viernes, abril 25, 2008

Jesús García Calderón en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres

Quizá un exceso de discreción ante alguien que viaja con escolta explica que haya esperado a escribir este apunte sobre Jesús García Calderón (Badajoz, 1959), Fiscal Superior de Andalucía, que esta misma mañana nos ha honrado en el paraninfo de la Facultad de Filosofía y Letras con una espléndida conferencia sobre la protección penal del patrimonio histórico y de ciudades como Cáceres. Esto no quiere decir que no haya habido en esta ciudad difusión sobre todo un acontecimiento como es tener aquí a una personalidad de la importancia y de la valía de este jurista, de este ciudadano solidario y responsable, de este escritor como la copa de un pino. Y ha ocurrido lo que suele ocurrir en estos casos en los que la ignorancia se impone a la razón. Sólo un medio de comunicación, ningún fotógrafo, nuestro Gabinete universitario de comunicación, sí; ningún alumno, excepto los que acudieron a recoger los premios de relato corto y de poesía “San Isidoro de Sevilla”, nuestro patrón; escasos profesores de Filosofía y Letras, sólo dos representantes del equipo rectoral —los dos profesores de la casa—, ningún jurista, sí el decano de Derecho y el director de la Escuela Politécnica; sólo un representante de esta ciudad Patrimonio Mundial y ningún puesto medio técnico de la Junta de Extremadura... Sólo una persona ha ido hoy a la Facultad a escuchar a Jesús García Calderón. Y lo ha hecho desde Mérida. Ha sido Elías Moro, amigo escritor. Así que un montón de gente se ha perdido esta mañana una charla bien dicha, con conocimiento y con pasión.
Compartir con Jesús García Calderón un rato de conversación es una experiencia didáctica, en la que uno se afana en la escucha, en la que uno recibe información de primera mano sobre lo que pasa en la calle, sobre lo que ocurre en los libros y en el mundo, y en la que siempre queda, con personalidades así, de tanta estatura, esa estupefacción ante la vivencia de las experiencias extremas, y ante esa forma de conciencia solidaria y responsable de los hombres justos.

García Calderón nació en Badajoz un 10 de agosto de 1959 y se licenció en Derecho, especialidad de Derecho Público, por la Universidad de Sevilla en 1981, en la que fue profesor antes de meterse de lleno en la carrera fiscal, primero como Abogado Fiscal en las Audiencias de Huelva y de Sevilla, y luego como Fiscal en esa misma Audiencia sevillana y en la Provincial de Lugo desde 1995 a 2001, cuando fue nombrado Fiscal Superior de Andalucía.
Ha sido, además, Consultor Internacional para el Proyecto de Capacitación del Ministerio Público de la República de Honduras, y en proyectos oficiales de cooperación internacional en materia de legislación cultural y para la lucha contra el blanqueo de capitales en las Repúblicas de Colombia, Bolivia, Ecuador, Argentina, Méjico, Uruguay y en la República de Macedonia; también Consultor Internacional para la mejora de la legislación de protección del menor y del adolescente infractor en la República de Panamá y Consultor Internacional para la mejora de la investigación criminal en la República de Honduras.
En paralelo a su dedicación profesional, apabullante, ha desarrollado una intensísima labor como investigador y ensayista en asuntos jurídicos que se materializa en más de una treintena de publicaciones, como La protección penal del Patrimonio Histórico en el Código Penal de 1995 (Madrid, Universidad Complutense, 1997), Los daños por imprudencia al Patrimonio Histórico (Madrid, Centro de Estudios Jurídicos de la Administración de Justicia,1999), La idea de temeridad en los delitos contra la seguridad del tráfico, (Madrid, Universidad de Granada y Dirección General de Tráfico, 2002), Mediación y Maltrato Familiar (Madrid, Instituto de la Mujer y C. E. J. A. J., 2002), y numerosos artículos editados en revistas especializadas. Y también, una trayectoria literaria, en el terreno del relato corto, y una prueba es su libro Los regalos sombríos (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2001); y, principalmente, en la poesía, con libros como La provincia, publicado en la colección Adonais en 1991 como Premio “Florentino Pérez-Embid”; La moneda secreta (Sevilla, Col. Ángaro, 1996), Un lugar en el Norte (Badajoz, Del Oeste Ediciones, 1997); Hacer es destruir (Sevilla, Col. Ángaro, 2003), Los nudos de la vida (Córdoba, Ánfora Nova, 2006), entre otros. En 2006, también en la Editora Regional de Extremadura, y con un prólogo de Antonio Carvajal, apareció la antología de su obra poética La soledad partida. Antología 1991-2006.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ningún alumno...
Nadie nos ha informado, como otras muchas veces...

Miguel A. Lama dijo...

Si te refieres a llevar en mano la información, no; nadie os ha informado.
Pero me consta que el Vicedecanato de Extensión Cultural ha hecho difusión en la propia Facultad, en otros centros, entre los profesores, a través del correo electrónico y en los medios de comunicación.
Yo sí he sido informado el martes pasado, víspera de la fiesta local de San Jorge, de que algunos alumnos de Letras habían dicho que no venían a clase el jueves; así que imagínate si iban a venir el viernes, día festivo para los alumnos de Letras.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

1. "No nos han informado" ES UNA FRASE QUE PASARÁ A LA HISTORIA. Hay que empezar a decir, no me he informado. En cualquier caso, es preocupante lo difícil que es, en ocasiones, traer a Extremadura a insignes conferenciantes para que acabemos excuchándolos los organizadores del acto. Cada vez me da más pena ver que se extiende la plaga de quienes se niegan a escuchar a alguien que sabe de un tema si no hay de por medio un mísero crédito que convalidar.