sábado, mayo 31, 2025

Presentes

Es un lugar común que la lectura nos hace vivir más, que nos lleva a otras realidades, nos emociona como si estuviésemos en un sitio deseado, al que nos sentimos trasportados al pasar con placer las páginas de un libro. En una novedad reciente del grupo Penguin Random House leo después del colofón: «Para viajar lejos no hay mejor nave que un libro», de Emily Dickinson. A estas alturas, no vamos a descubrir el poder de la lectura para trasladarnos a otros mundos; pero hay veces que el placer promueve experiencias menos simbólicas y más corrientes, y establece relaciones con nuestro entorno más cotidiano por una simple coincidencia. Leía semanas atrás la novela de Paco Cerdà Presentes (Alfaguara, 2024), un interesante relato múltiple que toma como hilo el hecho histórico, afectado y siniestro del cortejo que trasladó a pie los restos de José Antonio Primo de Rivera desde Alicante hasta El Escorial en once días de noviembre de 1939. En ese hilo se interpolan otras unidades textuales que son evocaciones, estampas o retratos de otros protagonistas como el Miguelillo que titula uno de estos fragmentos, que «tiene treinta y un años, se llama Miguel de Molina y esta noche actúa en el Pavón de Madrid» (pág. 55) y al que se llevan «Por marica y por rojo» (pág. 58) mientras yo contemplaba sus cosas, sus trajes, sus carteles, sus fotografías o sus cartas en la exposición que, en el ciclo para la preservación de la memoria histórica «Tiempo Negro», organizó la Diputación Provincial cacereña. En Cáceres estuvo confinado el artista entre marzo y abril de 1940. Más adelante, en «Valdemoro, km 387», otro capítulo de Presentes, escribe a mano en Mallorca un francés, Georges Bernanos, en unas cuartillas en las que se iba larvando la mutación del católico y filofalangista que condenaría la implicación indigna de la Iglesia en la guerra española: «No veía una cruzada religiosa. No veía ecos de guerra santa. Solo veía depuraciones a sangre fría y un clero oportunista, despojado de todo cristianismo, bendiciendo el aquelarre» (pág. 218); y a Bernanos escucho decir «—Desencantado. Muy pronto, el levantamiento dejó de tener aquella legítima aura nacional y cristiana que me había entusiasmado y se convirtió en una gran depuración. De pronto, en la cara de aquellos cura, militares y falangistas de última hora vi a los verdaderos enemigos de mi país, a los enemigos de la Francia eterna. Y dejé Mallorca antes de que mi voz incontinente resultara un perjuicio irreparable para los míos. Antes de que mi ejecución fuera comunicada como un accidente más de carretera». Se lo escucho por boca del actor Joan Gomila, que, junto a Òscar Intente, interpretan el diálogo del escritor francés con Stefan Zweig en la obra de Jaume Capó Z/B, que pude ver en la Sala Maltravieso de Cáceres el segundo día de mayo. Una sugerente reconstrucción de un encuentro que tuvo que darse en Brasil en 1942 entre los dos escritores, y del que ninguno de los dos dejó testimonio. Una propuesta escénica dirigida por Frederic Roda que pone el acento en un diálogo sobre cultura, escritura y dignidad, muy bien resuelta por dos intérpretes avezados que —me confesaron cuando los saludé al finalizar— todavía no tenían muy rodada la versión española de la obra en catalán, que en edición bilingüe me traje a casa (Barcelona, Mèl·loro rosso, 2024). Sin lugar a dudas, la lectura nos trasporta. En mi caso, a dos calles del barrio para reproducir a otra escala una experiencia de memoria que incorpora nuevos matices y significados a todo. A veces, leer a solas y en silencio nos predispone para probar con los demás y afuera, como el que quiere enseñar y compartir un regalo. 

sábado, mayo 24, 2025

Gaza

Buscaba un dato —que encontré, por supuesto— en mis cuadernos antiguos y me topé con este recorte de El País del verano de 2006, cuando visitamos Carmen y yo la isla de La Palma. Lo de «Ed. Canarias» no es más que había comprado mi ejemplar con un día de retraso, una mera curiosidad que no ha restado ni una pizca de aflicción a la lectura, en el contexto de la tragedia actual de Gaza, de aquella carta firmada por John Berger, Noam Chomsky, Harold Pinter y José Saramago. (Me llama la atención que en la edición digital del periódico que hoy se puede consultar falte la firma del Nobel portugués). Una desolación es constatar entre papeles domésticos llenos de recuerdos que la «larga práctica militar, económica y geográfica cuya intención política es nada menos que la liquidación de la nación palestina», de la que hablaban tan preclaros escritores, sigue justificando la masacre vigente de un pueblo; y recordar que aquellos aludían en su texto al secuestro del soldado israelí Ghuilad Shalit en junio de 2006, una acción que provocó la Operación Lluvia de Verano que causó más de cuatrocientas víctimas palestinas, de las que más de la mitad fueron civiles. No sé si la comparación de aquellas cifras con las que ahora llenan las noticias de todos los días desde octubre de 2023 podrá añadir indignación a nuestra mirada desde lejos a lo que sucede; si la contumaz hemeroteca podrá recordarnos que quienes tienen en su mano parar tal ruina son cómplices y consentidores y que, hagan lo que hagan, ya es tarde. Muy tarde.

martes, mayo 13, 2025

Poesía a escena

Hoy, en el Gran Teatro de Cáceres, se celebrará una lectura poética especial: Álvaro Valverde, Carmen Hernández Zurbano y Basilio Sánchez en ESCENA POESÍA. Una experiencia de la palabra, con tres voces principales de la poesía española contemporánea escrita por autores de Extremadura. La intención es arropar la escritura poética en un escenario inusual y ofrecerla con atractivos añadidos, como la música en directo de Juanjo Cortés, que bien sabe de música y de versos. Es una experiencia de la palabra ideada por el área de Cultura de la Diputación Provincial de Cáceres que está enmarcada en la Semana de la Literatura «Con L de Cáceres», la semana de los premios literarios que concede la Diputación cacereña. A las 20:30 horas. Entrada libre. 

lunes, mayo 12, 2025

Poesía y luna

La nueva edición —y van diez aquí— del Festival Plena Moon en Cáceres con la participación —después de un expresivo estreno el año pasado— de estudiantes de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras. En la esquina de San Pablo, en la Plaza de San Mateo, esta noche a las 21:00 horas, leerán sus poemas y también poesía de otros autores Fran López-Arza García-Mora, Daniel Macías Rodríguez, Elena Rubiales Galea, Julia González Sánchez, Esther Almoharín Sarró, Hugo García Pita y Miguel Rodríguez Oliver.

sábado, abril 26, 2025

Memorias de España 1937

Me complace difundir aquí la publicación de una nueva edición de las fascinantes Memorias de España 1937 de Elena Garro (Valencia, Bamba editorial, 2025), cuyos escritos siguen suscitando justificado interés en nuestro país. Me alegro de que el subtítulo principal de aquel trabajo de mi querida alumna Adriana Sánchez Vaquero, La presencia de Elena Garro en España, tenga su proyección y que el deseo explícito allí de que su obra fuese cada vez más conocida se cumpla con iniciativas como esta última en esta editorial que publicó tan solo hace un año su novela Testimonios sobre Mariana (Valencia, Bamba editorial, 2024), con prólogo de su incansable estudiosa y biógrafa Patricia Rosas Lopátegui, autora también de una introducción tras el prólogo de Ximena Garro —sobrina nieta de la autora— en esta edición de Memorias de España 1937. En 2018 la editorial extremeña La Moderna publicó su poesía desconocida, Cristales de tiempo, y hace muy poco, la colección Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra su novela más celebrada, Los recuerdos del porvenir, sobre la que tratamos en clase en las dos últimas semanas antes del parón de la Semana Santa. Hoy, precisamente, trae el suplemento Babelia, de El País, un informe de Andrea Aguilar sobre el rescate de grandes escritoras latinoamericanas, en el que se citan las Memorias de Garro —también obras de autoras como Albalucía Ángel, María Luisa Bombal, Marta Lynch, Alejandra Pizarnik, Rosario Castellanos, Marvel Moreno, Sara Gallardo, Armonía Somers y Amparo Dávila— y otra de sus novedades en España, la novela —de 1995, hasta ahora inédita aquí— Inés (Getafe. Madrid, Editorial Espinas, 2025). Memorias de España 1937 es la reconstrucción de lo vivido a partir de algunas apuntaciones antiguas; pero, sobre todo, como un ejercicio de recordación muy posterior a los hechos, pues es en los años setenta, durante uno de los exilios de Elena Garro —el español, entre 1974 y 1981— cuando publicó en varios medios como Informaciones, Nueva Estafeta o Cuadernos hispanoamericanos, algunos trozos en 1978 y 1979. Posteriormente, se publicaría como libro en la edición de Siglo XXI Editores de México de octubre de 1992. Lo vivido recompuesto mucho después fue el viaje a España que emprendió la jovencísima Garro, recién casada con Octavio Paz, junto a otros intelectuales mexicanos, para asistir al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas para la Defensa de la Cultura. No puedo evitar acordarme del preciso endecasílabo «Madrid, 1937», del extraordinario poema de Paz Piedra de sol (1957), como un vestigio lírico para el que el texto de Elena Garro es un testimonio rotundo con nulas concesiones al simbolismo sobre la misma circunstancia. El sabroso relato de la mexicana, sin pretensiones de objetividad, mordaz y crítico, está dividido en XVIII secuencias que reconstruyen todo el viaje desde la partida en barco de Nueva York a Europa, el viaje en tren desde París hasta Barcelona y luego Valencia, y las sucesivas estancias en Madrid (IV y XI-XII), en el frente de Pozoblanco (VIII), en Valencia (XIII) y la vuelta por París (XV) y la travesía por mar desde Cherburgo hasta Veracruz, tras parar en La Habana en donde visitaron a Juan Ramón Jiménez. La distancia temporal desde la que narra la escritora ya experimentada —y maltratada— puede condicionar la percepción de los enfrentamientos ideológicos y doctrinarios de algunos de los personajes notables que conoció, o la de su propio matrimonio —«siempre tuve la impresión de estar en un internado de reglas estrictas y regaños cotidianos, que, entre paréntesis, no me sirvieron de nada, ya que seguí siendo la misma» (pág. 179)—; sin embargo, el relato es fresco, sabroso, irónico, con notas de humor a veces, a pesar de lo descarnado de todo, y es un gusto leerlo. Especialmente, cuando se fija en algunas figuras de especial aprecio, como Luis Cernuda («Era como si Cernuda viviera separado del mundo por una cortina invisible», pág. 57), Miguel Hernández («También ahora los envidiosos podían decir que Miguel andaba disfrazado de pobre, aunque lo vieran temblar de frío», pág. 160) o César Vallejo («Nunca entendí la manía que le tenía Pablo Neruda ni la persecución que ejercía contra él […] me fascinaba el rostro grave de Vallejo, como si estuviera devorado por un terrible sufrimiento […] Aquel hombre era un hombre aparte, era un poeta. Creo que la poesía va unida a la profundidad de la bondad. Todavía veo su suéter de lana cruda y sus ojos trágicos», págs. 166-167). Hay que agradecer propuestas editoriales como estas —Testimonios sobre Mariana también— de Bamba editorial, que son rescates deleitosos y necesarios. 

martes, abril 22, 2025

Suso Díaz o la generosidad

Es una suerte de desprendimiento motivado por la voluntad de enaltecer a alguien literariamente. El caso más reciente es este Diálogo en ausencia de Ángel Campos Pámpano (Lobios. Ourense, Murabellos, 2025), sustanciado en el ánimo del sentido figurado de su primer término y la desconsoladora realidad del segundo. La imposibilia clásica que declara un homenaje. Quienes conozcan la trayectoria de Suso Díaz Estévez (Ludeiros. Orense, 1971) sabrán que su actitud tiene precedentes notorios, como los poemas de O sol dentro da cabeza (2017), sobre textos narrativos de su paisano Carlos Casares (1941-2002),  o los de Amada Rosalía (2024), dedicados a la autora de Follas novas; o su traducción al gallego de Poeta en Nueva York  en 2020, que motivó su libro de poemas De Ludeiros a Nova York, publicado en 2021. Son gestos de generosidad y de admiración por el texto ajeno que conllevan una consideración humilde y subalterna de la obra propia, una asumida postura de secundario ante el referente principal, que se representa en este Diálogo en la elección de un verso de la poesía de Ángel Campos Pámpano, tomado como título o pretexto que da pie al poema —un haiku— de Suso Díaz: «la herida es una sombra / unha medalla / que vai tomando a forma / de quen a carga» (pág. 143). Así en los 112 haikus del libro, escrito enteramente en gallego, salvo los textos de Campos y el prólogo («Su sitio en la memoria», págs. 9-11) de sus hijas Paula y Ángela Campos Fernández. Hay más precedentes de esta actitud de Suso Díaz en relación con la admirada poesía del sanvicenteño: en 2010, el programa de radio La voz en espiral, que tomó el nombre del libro de poemas de Ángel Campos de 1998, que, en dos temporadas con setenta emisiones, se dio en la radio municipal de Mérida, ciudad en la que Suso reside desde 1997; la antología dedicada a Ángel En el vuelo de la memoria (Editora Regional de Extremadura, 2018), en la que Suso convocó a casi ochenta autores y autoras que escribieron un texto —los había en español, en portugués, en catalán, en francés y en gallego— que integraba algún verso de Ángel; y el homenaje promovido por el poeta Carlos Medrano bajo el título de Recobrada memoria (Vberitas, 2022), con la reedición de los dísticos Materia del olvido, de Ángel Campos, y dísticos, otros textos e ilustraciones de casi sesenta colaboradores. Precisamente, el dístico de Suso Díaz («Cómpre chegar / baleiros de pecado, coa alma limpa») fue el acicate para este nuevo tributo del Diálogo en ausencia de Ángel Campos Pámpano. Un libro que, además, proyecta esa dadivosidad literaria de Díaz en el lector al plantear un sugerente juego creativo con la combinación de los títulos de las secciones, de los versos de Ángel Campos, de los diferentes haikus del conjunto en secuencias distintas..., en una propuesta que se explica en las «Indicacións para outras lecturas desde libro» de una hoja desplegable incluida al final, antes de los «Agradecementos», el índice, un ejercicio de nuevas composiciones con los textos y el colofón. Un libro singular, sin duda. Un nuevo gesto de generosidad de Suso Díaz, que no mereció ayer el menosprecio de la Feria del Libro de Cáceres, que supuestamente acogía su presentación. Había cuatro personas en la carpa. No cuento a la esposa de Suso; ni al técnico de sonido, que, requerido por mí —yo acompañaba al autor—, avisó para que alguien llevase el agua que nadie se había preocupado de disponer en la mesa. Hubo también a ratos dos responsables de la organización. Me dejó pasmado que la escenificación pública de un gesto de generosidad literaria como el de Suso Díaz —con el fondo dignísimo de la figura de Ángel Campos Pámpano— fuese respondida ayer con tal indiferencia. Qué tristeza.

viernes, abril 18, 2025

Joaquina Hoyas

Me emocionó ayer recibir de mi compañera y amiga Pilar Montero Curiel (apud Pepe Barquilla) esta fotografía de una esquela en la puerta de la parroquia de Madroñera que noticiaba el fallecimiento en Barcelona de Joaquina Hoyas Gómez, «Viuda de Juan Marse», este miércoles 16 de abril, pocos días después de haber cumplido los 89 años. Me conmueve que a tantos kilómetros de distancia alguien haya recordado —«Con cariño de toda tu familia»— a «la Joaquina de Herguijuela» —así figuró en la dedicatoria, por ejemplo, de El embrujo de Shanghai—, que «vino al mundo el 11 de abril de 1936 en un habitáculo serrano que pertenecía al término de Herguijuela, en la provincia de Cáceres», aunque su madre se trasladó antes de terminar la guerra civil a Madroñera, donde vivieron en «un chozo parecido a los bohíos de Cuba, hecho de ramas y paja» (págs. 266-267), como Joaquina explicó a Josep Maria Cuenca en su extraordinaria biografía de Juan Marsé, Mientras llega la felicidad (Barcelona, Editorial Anagrama, 2015), de donde tomo también la mención de su nacimiento y la mayoría de los datos de esta nota. Fue la segunda de tres hermanos. Antonia fue la mayor y Lorenzo, el pequeño, y todos acabaron emigrando; a Madrid ellas y a Alemania y Holanda el varón. En la capital, Joaquina encontró trabajo como peluquera en varios locales —había aprendido el oficio en Trujillo—, hasta que la conoció la distinguida María Rosa Campos Peñaranda —la «Marquesa»—, que llegó a tenerla como asistenta personal en sus diferentes domicilios en el hotel Wellington, en la calle del Dr. Esquerdo o una casa en El Escorial por la que pasaban los poetas Ángel González y Jaime Gil de Biedma, y junto a los que en agosto de 1964 conoció a Juan Marsé, con quien se casó en mayo de 1966. En enero de 1968 nació su primer hijo, Sacha, y en noviembre de 1969 Berta completaba la familia. Recuerdo ahora —poseo recorte— la airada y justificada reacción de Marsé a unas declaraciones del productor Andrés Vicente Gómez por las críticas del escritor al bodrio de película de Sigfrid Monleón El cónsul de Sodoma, producida por Gómez. Éste dijo que lo que verdaderamente molestaba al novelista era que hubiesen aireado aspectos de su vida personal como cómo conoció a su mujer, «que era una criadita de una marquesa de Madrid». Juan Marsé publicó en El País (jueves 14 de enero de 2010, págs. 27-28) un artículo con el título de «Peliculeros» en el que tomaba esa alusión como ejemplo de la «rencorosa mala baba del productor» y afirmaba: «Mi mujer fue la peluquera particular de María Rosa Campos, amiga ésta de Jaime Gil y de Ángel González desde mucho antes de que yo conociera a ambos poetas. Pero da lo mismo, Joaquina podía haber sido su criada, ¿y qué? ¿O es que estar casado con una criada es para el señor productor una prueba más de la insolvencia social, profesional y moral del pequeño escritor? ¿Qué tiene contra las criadas el señorito Andrés?».  Con la biografía de Josep Maria Cuenca —espléndida, insisto— se puede completar la imagen de una mujer que se abrió paso en la vida, sin duda, gracias a su coraje y su viveza, y a un «carácter nómada, que en algunos aspectos ha perdurado hasta hoy» (pág. 270), al decir del biógrafo de su marido, con quien Joaquina Hoyas tanto compartió y a quien ha sobrevivido casi cinco años. Como su familia y conocidos de Madroñera, desde Cáceres, con afecto, descanse en paz.