miércoles, julio 31, 2013

Cristóbal Cuevas


© Diario Sur
Por Antonio Gómez Yebra me he enterado de la muerte el pasado sábado día 27 del que fuera catedrático de Literatura Española de la Universidad de Málaga Cristóbal Cuevas (Fuengirola, 1932), el gran especialista en la literatura de los Siglos de Oro, editor de Fray Luis de León, de San Juan de la Cruz, de Fernando de Herrera... Su edición de la Poesía castellana original completa (Madrid, Ediciones Cátedra, 1985) del poeta sevillano fue para mí, recién terminada la carrera, un benéfico tocho de casi novecientas páginas que ayudó a rellenar una laguna enorme. También por su edición en Castalia leí El día de fiesta por la mañana y El día de fiesta por la tarde de Juan de Zabaleta. Pero sus investigaciones sobrepasaron los siglos XVI y XVII y a él debemos estudios sobre aspectos y autores más modernos, desde Salvador Rueda, a José Moreno Villa o Antonio Buero Vallejo; además de su contribución al conocimiento del patrimonio literario de Málaga con la dirección del gran Diccionario de Escritores de Málaga y su provincia (Madrid, Castalia, 2002). Tengo numerosos testimonios encuadernados de su paso como crítico —de ensayos filológicos y de ediciones de clásicos— por las páginas del ABC Cultural, sobre todo en los años 90, en las que atendió novedades como la edición de los Escritos literarios de Mayans a cargo de Jesús Pérez Magallón, la publicación de la Obra poética de Carolina Coronado en edición de Gregorio Torres Nebrera, el libro de Domingo Ynduráin Humanismo y Renacimiento en España, el Glosario de voces anotadas de los Clásicos Castalia que coordinaron Robert Jammes y Marie Thérèse Mir, etc., etc., etc. En 2005 se publicaron los dos volúmenes de A zaga de tu huella. Homenaje al profesor Cristóbal Cuevas García, en edición de Salvador Montesa Peydró, con ese verso del Cántico Espiritual de San Juan a quien dedicó tantos afanes el profesor. 

1 comentario:

Fernando Valls dijo...

Leí muchos artículos, ediciones y libros suyos y siempre aprendí en ellos infinidad de cosas que no sabía. Recuerdo, en especial, sus trabajos sobre San Juan de la Cruz. Lo traté en un par de ocasiones, en Málaga, con motivo de los congresos dedicados a la literatura contemporánea, cuyas primeras ediciones con tanto tino dirigió. Ha sido un filólogo muy importante de cuyos saberes todos nos hemos beneficiado.