sábado, agosto 07, 2010

Sobresalto

Dicen los diccionarios que un sobresalto es una sensación. Vale. Una sensación cuyo origen es algo imprevisto, añaden. Un susto repentino. O sea, una sensación. Yo creo que es una putada, que también viene en el diccionario, pero con un significado que no cuadra para lo que quiero decir. Putada en el DRAE es "acción malintencionada que perjudica a alguien"; y yo al responsable del sobresalto no lo ubico ni creo que tenga mala intención. Una putada, en mi diccionario de uso, es también lo malo que te pasa. Y un sobresalto es lo malo que te pasa de repente, sin esperarlo, aunque al final no resulte tan malo. O sea, uno de los muchos tipos de sensaciones. De pronto, envías una carta y el sobresalto te dice que la carta ha llegado pero que no ha servido de nada; que tu amor no la ha leído y que tu amor está mal. Y tú, hasta que no la ves, no sabes ciertamente qué le pasa. La sensación del sobresalto sobreenciende luego todos los sentimientos y activa un montón de diminutos circuitos de tu cerebro. Acaricias una mano y besas unos labios y estás viéndote a ti mismo una hora atrás escribiendo que te espero cuando salgas del trabajo para tomar algo. El sobresalto es decirle a quien quieres buenos días y no saber que te estás despidiendo. En la mayoría de los casos, el sobresalto no es tan dañino y lo escribes. No pasa nada, que conste. Y lo escribes.

2 comentarios:

Los viajes que no hice dijo...

Pues no pasará nada, pero me has dado un susto horroroso hasta que he leído "No pasa nada, que conste".
Un abrazo grande.

Miguel A. Lama dijo...

Gracias por el interés y perdón por el susto. Era sólo, a partir de un motivo cotidiano, una reflexión con cierta pretensión de estilo. Un abrazo.