miércoles, agosto 21, 2013

Pervivencia de Claudio Rodríguez


Si Vigencia de Claudio Rodríguez fue el título de las V Jornadas sobre el poeta organizadas a finales del año pasado por el Seminario Permanente Claudio Rodríguez de Zamora, Pervivencia de Claudio Rodríguez debería ser el lema que represente la labor que este Seminario, con el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo y la Biblioteca Pública de Zamora —Asunción Almuiña y Concha González—, viene desarrollando desde hace media docena de años con la publicación de la revista Aventura, cuyo número 4, que recibí hace unos días, recoge el contenido de aquellas jornadas. La palabra es lo principal en estas páginas; pero hay juego tipográfico y hay imágenes de los participantes en las sesiones, de la exposición sobre CR en la Biblioteca desde el 29 de noviembre de 2012 hasta el 31 de enero de 2013;  hay una cronología (1934-1999), y hay información bibliográfica y sobre el Centro de Documentación Claudio Rodríguez. En cuanto a la palabra principal creo que hay muchos motivos para considerar este volumen como una aportación importante al conocimiento del poeta zamorano; y no sólo, insisto, una demostración de su vigencia asegurada. Por el sentido texto de la conferencia de Ángel Rupérez, que nos habla, desde el conocimiento directo y la amistad de Claudio, de la aventura poética como un recorrido por su producción, por libros como Conjuros o Casi una leyenda, aparte la ebriedad mística de los primeros poemas. Por la palabra también de quien tan cerca estuvo del poeta, José Ignacio Primo Martínez. Entre ambas, un coloquio conducido por Tomás Sánchez Santiago y Fernando Yubero con los poetas Fermín Herrero, Ada Salas y Alberto Santamaría, para quien la única manera de mantener vivo a CR es consumirlo, desmenuzarlo; y una lectura poética de Olvido García Valdés introducida por Juan Manuel Rodríguez Tobal y Luis Ramos. Hay una colaboración especial de Jorge Riechmann, con las notas que tomó en una lectura de Claudio Rodríguez en Madrid cuando el autor de El día que dejé de leer El País tenía —es de mi quinta— veintidós años, y está el texto de la intervención del profesor americano W. Michael Mudrovic en la presentación de su libro sobre la poesía claudiana publicado por la Universidad de Valladolid —reencuentro en las fotografías al colega latinista Pedro Conde, responsable de sus Publicaciones— y el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo. Por último, aunque no en último lugar en el volumen, presentan interés diverso las comunicaciones presentadas a las Jornadas, siete en total, que ocupan casi sesenta páginas y que van desde una sugerente comparación entre las poéticas de Claudio Rodríguez y de Aníbal Núñez en el texto de Celia Corral Cañas, que recuerda aquel calambur del salmantino «¿Dónde la ebriedad?», hasta alguna propuesta didáctica sobre CR12 —por el año 2012— en la que —¿era de esperar?— se alude a la coincidencia de las iniciales con un famosísimo jugador de fútbol. Con lo que Claudio Rodríguez pasaría a ser el otro CR. Aquí no; en este espléndido volumen de Aventura, CR es Claudio Rodríguez. No hay otro.

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