viernes, abril 20, 2012

Antonio Gómez discursivo

A este libro de poemas de Antonio Gómez, Todas las islas lejos, le ha correspondido la letra C de la colección "Luna de poniente" de la editorial de Mérida De la luna libros. Esperaba uno esta entrega con crecido interés por cómo plasmaría el fotógrafo Pedro Gato en la cubierta el rostro curtido y sereno del artista. No defrauda por fuera, para nada. Tampoco por dentro. Me resulta muy difícil disociar la obra experimental y visual de Antonio y su poesía escrita, como la llama Álvaro Valverde. A fuer de su defensa, el autor ha tenido siempre presentes por igual lo visual y lo discursivo. De hecho, el propio Antonio Gómez ha convertido libros de poemas convencionales en poemas-objetos, como Desata el nudo que te ata (1 y 2) o el espléndido Paso a paso voy dando fin a mi propio entierro. Este libro de Todas las islas lejos es un conjunto de treinta y seis poemas de variada extensión, pero entre tres y diecisiete versos; o sea, nunca más allá de la página, y, por consiguiente, visibles de un golpe. Como siempre, podría decir, porque así ha sido en libros como Caminar por caminar cansa (Badajoz, Col. Alcazaba, 1999) o Cruce de caminos (Gerona, Luces de Gálibo, 2009). Parece un significativo indicio del poeta visual que es Antonio. El título del libro proviene del poema que comienza “Apenas orilla”, en el que se leen estos versos: “La noche sin estrellas, / los faros ciegos / y todas las islas lejos.” Es un texto que remite a la noción de naufragio, del naufragio de una vida en la que “sobrevivir es la costumbre”, que es el final del poema. Curiosamente, casi en el centro de esta obra que contiene sus buenas dosis de desolación y de protesta, de conciencia de opresión y falta de libertad como de conciencia de lo pasado para asumir el porvenir; y que se aferra, en fin, a buscar luces y aspirar a ser feliz, aunque sea cerrando los ojos para volar. Un libro muy sugerente en su parquedad y grande en su humildad; como su autor.

1 comentario:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Yo tampoco puedo disociar una parte de su obra de otra. Pero qué bien escribe Antonio.