Hace tres meses, en el Congreso de Escritores Extremeños, tuve en mis manos uno de los treinta y ocho ejemplares de una obra de Antonio Gómez, que el propio autor me dejó contemplar. Testigo: Álvaro Valverde. La obra: RELICARIO (Cuenca, Segundo Santos Ediciones, 2005). Una caja de cartón reciclado con un tizón y un texto explicativo e inculpatorio: "Durante la tarde del martes 27 de julio de 2004, en la localidad onubense de Riotinto se declaró un incendio de trágicas consecuencias: dos personas fallecidas, 125 intoxicadas, 600 desalojadas de sus casas y 26.672 hectáreas de matorral, pinar, eucaliptos, alcornoques y encinas arrasadas y calcinadas. Las llamas iniciales fueron provocadas y se mantuvieron activas durante cuatro días, transformando el entorno en desolación y cenizas. La naturaleza tardará en regenerar todo lo destruido y hasta que el horizonte reverdezca el presente tizón, recogido en medio de esta catástrofe, nos acusará de culpables." Antonio Gómez.