miércoles, abril 11, 2018

Javier Cercas con asterisco


Mañana será la última de las dos sesiones de dos horas que voy a dedicar este curso a Soldados de Salamina, de Javier Cercas, y la primera vez que lo haga a partir de una edición anotada, muy rigurosa, muy bien hecha, y muy reciente —hasta noviembre de 2017 no me llegó mi ejemplar— que ha publicado Ediciones Cátedra en su colección Letras Hispánicas: Javier Cercas, Soldados de Salamina. Edición de Domingo Ródenas de Moya. Madrid, Ediciones Cátedra (Col. «Letras Hispánicas», 790), 2017). No hace tanto que programé por primera vez esta excepcional novela —dice Domingo Ródenas que dijo «en 2010 el premio Nobel japonés Kenzaburo Oé que Soldados de Salamina le pareció "una obra maestra" y no seré yo quien le contradiga» (pág. 172)— en mis clases de cuarto de Filología Hispánica, y ha sido una satisfacción en estos años incorporar novedades editoriales sobre el texto que nos ocupa. En el curso pasado fue la «edición escolar» con prólogo de Ángel Esteban y material didáctico de Yannelys Aparicio y Ángel Esteban (Madrid, Debolsillo, 2016), y ahora este espléndido estudio que rodea a un texto que se convirtió en un fenómeno editorial. Una edición como la que ha elaborado Domingo Ródenas de Moya es más que un estudio. Lo es, pero quintaesenciado, reduplicado. La introducción tiene más de ciento cincuenta páginas, y pocas veces tiene tanta justificación tal prolijidad, que aborda la novela como fenómeno de sociología literaria; a su autor, antes y después de Soldados de Salamina; que analiza su concepto de novela —otra vez el punto ciego—; que recorre el texto y su ficción y su realidad; que se detiene en las articulaciones del discurso narrativo —el contrapunto cómico del personaje de Conchi, el relato real, la figura del padre...— y en el tema del heroísmo; que, en fin, interpreta con justeza la obra y responde a muchas de sus miopes e injustas lecturas. Tanto esta introducción como la bibliografía están actualizadas hasta —supongo— no mucho antes de la aparición de la edición, pues se tiene en cuenta la última novela de Cercas, El monarca de las sombras, que tuvo fecha de febrero de 2017. Soldados de Salamina se anota con más de cien notas al pie, muy esclarecedoras, y se culmina con la relación de variantes entre la primera edición y la versión que estableció Cercas en 2015, y con unos apéndices con el epílogo a esa edición, aquel artículo determinante de Vargas Llosa en septiembre de 2001 que aceleró el éxito, y unos textos de Eugenio Montes, Jorge Luis Borges y Thomas Hardy que vienen al pelo para leer a ese Cercas. Ese Cercas que parece un nombre en plural. Más bien dual, lo que justifica la tercera nota de la introducción de esta gran edición: «Como marca de discriminación entre el Javier Cercas real (el autor) y el Javier Cercas ficticio (el narrador), distinguiré a este segundo con un asterisco (*)». Eso sí, yo habría añadido a lo de narrador un matiz: «el personaje».

2 comentarios:

Desolado dijo...

Javier Cercas ya en Letras Hispánicas, antes que Goytisolo, Espinosa, Benet, Martín-Santos... Algunos críticos han perdido toda la vergüenza, y están empeñados en una revolución conservadora en lo estético, que están ganando con la ayuda de muchos. Jordi Gracia, Ródenas de Moya, algún día la crítica se frotará los ojos viendo lo que se ensalzaba a principios del siglo XXI.

Miguel A. Lama dijo...

Sí, hay que frotarse los ojos ante comentarios así. Tanto Juan Goytisolo como Juan Benet pertenecen desde hace años al catálogo de Letras Hispánicas, y de Martín Santos, de su «Tiempo de silencio» hay una buena edición de 2005, hecha por Alfonso Rey, en Clásicos y Modernos de Editorial Crítica. Son autores incontestables, y compatibles todos con los planteamientos estético de esa supuesta «revolución conservadora». Qué lejos todo de una apertura de miras.