domingo, septiembre 15, 2019

Savater y sus libros


© De la fotografía, Claudio Álvarez. El País.
El otro día compartí una frase del último libro de Fernando Savater (La peor parte. Editorial Ariel, 2019): «Un amor que no desazona y perturba cuando está vivo, que no aniquila cuando pierde irrevocablemente lo que ama, puede ser afición o rutina, pero no auténtico amor». Y hoy me he acordado de aquello al leer la entrevista que Javier Rodríguez Marcos hizo al filósofo y que publica El País, y que recomiendo, por lo mucho que dice en poco espacio. Pero lo primero que me ha llamado la atención ha sido esta fotografía del escritor en su casa. Me entusiasman las imágenes de bibliotecas particulares en las que uno puede reconocer los libros de otros. Aquella famosa, por ejemplo, de Gastón Baquero en su domicilio de Madrid, hace ya años, de Gorka Lejarcegui o la de mi buen amigo Philip Deacon, que yo publiqué aquí y de la que aún tengo pendiente de catalogar los volúmenes que se ven. Hay muchas, pues parece muy socorrido y recurrente retratar a un escritor con sus libros. Hace unos años debí de quedar como un descortés cuando me negué a que grabasen imágenes de mi biblioteca, que no merece ninguna difusión. Estaría bueno. Solo esa posibilidad me ruboriza. Vuelvo a Fernando Savater. En la fotografía de Claudio Álvarez que se publica en la edición en papel de El País —no la veo en la edición digital, en la que hay otra—, y que he visto esta mañana, se muestran los libros que tiene en la estantería a su espalda y sobre la mesa. No logro reconocer los títulos que hay detrás —no sé, algo de Rudyard Kipling…—; pero sí el Pensar sin asideros, de Hanna Arendt, el volumen I de sus Ensayos de comprensión 1953-1975–, y, sobre todo, un libro que es muy querido y que he reconocido en cuanto he abierto esa página y mirado esa fotografía. Fernando Savater tiene sobre su mesa un ejemplar de He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes, de Basilio Sánchez (Madrid, Visor, 2019), el último Premio Fundación Loewe de Poesía, sobre el que estoy escribiendo. Qué cosas. Me gustan mucho estas coincidencias.

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