), que dirige Pablo Jauralde, que también interviene. Igual que José Manuel Lucía, que hablará sobre la colección caballeresca de la Biblioteca Nacional; o Emilio Torné, que lo hará sobre la tipografía de la princeps del Quijote. Ahí es nada. La inscripción es gratuita y puede hacerse aquí: litterae.litterae@gmail.com.

domingo, septiembre 02, 2012

Manifiesto por Ciudad Juárez


Lo leyó ayer Matías Muñoz, uno de los padres de Cuadernos del Matemático, que ha organizado este recital en Getafe como contribución al II Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez. Merece la pena dedicar poco menos de media hora a escuchar los poemas; y los datos que da, por ejemplo, Alberto Infante en su intervención, que no es poesía.

sábado, septiembre 01, 2012

Sonrojo


© EFE
Sonrojo.— Lo da saber lo que han costado los Premios Ceres de Teatro, pagados mediante subvención directa del Gobierno de Extremadura —DOE, núm. 151, de 6 de agosto de 2012, Decreto 153/2012, afrentoso al buen uso de la lengua española—, la región más pobre de España y una de las que están a la cola de las naciones de Europa. Disgusta conocer esta mecánica de la impudicia y de la catetez que prima la adoración del famoso frente a la compresión del arte; la apariencia y la pompa frente a la ética de la cultura. Lamentable. Comparar las cifras publicadas del coste de la gala con la mayor parte de los presupuestos presentados y desestimados por el Gobierno extremeño para actividades culturales resultará tan inane como obscena ha sido la firma del referido decreto. ¡Viva el teatro! 

viernes, agosto 31, 2012

Laura Wittner en La Biblioteca de Gulliver

Aparte el entusiasmo y la calidad —cambiante pero nunca desmayada— de los títulos editados en la colección La Biblioteca de Gulliver de Ediciones Liliputienses, hay dos rasgos destacables en ella. El primero es la relación nominal de su catálogo, compuesta por algunos autores que un lector medio español encuentra por primera vez. Hablo por mí en los casos de Gladys González, Emilio J. Lafferranderie, Maurizio Medo, Frank Báez o Marcela Parra, entre otros. Además, hay que añadir sobre esta nómina que es de procedencia latinoamericana, en su gran mayoría, salvo solo tres casos, si no he contado mal: los dos cacereños José Antonio Llera y David Eloy Rodríguez, y el ubetense Manuel del Barrio. El segundo rasgo no está tan generalizado en la colección; pero sí que está vinculado al primero. Se trata del criterio editorial de publicar muestras panorámicas de la producción de algunos de estos autores. Ya lo dije aquí a propósito de El ocre de la tierra, de Rocío Cerón: la efectividad del rasgo antológico en un lector que se enfrenta por primera vez a los textos del poeta. Pasó también —aunque no me lo puedo aplicar— con la entrega de José Antonio Llera, que ofreció además algunos poemas de un libro inédito, Transporte de animales vivos;  y pasa ahora con la antología propuesta por Laura Wittner (Buenos Aires, 1967), una autora con media docena de libros publicados desde 1996, todos fuera de España. Se titula Por qué insistimos con los viajes, que es el título de uno de los poemas de su último libro, Balbuceos en una misma dirección (Buenos Aires, Gog y Magog, 2011), y uno de los poemas que mejor pueden representar la poética de realismo dinámico de Laura Wittner, con la expresión siempre de las coordenadas de espacio y tiempo en la mayor parte de sus poemas. La noción de viaje, de desplazamiento, contiene la reflexión sobre todo lo visible, como una constante que ya estaba en su primer libro, Los pasillos del tren (1996), que luego está en Las últimas mudanzas (2001), en donde se suceden lugares, e incluso medios de transporte como el subte, desde donde lo que se observa es llevado al poema de una manera cruda, irónica, real, e incluso contestataria a ciertas etiquetaciones (“Respondiendo a Carver diez años después”: “El cuerpo no pesa lo suficiente sobre el colchón / y el deseo de dormir se diluye / en el deseo de todo. Este hartazgo / no se puede glosar. / Ni siquiera es hartazgo.” […]). Estimulante, sin embargo, esta voz-testigo de la rareza del mundo.

miércoles, agosto 29, 2012

89 años

Museo del Prado. Madrid
Llevo un tiempo con la lectura errante del volumen de estudios que Prensas Universitarias de Zaragoza ha dedicado al profesor Leonardo Romero Tobar. Volveré sobre ello, pues el maestro lo merece. Se titula Aún aprendo, muy a propósito para representar el talante intelectual del homenajeado. Sin embargo, hoy, octogésimo noveno aniversario de mi madre, el lema —título de un dibujo de senectud de Goya— tiene ese otro matiz que los coordinadores de este volumen evocan en sus páginas introductorias y que está en el adagio bis pueri senes (los ancianos son dos veces niños). Y tanto. Lo sabemos quienes tenemos una madre con la que repetimos los gestos ya lejanos que aplicábamos a los hijos cuando bebés, en la higiene personal o en el cotidiano sustento. Es, lamentablemente, un aprendizaje por regresión; y es ley del tiempo, que al pasar nos invita cruel a comparar lo pasado con lo presente. Mi madre en esto es un espejo claro. De las entradas que aquí le he dedicado, prefiero ésta, titulada "Las macetas de mi madre". También me gusta "Censura previa", por la fotografía. Me apetece recordarlas hoy, en su cumpleaños. Igual que la de hace dos años, "El falsete". Su lectura es un paseo entreverado de gusto y de melancolía junto a un río inaprensible, cuyo cauce contemplo, desposeído, de la mano de mi madre, que no comprende muy bien por qué le digo: —Felicidades.

lunes, agosto 27, 2012

Áyax (2)


Y en el centro José Vicente Moirón (Áyax). Portentoso, nuevamente. Es el mejor actor que tenemos. El talento más destacado de una reunión de talentos y de aciertos que parte de la sabiduría de un lector de la tradición teatral como Miguel Murillo y culmina en la sabia dirección de Denis Rafter, tan vinculado siempre a Teatro del Noctámbulo. Y la distinta perspectiva que el espectador disfruta en este tipo de espacios para el teatro permite percibir mejor esa conjunción en la que también están una música espléndida, la de Roque Baños, que marca el movimiento de los actores; unos efectos especiales —otra concesión impagable que nos da el espacio al aire libre romano de Mérida— que se reservan sin ostentación para el final; y una interpretación notable. Aquí es donde yo veo el único desequilibrio de este montaje; pues es muy difícil que cuando se ponen en escena a veintiséis actores —si no he contado mal— no haya altibajos. La altura y fuerza de la actuación de José Vicente Moirón acentúa la distancia entre principal y secundarios; y aunque a alguno le venga grande el ropaje trágico, es de justicia destacar la manera de interpretar de Elena Sánchez, en el papel de Tecmesa, o de Gabriel Moreno en el de Teucro. Ayer domingo fue la cuarta y última función. Lástima que estos trabajos ímprobos sean flor de un día —o de cuatro—; se preparan y estrenan con motivo de un festival y luego desaparecen. Ahora bien, ¿cuántas funciones tendría que hacer una compañía en salas convencionales para llegar a los miles de espectadores a los que ha llegado este Áyax? El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Teatro del Noctámbulo, coproductores del espectáculo, pueden sentirse satisfechos.

domingo, agosto 26, 2012

Áyax (1)


—Parad y pensad. Dice casi al final de la obra y dirigiéndose también al público el único personaje que no figura en el reparto de este Áyax de Teatro del Noctámbulo, dirigido por Denis Rafter sobre versión de Miguel Murillo, que vimos el viernes en el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Parad y pensad. Más que imperativo, lo dicho es una apelación que envuelve uno de los mensajes de la obra en torno a la guerra, el de la evitación de la violencia y la sinrazón. Otro es el de la manipulación del soldado como un monigote en manos de los poderosos —oficiales y dioses— que a la postre son los que reciben los trofeos. Hace poco —en comparación con el tiempo de Sófocles— que Valle-Inclán resumió en Las galas del difunto ambos mensajes: "—Allí solamente se busca el gasto de municiones. Es una cochina vergüenza aquella guerra. El soldado, si supiese su obligación y no fuese un paria, debería tirar sobre sus jefes." Puede que la gente salga del teatro comentando lo del marco incomparable, o que le ha gustado mucho una actriz; que la incomodidad alarga el tiempo y que el culo duele, o que el actor que decía lo de "Parad y pensad" no tenía acento extremeño precisamente. Pero, en el fondo, al llegar a casa, o de camino, parará y pensará en lo que se han propuesto decirle, y llegará a la conclusión de que lo han conseguido. ¿Cómo? Ahí está la magia. Con la conjunción de elementos que, como pocas veces, hacen el espectáculo. Esta esencialidad del teatro se hace más evidente en salas como el Teatro Romano. Basta con ampliar el campo de visión y alargar el histórico, y lo que se presentará ante los ojos tendrá otra dimensión. Una elemental disposición del espacio escénico para colocar a los personajes en dos extremos o bandos potencia su significado en escenarios tan sublimes como el de Mérida. La obra comienza y termina con la expresión de esos dos extremos, con el matiz de que al principio son griegos y troyanos, y al final son los mismos griegos los que se oponen. Y en el centro, el soldado Áyax.

martes, agosto 21, 2012

Cuadernos del Matemático Bucanero


© Ilustración de la cubierta: Joan Foncuberta
Creo que es la primera vez que aparece en la portada de Cuadernos del Matemático la mención del documentalista, Rufo Pajares, y un par de enlaces a videos sobre la revista. El primero es el que hizo Rufo Pajares para celebrar en 2009 los veinte años de la publicación, que presentaba su número 41-42, y al que ya aludí aquí. El segundo es el que me ha enviado esta mañana Ezequías Blanco sobre el último número, el 48, que se presentó este julio pasado en Getafe, en el Festival de Cultura Inquieta. Después de haber disfrutado con el contenido del número, abierto con un editorial duro y tierno, y un cuento tierno y duro de Medardo Fraile, y lleno de novedades, como la antología de poesía saharaui actual, este video es el mejor tónico.

lunes, agosto 20, 2012

Russell P. Sebold (LXXXIV)

No sé qué párrafo latino habrá elegido hoy Russell P. Sebold para leer; pero bien podría ser sobre parte del principio de De Brevitate Vitae, de Séneca: "Non exigum tempori habemus, sed multum perdimus. Satis longa & in maximarum rerum consummationem large data est, si tota bene collocaretur". Que en la traducción de Pedro Fernández Navarrete (1564-1632) que se reeditó en el siglo XVIII (1789) vendría a ser que "El tiempo que tenemos no es corto; pero perdiendo mucho de él, hacemos que lo sea, y la vida es suficientemente larga para ejecutar en ella cosas grandes, si la emplearemos bien". Lo cierto es que me honra celebrar un capítulo más (Russell P. Sebold, 84) de la vida de un amigo que ha aprovechado bien el tiempo y que nos ha deparado numerosos estudios sobre nuestra literatura, principalmente de los siglos XVIII y XIX. Hace unos meses me enviaba un artículo recién publicado y una carta electrónica en la que me decía que acababa de terminar un ensayo sobre El cuarto poder, de Palacio Valdés, y que estaba sacando apuntes para otro sobre cómo Garcilaso se adelanta a la sensibilidad moderna. Al tiempo, corregía pruebas de su edición de El dios del siglo (1848), la “novela de costumbres contemporáneas” de Salas y Quiroga, ya editada por Cátedra en su colección Letras Hispánicas. Es admirable. Hoy cumple 84. Felicidades, Bud.

domingo, agosto 19, 2012

Funcionarios


El jueves estuve en Tesorería General de la Seguridad Social de Cáceres, en las oficinas del Paseo de Cánovas (Avenida de España, 14), del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Sentado frente a la mesa de la funcionaria que me atendió pude ver pegado en un panel el cartel que ilustra esta entrada y en otro lugar un folio impreso con la frase "No más recortes". Fue el decorado de aquellos puestos en los que trabajaba en torno a una veintena de personas en atención al público. El trato fue exquisito y la gestión eficaz. Tanto por parte de la funcionaria aludida como por el segundo funcionario que me atendió en otra gestión. Incluso la persona que estaba en información me solucionó una espera más larga de lo normal por un problema técnico que me permitió, empero, comprobar cómo el tiempo que pasaba desde que un usuario extraía su número y la llamada para ser atendido no superó en ningún caso los cinco minutos, y en varios fue de menos de cincuenta segundos. Estamos en agosto, sí, y hay menos público; pero también vivimos un tiempo en el que los funcionarios tenemos que soportar el desprecio de muchos —y del propio Estado que nos sisa derechos que ha costado mucho tiempo y muchos esfuerzos conseguir. Allí se palpaba orgullo por el desempeño de unas funciones y una responsabilidad laboral reivindicativa; y me pareció extraordinariamente saludable. Pienso ahora en la fuerza de tantos. De policías, de profesores, de bomberos, de funcionarios de prisiones, o de agencias tributarias, o de la seguridad nuclear y protección radiológica, de jueces, de médicos, de diplomáticos, de conserjes, de bibliotecarios, de agentes de tráfico, de funcionarios municipales... Ninguno nombrado a dedo. Paralizaríamos el país sin violencia alguna.

sábado, agosto 18, 2012

El bisabuelo de los Machado


Bajo el título más periodístico de "La última incógnita de los Machado" —el original era "La fecha de la muerte del bisabuelo filósofo de los Machado"— ABC ha publicado hoy este artículo de mi hermano José María en el que descubre la fecha de la muerte de José Álvarez Guerra: el 8 de julio de 1863. Había nacido en Zafra en 1778 y fue una de las personalidades políticas e intelectuales más significativas de un momento especialmente destacado de nuestra historia contemporánea. A Fernando T. Pérez González (1953-2005) debemos la obra más completa sobre su figura: El pensamiento de José Álvarez Guerra (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2007) y le he recordado esta mañana al leer el artículo de Josemari, porque es en cierta manera un homenaje a Fernando.

jueves, agosto 16, 2012

Regalos


Mantengo con mi compadre Miguel Salazar una relación muy especial, una amistad de sangre, mayestática, en la que nuestra  coetaneidad es una especie de blasón que repetimos: "Nos llevamos dos días". Así que llevamos cumpliendo años juntos a pesar de la distancia. Hoy me ha enviado dos regalos en forma de imágenes para el recuerdo. La cubierta del libro que le regalé cuando cumplimos los veinticinco años y que llevaba la dedicatoria "Para Miguel, en el primer cuarto de siglo compartido. Agosto, 14. 1987". Desde luego, tenemos a huevo la dedicatoria para este año. La otra imagen es la mitad de un billete de cien pesetas que dividimos un 2 de octubre de 1982. Nos emplazamos para juntar las dos mitades diez años después. Han pasado treinta ahora. Los regalos —felicitaciones y recuerdos— también llegan por vía telemática. Celebro ahora esta manera simbólica de fundirse. Se agradece.

50 años


Hoy cumplo cincuenta años. Llevo esperando este momento desde hace poco menos de veintidós. Desde que leí un artículo titulado 50 años de José Antonio Gabriel y Galán que publicó El País el miércoles 24 de octubre de 1990. Poseo recorte. Me dije: ojalá pueda escribir un artículo como éste cuando llegue a esa edad. Mi deseo no era tanto llegar a escribir un artículo brillante y lúcido como el de GayGa, sino comenzar algo con esas cuatro palabras que fueron el inicio del texto del novelista y poeta placentino; es decir, llegar a cumplir esos años en que para el citado perdemos pasión y ganamos distanciamiento, complejidad y alcance de los contrarios. En la cincuentena —decía— "Empezamos a tener la impresión de que nuestra vida ha sido vivida por otro, un otro con el que en muchas ocasiones no coincidían ni nuestros criterios ni nuestras sensibilidades: alguien que no ha hecho sino acumular renuncias. Este descubrimiento de la identidad tardía hace que sólo en parte asumamos el pasado y de que pronto lo sintamos como irrecuperable, lo que supone una especie de invitación a ponerse serios". José Antonio escribió aquellas palabras diez años después de serle dictada lo que él llamó su sentencia de muerte, el mismo día del estreno de su versión teatral de La velada de Benicarló de Manuel Azaña: un linfoma que finalmente lo mató el sábado 13 de marzo de 1993. Hay, por eso, en 50 años ciertos vislumbres de esa conciencia de la lucidez del enfermo que habla de la enfermedad como realidad y que considera la cincuentena como "la fase en que el individuo se preocupa por vez primera del arte de vivir". Y, sin embargo, GayGa no hizo ninguna alusión a aquel texto ni a aquel cumpleaños en su Diario 1980-1993 Invitación a la resistencia, que publicó la Editora Regional de Extremadura gracias al afán de Álvaro Valverde y a la voluntad de Cecilia Alarcón y que fue Premio Extremadura a la Creación a la Mejor Obra Literaria publicada en 2007. Lo más aproximado, una referencia a los cincuenta años en las meditaciones de José Antonio sobre una futura novela: "50 años - se acentúan las complicaciones de salud; la muerte deja de ser una idea para convertirse en una hipótesis" (pág. 186). En fin, tenía ganas de recordar aquel artículo del autor de Un país como éste no es el mío en la celebración de estos cincuenta años que son, sin sones épicos, una conquista. La conquista de un territorio sembrado por recuerdos de los que no están porque se fueron demasiado pronto; la conciencia de una fragilidad a la que hay que echar de comer aparte, hay que apartarla, sí, y marear la perdiz y dejar que el tiempo pase. Con la lucidez del digno. Creo que me estoy complicando para ser mi cumpleaños. Es más fácil soplar velas, más alegre que arriarlas. Yo no me quiero morir; pero cualquiera sabe. Por ahora, y con permiso de los que verdaderamente son inmortales, hoy cumplo cincuenta años. Y dije velas, no cirios. Pues eso.