martes, diciembre 30, 2008
Amigos de Javier
Quizá se enfade conmigo Javier Fernández de Molina por hacer público este regalo, y provocar que se enfaden con él sus amigos invitados, a quienes, a lo peor, todavía no les ha enviado un ejemplar. Ya les llegará. Quizá se molesten los que no cito, aunque hay algunos de éstos que no están.
Otro regalo. Como todo no va a ser cultura impresa, tengo en casa unos menudillos, unos dulces típicos de Navalvillar de Pela, que me ha regalado Luis Arroyo. Gracias.
domingo, diciembre 28, 2008
Portugal hoy, hace dos meses
Insiste Javier en denunciar esa falta de interés por Portugal que puede explicar que ninguna editorial española no institucional haya movido nada para hacerse con un éxito de ventas como Portugal hoy de José Gil (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2008. Traducción de Antonio Sáez Delgado). Y nos deja un enlace para una canción de Deolinda sobre la que sugiere que puede ser un himno —representativo— de Portugal hoy. Sugiero también que se vea esta otra actuación de Deolinda, aunque sólo sea desde el minuto 5:30 aprox., por ser más fresca.
El comentario de Javier es el siguiente:
“En Portugal se vende poesía, sí; pero con el ensayo no pasa lo mismo. Este libro fue excepcional: se habló de él en radios, televisiones, periódicos, etc. Hay quien dice que este libro lo compró en Portugal hasta el que no lee novelas.
El libro aparece poco antes de que Portugal perdiera la Eurocopa de 2004, en la final y jugando en casa. Algunos quisieron ver en el libro la explicación de por qué los portugueses son así, en el espíritu de fado que lo impregna todo.
Pero también hay quien dice que el nuevo himno de Portugal debería ser esta canción de Deolinda Lisboa que se puede escuchar aquí.
http://www.youtube.com/watch?v=us9dIcLjfKM
Los que lo hemos leído en portugués tenemos que agradecer que haya sido en Extremadura donde se haya traducido al español y editado, al tiempo que me preocupa que ninguna otra editorial española se hubiera interesado en un ensayo que agotaba edición tras edición. ¿Será por el histórico (des)interés que en España hay hacia Portugal?”
Y la letra de la canción:
"Agora sim, damos a volta a isto!
Agora sim, há pernas para andar!
Agora sim, eu sinto o optimismo!
Vamos em frente, ninguém nos vai parar!
Agora não, que é hora do almoço...
Agora não, que é hora do jantar...
Agora não, que eu acho que não posso...
Amanhã vou trabalhar...
Agora sim, temos a força toda!
Agora sim, há fé neste querer!
Agora sim, só vejo gente boa!
Vamos em frente e havemos de vencer!
Agora não, que me dói a barriga...
Agora não, dizem que vai chover...
Agora não, que joga o Benfica...
e eu tenho mais que fazer...
Agora sim, cantamos com vontade!
Agora sim, eu sinto a união!
Agora sim, já ouço a liberdade!
Vamos em frente, é esta direcção!
Agora não, que falta um impresso...
Agora não, que o meu pai não quer...
Agora não, que há engarrafamentos...
Vão sem mim, que eu vou lá ter..."
sábado, diciembre 27, 2008
Más felices fiestas
viernes, diciembre 26, 2008
El tufillo del esturión
A pocos sorprenderá leer que La dama del perrito es uno de los cuentos más memorables de Antón Chéjov. (Qué pedantesca tontería. ¿A pocos? Yo creo que es al contrario. Pues, si bien en una encuesta entre mis contactos en este blog todos o casi todos responderán que han leído el cuento; sin embargo, si pregunto en la calle, en los centros comerciales o en las facultades universitarias de Letras, de Medicina, de Periodismo o de Ciencias, la mayoría de la gente responderá que no sabe nada de esa dama del lulú blanco. De todos modos, es un relato —con ese subtítulo se publicó en 1899— magistral y memorable, que recomiendo leer masivamente.) Es que, como el que busca una prueba literaria de la melancolía, la mañana de Navidad me senté a leer en el único rato que tuve este cuento de Chéjov, La dama del perrito. No sé si me llevó a él el recuerdo de que fue por las fiestas de diciembre cuando Dmitri Dmítrievich Gúrov se dispuso a viajar para ver a Anna Serguéyevna. No sé, quizá fuese el tufillo del esturión. Había escuchado en la radio la cifra de salidas que el SUMMA, el Servicio de Urgencia Médica de Madrid, hizo la Nochebuena; casi un centenar, entre intoxicaciones etílicas y heridos por peleas. En una de éstas apuñalaron mortalmente a un joven peruano. También escuché un comentario sobre las cenas en familia en el que se recomendaba qué hacer cuando tienes que aguantar a un pariente pesado. Y luego leí lo del tufillo del esturión del cuento de Chéjov. Cuando una noche, al salir del Club de Doctores, Gúrov confesó a un compañero de partida que había conocido en Yalta a una encantadora mujer. Y el compañero, un funcionario:
—Antes estaba usted en lo cierto: el esturión tenía un tufillo.
Y aquellas palabras tan corrientes parecieron sucias y humillantes a Gúrov, que tomó conciencia de que los asuntos inútiles y las conversaciones siempre sobre el mismo tema consumen lo mejor del tiempo, y, al final, sólo queda algo así como una vida boba, amputada, sin alas. ¡Con lo que tenía que contar este moscovita! Algo parecido me ha pasado a mí. Con todo lo que sugiere un cuento así y que me haya quedado en esta lectura circunstancial. Lástima.
miércoles, diciembre 24, 2008
Nos queda la palabra. Feliz Navidad
domingo, diciembre 21, 2008
La cena de los generales
La obra se estrenó en el Teatro Lope de Vega de Sevilla en octubre de 2008, y bien que lo sé. Porque meses antes me lo dijo el mismo José Luis Alonso de Santos en Cáceres, cuando acudió al Curso de Verano de la UEX “Lecciones de teatro clásico (I). Texto y representación en el teatro español del Siglo de Oro”. Los que no acudieron, y no avisaron, fueron Miguel Narros y Celestino Aranda, a quienes también invité con el deseo de que disfrutásemos de su experiencia en una mesa redonda que al final no resultó mal. Hablé con Celestino cuando estaban con los ensayos de esta obra. Lástima que, después de prepararlo todo, de anunciarlo, de reservar hotel, no viniesen a Cáceres.
No he podido verlo aún, pero el montaje tiene muy buena pinta. Sobre todo, con un texto difícil para ser puesto en escena, en la que hay que mover a docena y media de actores. Y es que el texto, que se escribió hace más de diez años, funciona muy bien, como todo lo de J.L. Alonso de Santos, que sabe lo que se trae entre manos. La escena es en el Madrid de abril de 1939, o sea, la capital del dolor de una España dividida que se representa en los fogones del Hotel Palace, donde los camareros son afectos al “glorioso ejército nacional” y los cocineros anarquistas, socialistas, comunistas, son presos que sacan de la cárcel durante unas horas para dar una cena a Franco y a sus generales. La cena de los generales. Tiene doce escenas con título, como los actos del Tenorio, una bandera, una boda, unos novios con una cocina como altar y los bajos de las pilas de un fregadero como futuro, un teniente feble, un cura republicano, un cocinero Nando (verduras) que canta zarzuelas...; y tiene esa lectura alegre del sufrimiento, amarga al cabo, por mucho que se quiera ver en esto un ejemplo de reconstrucción desde la destrucción y la derrota. Amarga, al cabo, como la historia. Por mucho que... Amarga.
viernes, diciembre 19, 2008
Felicidades, hermano
Felicidades. Me alegra continuar aquí la serie de guiños fraternales que tuvo su arbitrista y luego su reivindicación de calle. Hoy cumples 48 años. No está mal. Siempre has sido menos conductor que yo, menos timorato, menos mojonero, y ahora, a tu edad, sigues siendo más mayor, veinte meses, los que me llevas. Sigues siendo más. En fin...
Felicidades. Te dejo estas líneas aquí porque sé que te gusta cumplir años y que te lo digan. Y que no te gusta nada de nada que se queden con tu cara. Eso sí que no. Felicidades, hermano.
jueves, diciembre 18, 2008
Serafín Portillo
Un ejemplo reciente. Me envió Serafín Portillo (Plasencia, 1961) su Mapa de las corrientes (Sevilla, Renacimiento, 2008) y han sido un placer sus lecturas. Conocí la poesía de Serafín en la época del ‘aula’ cacereña de Sánchez Pascual que dio lugar a aquella antología de 1983. Luego, y salvo algunos poemas publicados en revistas, hubo un silencio de casi quince años. Serafín Portillo no publicó libros, se marchó de Extremadura, pero siguió escribiendo. En 1997 apareció Recóndito trasluz, un libro buen ejemplo de recreación de formas clásicas en la poesía moderna y de exigencia técnica; y en 2003, el ‘cambio’ lógico —resultado de un esfuerzo, de un afán, de un ejercicio— de La misma sombra, que presentó la voz actual de Serafín y de su Mapa de las corrientes, que parte o desarrolla algunos de los gestos de aquel libro anterior, sobre todo, de “Canto y bosque”, una de sus secciones. Ambas obras aparecieron en la Editora Regional de Extremadura.
Aunque las partes externas de Mapa de las corrientes, que son dos, “Genealogía” y “Carencia y forma”, tengan tanta relación con todo, es la sección central que da título al libro entero, un largo poema en ocho secuencias, la sustancia de este libro, lo mejor y más logrado de él. Sin duda, es uno de los poemas más justamente antologables en cualquier selección que se haga de la poesía extremeña, como diría el propio Serafín. Tiene todo lo que gusta, un fondo reflexivo sobre el propio quehacer con la palabra que conduce a todas las preguntas, una forma natural y clara, con un sabio dominio del ritmo, un sólido artificio literario que baraja imaginación y realidad, paisaje y escenario; imaginación como memoria y evocación, realidad como certeza, aunque sea de la mentira. Un placer.
miércoles, diciembre 17, 2008
Un poema para Ángel
Aquí está el
mi amigo.
Mecer las albas fuera nuestra vida,
comenzar a jugar más con la suerte
era como ausentarnos de la muerte
que el silencio sepulcra y nunca olvida.
Colmo fue el despertar la amanecida
condición de sabernos y saberte
frío en la cavidad desnuda y fuerte
de una sombra de luto presentida.
Entro en la noche y me disculpa el día
tu destino de nieve corrompido
sobre una lluvia seca de despojos.
Extraño doma el aire lo que lía,
lo que acampa en el humo desvivido
de esta desierta escucha de mis ojos.
José Antonio Zambrano,
noviembre de 2008
lunes, diciembre 15, 2008
La realidad lejana
Yo había ido a hablar con Juanjo sobre mi madre, que es mi realidad estos días. Me ha ayudado, también. Nos hemos ido juntos caminando hasta el centro, hablando de otras cosas. Y cada uno a lo suyo luego. Yo he llegado a casa con mi realidad y me he acordado de lo tremendo de aquella otra realidad lejana que yo he visto esta mañana en la pantalla de un ordenador.
domingo, diciembre 14, 2008
Palabras de luz
Se difundió el libro en la FITUR de Madrid hace casi un año. Un privilegio. Luego se hizo una presentación en Cáceres. Otro privilegio, sin libros.
Hace unos meses vi una fotografía en el periódico en la que la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, entregaba un ejemplar de este libro a Josep Borrell, eurodiputado socialista que fue presidente del Parlamento Europeo. Alguna crónica de aquel acto hablaba de que Cáceres había conquistado el Parlamento. Otra fotografía mostraba a la alcaldesa con el embajador de España en Francia, Francisco Villar y Ortiz de Urbina, dando a éste el libro. Fue en París. Hace menos, la ministra Carme Chacón, en su visita a Cáceres, firmaba en el Libro de Honor y, al lado, se veía este libro en una fotografía de Javier Caldera.
No hay ninguna librería que disponga de este libro para venderlo. Quizá sea porque ni siquiera tiene ISBN. Sin embargo, sí tiene buenas fotografías, textos, un interés.
viernes, diciembre 12, 2008
Muerte de un librero
Me lo dijo la semana pasada Enrique Cerrillo, que Vicente Santos, el librero cacereño, había muerto. La librería Vicente Libros de la Plaza Mayor ha sido un referente en esta ciudad. No hablé mucho con él, aunque he frecuentado su local durante veinte años. Recuerdo a su padre, el fundador de la librería allá por los años cincuenta, de quien Vicente heredó el negocio, que amplió con un local en la Plaza Mayor. Mantuvo éste hasta que un día, creo que a principios de este año, desaparecieron —para mí, sorprendentemente— los paneles con libros que ocupaban todos los días laborables los soportales de la plaza. Y la única noción de aquel vacío fue un cartel de una agencia de la propiedad inmobiliaria que proclamaba la venta o el alquiler de un local más, uno de tantos; pero que no era un local más, sino un inmueble de interés cultural. Hoy ahí no hay nada, ni un recuerdo.
La fotografía que ilustra este item me la ha proporcionado Enrique Cerrillo, que sí habló, y mucho, con Vicente. Está publicada en el libro Cáceres. La historia viva. (Cien años de la vida cacereña), editado en 1992, y es del archivo de Juan Ramón Marchena, de 1987. Agradezco los datos a Pablo Calvo, del diario Hoy, el periódico que editó ese libro de imágenes. El pie de la foto reza: “La calle Pintores continúa manteniendo su carácter comercial. En su desembocadura a la Plaza Mayor, el librero Vicente suele instalar su particular feria dedicada a los autores extremeños, como ésta del año 1987”. Vicente se asoma, poco, al corte izquierdo de la instantánea.
Su rincón de literatura extremeña era un lugar muy frecuentado. Allí podían encontrarse hasta hace poco ejemplares de aquella edición repudiada por Felipe Núñez de su libro de poemas Equidistancia (1983), de la revista Residencia que editamos siendo estudiantes, de la revista de Carande Alor Novísimo, de estudios publicados por las instituciones regionales, libros de la Institución Cultural “El Brocense” que hoy no están en la librería de la Diputación de Cáceres, ediciones de autor y otras rarezas... y no era una librería de viejo. Vicente era una de las pocas librerías cacereñas con fondo editorial. Toda la colección del Libro de Bolsillo de Alianza, de Visor o de Pre-Textos. Recuerdo que hace unos años, Manuel Borrás, que acaba de recibir el reconocimiento de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en México al Mérito Editorial, quiso visitar la librería porque le constaba que era uno de los puntos de venta en la periferia más fieles a su casa. Allí estuvimos y charlamos con Vicente. Poco, la verdad sea dicha. Era un librero sin alharacas. Y era un testigo de lo que pasaba en la calle. Un testigo ilustrado, comprometido y con su punto de rispidez, lógicamente, cuando lo que pasaba en la calle era intolerable.
No encuentro el recorte de prensa de El País Semanal; pero cuando le encargaron a Luis Landero hacer un reportaje para el colorín del periódico sobre Extremadura, habló, cuando hablaba de Cáceres, de Vicente y su librería. Bueno, habló, aunque poco, con Vicente, que pasó a ser, con la alegría de gente como yo, uno de los valores que la ciudad de Cáceres ofrecía al visitante. Sí señor.
Hace unos meses, Toñi Escobero firmaba un reportaje en El Periódico Extremadura sobre Sara Santos, la hija de Vicente, en el que ésta le hablaba de su proyecto de abrir “una librería más grande, con cafetería y sala de exposiciones y reuniones, como algunas de las grandes ciudades. También con promocionar a autores extremeños fuera de la región o recuperar el premio de poesía Mirlo Blanco que instituyó su padre.”
A la rudeza inevitable del título de este texto, de este recuerdo que aquí pongo, contesta el vivo empeño de Sara y su proyecto. Sea. En memoria de Vicente.
jueves, diciembre 11, 2008
Pablo Guerrero
domingo, diciembre 07, 2008
En el quiosco
—¿Me da La Razón?
—Cojo El Mundo.
—¿Cuánto vale El País hoy?
—¿Tiene Público?
—Quiero el Hoy.
—Hola.
—Hola, buenos días.
—Buenos días, el Hola.
—Me han entrado las Comedias de Menandro y los Caracteres de Teofrasto a 9,95 €.
sábado, diciembre 06, 2008
Con Ángel
También esta mañana Ángel en la reseña que Luis García Jambrina ha escrito sobre La vida de otro modo (Poesía 1983-2008) y publicado en ABCD las artes y las letras. Me la anunció ayer, tan amable y tan amigo, Santiago Castelo.
viernes, diciembre 05, 2008
La comedia nueva
Había muchos alumnos en el teatro, de Bachillerato y de Universidad. No en vano la estudian en clase, en panoramas de segundo y en cursos monográficos, y la lectura que ha hecho Ernesto Caballero les habrá motivado a preguntarse algunas cosas. Por ejemplo, Julia, que ha ido con algunos compañeros de 2º de Bachillerato, me ha preguntado sobre el final algo desconcertante. (La última escena de la segunda parte se convierte, con sutileza y moderación neoclásicas, en un plató televisivo con un actor principal —un principal sobresaliente como José Luis Esteban en el papel de Don Pedro— que adopta las maneras de un Jaime Cantizano o de una Patricia Gaztañaga cualquiera, que tanto da..., ¡puaj!) Un acierto, le he contestado, y lo he confirmado por su reacción y la de sus compañeros en el teatro. Un ejemplo de lectura moderna de un clásico. Un motivo de agradecimiento a los que siguen trabajando para que los jóvenes se suban a las ramas del árbol de la literatura conscientes de su tamaño. De sus años, quería decir.
—Pero lo que decía el actor estaba, básicamente, en el texto de 1792.
Le he dicho.
Y esto es lo principal, que el texto sigue funcionando con un par de pespuntes destacados. Un par, aunque hay alguno más. Al principio, la introducción muy oportuna de un ‘documental’, es decir, un trailer de La destrucción de Sagunto de Gaspar Zavala y Zamora, un dramón más infumable aquí; y, en el medio, uno de esos textos de la policía de los teatros de la época, otro acierto, pues, otro recurso fino.
He explicado en clase esta obra más de una vez, de punta a cabo, y ahora sólo me quedo con la proverbial sabiduría de los responsables de estas dos horas —casi— de buen teatro, desde el camarero Pipí —le restituyo la tilde que le han quitado en esta versión— hasta el sabio Ernesto Caballero.
Reparto: Vicente Colomar, David Lorente, Yara Capa, Natalia Hernández, José Luis Esteban, Carles Moreu, Iñaki Rikarte y Jorge Martín. La escenografía de José Luis Raymond. Vestuario de Javier Artiñano. Iluminación, Juan Gómez Cornejo. El asesor literario, Fernando Doménech. Y tantos otros.
miércoles, diciembre 03, 2008
Pablo Guerrero en Letras
lunes, diciembre 01, 2008
15 años de 'Versión Original'
Un empeño ejemplar que cumple quince años con un número en el que han sido convocados quince de los grandes colaboradores de V.O. y que aquí pueden ver reeditados uno de sus artículos en este tiempo. Sólo Eva Mª Palencia, Silvia Rins y Víctor León se atreven a rescatar textos de hace diez o más años... Es muy agradable la relectura de algunos de estos artículos, ahora acompañados de una estética de otro tiempo, o sea, el nuestro.
Como ocurriera con la última celebración, es una alegría leer a estos quince autores de siempre: Hilario J. Rodríguez, Israel Paredes, Eva María Palencia, Israel de Francisco, Víctor León, Diego Morán, Enrique Pérez Romero, Silvia Rins Salazar, José María Santiago, Lola Lasala, Ángel Román, Rocío Tizón, Vicente Mazón, Ramón Monedero y Ana Alonso.
viernes, noviembre 28, 2008
Juan Marsé, Premio Cervantes 2008
Así introdujo Manuel Vázquez Montalbán, de 21 años, uno de sus primeros trabajos periodísticos y la primera entrevista a Juan Marsé tras la publicación de su primera novela. Se publicó en diciembre de 1960, en Solidaridad Nacional, y me encanta releerla, por su sabor a tiempo y a memoria, y porque marca un punto en el pliego finito de la vida de Juan Marsé que ayer completó otra mano –quizá la misma de su amigo Manolo desde el otro lado—, muchas páginas después, para escribir una palabra más o menos precisa: justicia. Felicidades, maestro.
"Estación Rozas-Pámpano", por Carlos Medrano
De 1994 al 97 en que di clases en Jaraíz antes de volver a Mallorca —donde tan alejada quedó en lo físico Extremadura—, conviví con vosotros en varios encuentros literarios y en la Asociación de Escritores, donde me llamasteis como vocal muy generosamente. Ángel era un amigo y escritor cruzado en mi vida desde el año en que María Rosa Vicente ganó el accésit de Adonais y, en Don Benito, me hablaba de él por entonces en Salamanca, y poco después cruzamos cartas y poemas, conversaciones y generosos gestos llenos por su parte siempre de invitaciones para publicar y escribir. En su vorágine literaria de tantos proyectos y pasión lectora, era también accesible, sencillo, insobornablemente cariñoso, espléndido, familiar, grande, entre puntuales momentos también ensimismados, abismales y para mí inalcanzables. Toda su posible tensión interior se traducía en una vibración de voz y gesto tranquilo, con el calor de un padre. Dios le guarde y hoy nos permita a los que le queremos (la muerte claro que está, pero a la vez no existe) llamarnos en su nombre también Ángel. Aprendimos no en vano en Física que nada se pierde sino que se transforma. Hoy quiero ser desde lo que de él me quedó resonando en sus textos. Seguro que en su voz están todas sus claves con el deseo y la urgencia de que en cada lectura las desvelemos para nosotros vital e intuitivamente. Pertenece a los seres que buscaron desentrañar la transparencia del aire. La nostalgia y mansedumbre de su palabra tienen la tensión declinante (como los ocasos lisboetas) de lo que al aspirarlo está casi al alcance y aún nos falta, y la palabra lo incorpora a nuestros pasos siguientes: la alquimia que inaugura el sentido profundo de la vida, que en Ángel da la mano a la dimensión de lo sencillo. Entonces, el poeta crea y descubre sin importarle ya que el tiempo pase. Ése es su derroche, el de los escritores que nos dejaron las marcas de la pasión por encontrarse (o perderse). Hoy su partida, tan idéntica a la de Juan Manuel Rozas hace años: en ambos la palabra poética, el magisterio creativo, la renovación de la literatura en nuestra tierra de otra manera, el afecto invasivo de su trato... interrumpidos. Y casi igual la estación, al borde del invierno.
(Gracias, Fulgencio, como siempre)
(Gracias, también, a ti y a todos, Miguel Ángel) Es la hora del consuelo amigo y el refugio, oyendo aún su voz, en sus versos."
Difundo este texto que hoy me ha enviado Carlos Medrano, y que completa y reescribe su comentario a mi entrada del martes. En su carta electrónica me dice también:
“Paradójico tener que retomar el contacto conmovidos todavía por la despedida de este gran amigo al que casi me lo imagino deambulando con su gran corpachón en zapatillas y dando sentido humano a cualquier contacto personal suyo, a esa suerte de habernos cruzado con él, en estos años y estas latitudes del Guadiana: Guareña, Mérida, Badajoz […] Gracias por todo. A veces estas pérdidas irreparables nos unen más a los que seguimos vivos y nos devuelve una dimensión más profunda del sentido que tuvieron estos seres sin duda excepcionales. Pudimos disfrutar lo que hicieron y que en nosotros no estaba el poder hacerlo ¡Cuánto nos enriquecieron!”
jueves, noviembre 27, 2008
Un precario ejercicio de memoria
miércoles, noviembre 26, 2008
Encuentro literario
martes, noviembre 25, 2008
Ángel Campos Pámpano (Tu vida de otro modo)
Hoy el periódico traía la noticia del Premio Nacional de las Letras no deseado para Juan Goytisolo, que lo recibe con respeto y sin ilusión. Esta misma mañana en la que Ángel Campos Pámpano luchaba por y deseaba su premio, sentir un poco más el calor de Paula y de Ángela, sus hijas; de Montse, de Carmen, de sus amigos, que le lloramos todos. Lamentablemente, vuelven a coincidir Juan Goytisolo y Ángel Campos Pámpano —¡cómo exigía que el segundo apellido figurase siempre!—, los que compartieron laureles hace tres años al recibir el Premio Extremadura a la Creación, el uno a la trayectoria de autor iberoamericano, el otro al mejor libro publicado el año anterior, es decir, 2004, cuando apareció aquella elegía sublime dedicada a su madre, Paula Pámpano.
Este jueves, 27 de noviembre, sus hijas recogerán —insisto— otro premio, el Premio Eduardo Lourenço que tan merecidamente concedieron a su padre. Va a asistir, por parte portuguesa, el Presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva. Por parte española, detrás de sus hijas, deberían ir el Presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y, también, el Ministro de Cultura, César Antonio Molina, que conocía y estimaba a Ángel.
Que yo no olvide nunca
la luz que me enseñaste
Escribió estos versos en la “La lección”, un poema de La semilla en la nieve (Valencia, Pre-Textos, 2004), que hoy los tomo —gran putada—, como el que cree firmemente en lo que dicen, su parte literal, tan amable, y su parte figurada, tan sentida. Contigo, mi amigo.
Nota bene:
Mañana miércoles 26 de noviembre, se celebrará el funeral en la Iglesia parroquial de San Vicente de Alcántara (Badajoz) a las 12'00 de la mañana.
Muestras de condolencia, bien por correo electrónico u ordinario, o por telegrama, pueden enviarse a Biblioteca de Extremadura: Plaza de Ibn Marwan, s/n - 06001 Badajoz, y biex@juntaextremadura.net
hablando sobre Luis Cernuda. Nos fotografió Carlos A. López.
martes, noviembre 18, 2008
Espronceda
Será en Almendralejo, desde mañana 19 hasta el viernes 21, y con la participación de los más importantes especialistas en la historia y la literatura del XIX, y en el autor de El estudiante de Salamanca en particular. Alberto Gil Novales, Luis Caparrós, Mercedes Comellas, F. Javier Díez de Revenga, Carmen Fernández Daza, Paloma Fanconi, Manuel Fernández Nieto, Diego Martínez Torrón, Luis Maestre Álvarez, José Montero Padilla, Isabel Román Gutiérrez, Leonardo Romero Tobar, Gregorio Torres Nebrera, Isabel Román Román, Wesley J. Weaver, Guillermo Carnero, Russell P. Sebold.
La más importante reunión que sobre Espronceda se haya celebrado desde yo qué sé cuándo está organizada por el Ayuntamiento de Almendralejo, su Concejalía de Cultura, y el buen hacer de personas como Maite Pérez, de la Biblioteca Pública Municipal y Matilde Tribiño, de la Universidad Popular, y cuenta con el patrocinio de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que supongo también habrá estado o estará en otro importante centenario, el de otra cumbre del arte: Miguel de Molina (1908-1993).
lunes, noviembre 17, 2008
Poesía y vida
(para eso no hace falta publicar un solo poema),
encuentra en ello su propia recompensa.
jueves, noviembre 13, 2008
Daniel Gil
Le gustaba llamarse portadista. Empezó en el mundo de las carátulas de discos en Hispavox, y en Alianza, de la mano de Jaime Salinas, en 1966, cuando Unas lecciones de metafísica, de Ortega y Gasset, inauguró la colección El Libro de Bolsillo, fundada por el hijo del filosófo. Fue Medalla de Oro de Bellas Artes en 1984, pero no le consideraron en los Premios Nacionales de Diseño. Cuando se le quiso dar una mención, en 2001, Daniel Gil la rechazó. A él se debe el símbolo gráfico del Museo Thyssen-Bornemisza.
No creo confundirme si digo que en cientos de millares de casas españolas está la obra de Daniel Gil, que millones de personas tenemos en casa, en una estantería, algún libro de Alianza Editorial y, por consiguiente, una cubierta creada por este artista de lo visual, que ha puesto imágenes a las grandes obras de la literatura y el arte, del pensamiento filosófico y de la historia. Cuántos lectores no habrá que hayan entrado en la lectura de una de esos grandes títulos gracias a una ilustración de Daniel Gil. El diseñador Manuel Estrada, en una de las necrológicas publicadas hace cuatro noviembres, contaba que el médico que acudió a la casa de Daniel Gil para certificar su muerte, al ver algunas de las reproducciones de sus obras colgadas en el pasillo, dijo:
—¿Entonces era él? ¿Era él el de las portadas de Alianza?
Cuando en clase de 3º de Filología Hispánica analizamos La desheredada de Galdós, muestro la cubierta de la edición de Alianza (fue el número 93 de Libro de Bolsillo, en 1967), para que nos preguntemos sobre esas manos de muñeca que asoman asfixiadas de una lata deforme. Casi nadie sabe de lo que hablo, porque ellos manejan reimpresiones modernas con una cubierta muy distinta. Luego, cuando leen la novela, algunos vienen y retoman la ilustración de Daniel Gil. Y se preguntan. Un recuerdo.
miércoles, noviembre 12, 2008
García Montero
En estos días, precisamente, ando en clase con Bécquer, y, también, con la lectura que García Montero hizo de las Rimas. Tan sugerente... Hace unos años, Luis estuvo cuatro aulas por cima, y disfrutamos. Lástima que deje la Universidad. Él, que puede, en sus circunstancias.
Agudeza visual
A) Sólo está permitido el aparcamiento para carga y descarga desde las 7 a las 12 del mediodía. A partir de las 12 y hasta las 7 de la mañana, está prohibido.
B) Se puede aparcar a partir de las 12 de la mañana, ya que la señal dice que desde las 7 hasta las 12 está para la carga y descarga.
C) Significa lo que significa; pero como todo el mundo aparca...
La foto está tomada en la Plaza de San Juan de Cáceres hace cuatro días. Al lado izquierdo de la referida señal y hasta llegar a una igual pero con la flechita hacia la derecha, a lo largo de toda la acera, y más allá, suele haber, en batería, todos los coches que caben, y más. Diariamente, de lunes a lunes, y desde las doce de la mañana hasta las tantas de la noche.
Antes de esta ‘encuesta’, llamé dos veces a la Policía Local de Cáceres, que respondió, unánimemente:
—Una vez finalizado el horario de carga y descarga, se autoriza el estacionamiento. O sea, B). Qué cosas.
La próxima entrega de Agudeza Visual (versión Cáceres) será sobre la Ley de Ocio y Convivencia. Artículo 15. Beber en la calle.
domingo, noviembre 09, 2008
Pilar Narvión
Qué importante es escuchar a personas con tanta experiencia y sabiduría. Qué documento ejemplar una voz así, que rompe, potente, con la habitual templanza de las que pasan por el programa. Qué maravilla.
Pilar Narvión no necesita tener tantos años para cachondearse de aquella chica que proclamaba que había perdido la virginidad en las barricadas del mayo del 68. —¿En qué virginidad has perdido tú las barricadas? —ha dicho en un lapsus genial esta tarde esta mujer que admira “al Nadal” y no al “otro, al asturiano, un tío tieso...; ahora, el Nadal.... Tener un hijo así tiene que ser una gozada.” Qué bien ha sabido Manuel Ventero llevar una conversación con alguien que no puede estar callada, que hace de un comentario sobre lo intrascendente una declaración sobre lo que tiene importancia. “La radio es la información, la prensa escrita es la opinión”, ha dicho, al lado de la explicación sobre por qué se ha hecho siempre el moño. Y qué acierto cerrar el programa a micrófono abierto.
Lo dicho, una gozada.
domingo, noviembre 02, 2008
El concierto del jueves
Los temas conocidos como Time o Ajde Jano no oscurecieron otras piezas en las que el grupo consiguió, como en las mejores sesiones jazzísticas, encadenar variaciones de esa gama de música tradicional judía y retardar veinte minutos el aplauso de un público diverso, el de Diversia ’08, que organizó el concierto, participantes, autoridades, incluso niños, y el que conformábamos quienes acudimos sorprendidos por la programación de música de tan alta calidad a diez euros la butaca.
Como dije aquí que iba al concierto y me desmarcaba de otro acto, distante y distinto, ahora vuelvo a aquel para decir que no ha tenido ningún eco, que ni siquiera el Ayuntamiento de Badajoz, su promotor, lo recoge entre sus actos, y que ningún periódico ha dado noticia de la cosa. Debería merecer cierta atención que un grupo de historiadores se acerque con rigor a nuestro pasado tomando como motivo la conmemoración del segundo centenario de la Guerra de la Independencia.
jueves, octubre 30, 2008
Amadís
En Madrid, en la Biblioteca Nacional, hasta el 18 de enero de 2009, puede contemplarse el único ejemplar, conservado en la British Library, que existe de la edición zaragozana de uno de los libros de caballerías más representativos del género, junto a otras joyas bibliográficas. En la exposición Amadís de Gaula, 1508: quinientos años de libros de caballerías y en la magnífica página que permite una visita virtual y la consulta de materiales didácticos.
miércoles, octubre 29, 2008
Badajoz y la Guerra de la Independencia
Ricardo García Cárcel, Alfonso Rodríguez Grajera, José Pablo Blanco Carrasco, Juan García Pérez, Alberto González Rodríguez, Eduardo García-Menacho y Osset, Mª Dolores Herrero Fernández-Quesada, Miguel Ángel Lama, Miguel Ángel Melón Jiménez, Mª del Mar Lozano Bartolozzi y Fernando Sánchez Marroyo.
La edición la patrocina el comité organizador de los actos conmemorativos del Bicentenario de la Guerra de la Independencia que aglutina el Excmo. Ayuntamiento de Badajoz, quien acoge mañana el acto. Un acto del que espero salga un compromiso de difusión y distribución de una obra que merece la pena —salva sea mi parte— que esté en el mejor de los lugares dentro de la historiografía reciente sobre lo que se conmemora.
Yo me desmarco, en el mejor de los sentidos, entiéndaseme. No podré estar. Es que tengo entradas sacadas para un concierto memorable. El de Kroke en el Gran Teatro de Cáceres, mañana también, a las 21’00 horas. Impresionante. Espero dar cuenta aquí.
Merino
Merino nos ha servido, a lo largo de estos años, muchos cafés, muchos menús, más de una cerveza, y también ha compartido con algunos, entre los que me cuento, mesa y mantel en cenas navideñas.
La situación de esta mañana era, sin duda, extraña. Cuando uno sólo conoce al finado ha de recurrir a los más accesibles entre los cercanos a él —en ese momento, un compañero de trabajo— para expresar su pésame. Más especial aún fue lo que viví ayer mismo a las siete y cuarto de la mañana en la acera de una calle de Cáceres, San Francisco. Al pasar por el portal —¿el número 2?— de un edificio, vi a una mujer vestida de oscuro que salía acompañada de otras dos, y a la derecha, sobre la batería de coches aparcados, una furgoneta de servicios funerarios dispuesta a arrancar. Ya en la Facultad, anduve en mis cosas, di una clase y recibí la noticia de que Merino había fallecido de madrugada. Vivía en la calle San Francisco de Cáceres; creo que en el número 2. Era él a quien vi tan temprano. En cierto modo, sin saberlo, me despedí de él. A la misma hora en que conocí, sin saberlo, a sus dolientes. Descanse en paz.
martes, octubre 28, 2008
Asperges de notas sobre la novela PARADOJA DEL INTERVENTOR (XXI)
Pero... “La novela comienza en una estación de ferrocarril, resopla una locomotora, un vaivén de pistones cubre la apertura del capítulo, una nube de humo esconde parte del primer párrafo.” (Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero, en traducción de Esther Benítez). Y hay unos vidrios empañados que en Paradoja del interventor son unos cristales sucios y descascarillados. Hay, además, una correlación entre la locomotora y la máquina de café en las dos escenas, tanto la del de Higuera de Albalat como la del de Santiago de las Vegas […]
Para ese género de obras tan útiles como entretenidas que son los diccionarios de términos literarios, propondría la consideración de voces como eco o atmósfera (literarios), para definir una suerte de reminiscencia textual que va más allá de la compleja, lejana e incluso desprestigiada intertextualidad. No sé si, incluso, llevaría a la P del diccionario la palabra que representase la genialidad del escritor que sabe leer para escribir y proponer una lectura como hace Gonzalo Hidalgo Bayal. La palabra: paradoja, que no tiene entrada principal en el DRAE.
Nota bene:
Empecé a escribir aquí sobre Paradoja del interventor, de Gonzalo Hidalgo Bayal, en el verano de hace tres años, y mi último comentario en este sitio fue de agosto de 2006, después de una veintena de anotaciones de lectura libérrima y apasionada en asperges: I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX, XX.
sábado, octubre 25, 2008
Responsable, no culpable
“Me siento responsable, pero no me siento culpable, sencillamente porque no soy culpable” dijo, en su alegato en el juicio de 1985, el otrora temible Almirante Emilio Massera, jefe de la Armada y componente de la junta militar argentina —en la foto, el primero por la izquierda, junto a Jorge Rafael Videla y Orlando Agosti—, condenado, después de avatares, por delitos contra la humanidad.
La abismal diferencia de los contextos no alivia el malestar por la lamentable coincidencia, que un mismo medio ha propiciado. Hoy, Radio Nacional de España divulgaba las palabras de Gaspar Llamazares en los informativos y, posteriormente, en un espléndido espacio documental sobre Argentina, ponía un corte sonoro de aquel juicio.
martes, octubre 21, 2008
En la raíz de la palabra
Había dejado antes de marcharme algunos apuntes sobre esta magna edición de su poesía, y los retomo ahora, como hago con la lectura completa de los primeros textos, los que fueron desde 1982 a 1989 (El tercer jardín, Exposición) y que ahora se recogen bajo el título de La caída de Ícaro, el de un díptico en el que se reconocía parte de la mirada posterior de Olvido.
Me suena haber hablado en otro momento sobre Olvido y su sincretismo poético —por pensamiento y emoción— y, también, esa voluntad de fundir experiencias diversas de conocimiento y de expresión artística, o no, de la realidad. La lectura sobre una obra de arte o la de un gesto del artista, o la interpretación precisa de una actitud o una palabra cotidianas que generan el poema. O, claro está, la contemplación. De los árboles, por ejemplo.
“Escribir notas de poética sólo sirve para señalar en qué dirección miramos cuando hablamos de poesía”. Así abre Olvido el apéndice de esta edición que incluye algunos textos sobre o “De la escritura”. Contiene algunas reflexiones antiguas, otros textos promovidos por lecturas poéticas o el más reciente “Después de Y todos estábamos vivos”. Son esos textos sobre los que algunos escritores se excudan y que a mí casi siempre me parecen soberbios y con profundidad. Por eso, el final de la lectura de este espléndido volumen termina tan en lo alto: “De la intimidad y el exterior, o en los bosques moramos”.
lunes, octubre 13, 2008
La época de Carlos IV (1788-1808)
Será una más que buena ocasión para el encuentro con colegas y amigos; entre ellos, alguien especial a quien se rendirá un merecido homenaje al cierre de la jornada del miércoles: Francisco Aguilar Piñal.
miércoles, octubre 08, 2008
Cadalso
Después de llevar tanto tiempo con él, haber leído todo lo que escribió, hablando en clase de él (mis alumnos saben lo de las Noches lúgubres, lo de esa espléndida novela que es Cartas marruecas), trabajando ahora para poner en orden unas notas para una reunión de dieciochistas, y todo lo que me queda, afortunadamente, para defender su poesía en su sentido histórico, no podía dejar pasar este día sin hacer una mención a que un 8 de octubre José Cadalso, el autor de los Ocios de mi juventud, comenzó a existir. Por poco tiempo, pues murió, después de haber escrito algunas cosas memorables por modernas en su tiempo, herido de una granada en Gibraltar a los cuarenta años.
“La buena poesía es la piedra de toque del buen gusto de una nación o siglo”, escribió en la LXXVIII de sus Cartas marruecas publicadas póstumamente en 1789.