sábado, octubre 03, 2015

Timoteo Pérez Rubio


El 9 de agosto de 1977 el diario El País publicaba esta noticia: «En su residencia de Río de Janeiro falleció ayer el pintor español Timoteo Pérez Rubio. Nacido en Oliva de Jerez, Badajoz (1896), fue, sin duda alguna, el artista extremeño más importante de la anteguerra. En 1932 obtuvo la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Ocupó el cargo de subdirector del museo de Arte Moderno […] y el de presidente de la Junta de Defensa del Tesoro Artístico Nacional. Estaba casado con la escritora Rosa Chacel […] Timoteo Pérez Rubio protegió los monumentos madrileños y las obras del Prado durante la guerra civil». Además de corregir el error de la noticia, pues Timoteo Pérez Rubio nació en Oliva de la Frontera (Badajoz), habría que añadir hoy que es una de las figuras más importantes que Extremadura ha dado en el siglo XX. Coetáneo de toda la vanguardia europea —nació el mismo año que Gerardo Diego y que André Breton—, fue recordado en Extremadura por su paisano Francisco Lebrato Fuentes y por Javier Pizarro Gómez, reciente director de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, que escribió su biografía (Badajoz, Departamento de Publicaciones de la Diputación Provincial, 1998). Conocida y difundida buena parte de su producción artística, es hora de destacar el valor del fondo documental de Timoteo Pérez Rubio que alberga desde hace años el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC) y que «contiene un total de  280 textos de creación literaria —poemas y textos en prosa— y 33 cartas y  documentos de su archivo personal, que se completa con 161 fotografías, 15  textos de prensa y 22 dibujos. El interés de este fondo es innegable, por la importancia de su autor y por su carácter inédito y desconocido. Así pues, la posibilidad de que la Universidad de Extremadura, en colaboración con el MEIAC, disponga de ese conjunto de documentos para su reproducción y tratamiento para la aplicación de marcación en TEI (Text Encoding Initiative), abriría una vía de investigación en el ámbito de las Humanidades de extraordinario valor, que, además, tendría una inmediata repercusión en el ámbito social y cultural, y no sólo en el específicamente científico y especializado.» Extraigo estas líneas del resumen publicado por mi compañero Jesús Ureña Bracero sobre su comunicación en el próximo II Congreso Internacional de Humanidades Digitales Hispánicas: «Innovación, globalización e impacto», que se inicia este lunes 5 de octubre en la UNED (Edificio de Humanidades. Paseo Senda del Rey, 7 Madrid). Su contribución se titula «Edición digital genética y facsimilar de los manuscritos literarios inéditos del pintor Timoteo Pérez Rubio (1896-1977)», y estoy convencido de que será uno de los incentivos de mayor pujanza para la activación de un proyecto que sitúe a Timoteo Pérez Rubio en el lugar más honroso del mapa patrimonial de Extremadura. Por figuras y obras así merece la pena que una comunidad se sienta orgullosa.
Placa conmemorativa en la fachada del domicilio del pintor en la Plaza Tirso de Molina de Madrid

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