Espero que no parezca extraño que me alegre de la novedad estupenda que supone que en los dos últimos años se haya dado tan inocua redundancia editorial: dos ediciones anotadas del teatro de Nicolás Fernández de Moratín. De una hablé aquí y hablaré en una reseña que publicará la revista Dieciocho, la edición de las Tragedias a cargo de Josep Maria Sala Valldaura en Editorial Crítica. De la otra hablo ahora, la edición de Jesús Pérez Magallón, profesor de McGill University en Canadá, almeriense trasplantado a Barcelona, en donde publicó sus poemas —tiene libro en Ámbito literario—, buen lector, autor de diversas y excelentes ediciones de textos —entre ellas la de la poesía de Leandro Fernández de Moratín y, junto a Russell P. Sebold, la de una rareza necesaria como El hombre práctico (1686), del Conde de Fernán Núñez. Se trata del Teatro completo de don Nicolás en la colección Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra.
Se dice pronto. Ha pasado siglo y medio desde la última vez que se editaron estas obras en papel, así reunidas. De La petimetra, la comedia, hay ediciones modernas y bien cercanas; pero lo de las tragedias empezaba a ser ya preocupantemente trágico. Y espero que no parezca extraño lo que digo.
Junto a la extensa introducción de Sala Valldaura en su edición citada, las palabras escritas para la suya por Pérez Magallón son una de las aportaciones de mayor rigor e importancia sobre la figura del que fuera empleado de la Casa Real, buen amigo de Cadalso, uno de los más activos reformadores del teatro español y autor de uno de los libros en verso más netamente didácticos de su siglo: el Arte de las putas.
La petimetra, Lucrecia, Hormesinda y Guzmán el Bueno, las cuatro piezas, las puede tener en su mano el lector en esta edición tan manejable sin manual de instrucciones.
miércoles, septiembre 12, 2007
Moratín padre
Publicado por Miguel A. Lama en miércoles, septiembre 12, 2007
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1 comentario:
me uno a tu comentario dél espléndido trabajo que realizó el profesor Pérez-Magallón para las obras de Moratín. Pocos trabajan tan bien como él.
Clara García
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