Esta tarde se clausuran, con una visita guiada al Gran Teatro de Cáceres, las I Jornadas de Investigación y Difusión de la Cultura Teatral que se han celebrado desde el miércoles 28 de marzo en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. Por la mañana, Marce Solís, que antes habló sobre el teatro en Extremadura —autores, compañías...—, Miguel Fresneda, Fulgencio Valares e Isidro Timón participaron en una mesa redonda sobre la situación del teatro hoy en Extremadura —y en Cáceres, más específicamente.
Fue agradable ver a algunos alumnos —no muchos, en viernes víspera de vacaciones— escuchar a quienes tienen bastante que decir sobre la realidad del teatro —la del día a día— en Extremadura. Escritores, programadores, formadores... Ojalá se consiga, poco a poco, con la expresión de pasiones, desde todos los lados, un interés por el teatro, como público.
viernes, marzo 30, 2007
miércoles, marzo 28, 2007
Meme
Me llega la invitación del 'meme literario' por Santos Domínguez. Cojo el libro que tengo más a mano, El libro de la fiebre, de Carmen Martín Gaite, que acaba de editar Cátedra en su colección "Letras Hispánicas", en edición de Maria Vittoria Calvi.
Copio a partir del segundo párrafo de la página 139:
"Y, sin embargo, yo le echo de menos, yo le recuerdo como a una persona viva. Ya sé, ya sé que no existe, que seguramente yo me lo inventé.
¿Pero por qué no vuelve? Su ausencia me ha dejado un hueco muy grande. Precisamente porque sólo yo le vi, porque no soy capaz de evocar el color de sus vestidos ni la forma de su rostro. Su ausencia es una total ausencia. Nadie me puede ayudar a recordarlo."
Realmente, ahora que veo lo del "meme", me... me doy cuenta de que fue Tato quien me implicó antes. Sea.
E invito a Daniel Casado, a Jesús García Calderón y al Instituto de E.S. Santiago Apostol.
Copio a partir del segundo párrafo de la página 139:
"Y, sin embargo, yo le echo de menos, yo le recuerdo como a una persona viva. Ya sé, ya sé que no existe, que seguramente yo me lo inventé.
¿Pero por qué no vuelve? Su ausencia me ha dejado un hueco muy grande. Precisamente porque sólo yo le vi, porque no soy capaz de evocar el color de sus vestidos ni la forma de su rostro. Su ausencia es una total ausencia. Nadie me puede ayudar a recordarlo."
Realmente, ahora que veo lo del "meme", me... me doy cuenta de que fue Tato quien me implicó antes. Sea.
E invito a Daniel Casado, a Jesús García Calderón y al Instituto de E.S. Santiago Apostol.
Contra boicoteos
Cáceres, calle Venecia. Febrero de 1984. El individuo de la foto convivía con dos amigos, de derechas ambos. En aquella casa entraban El País y el ABC diariamente, de vez en cuando una palometa que se hacía al horno, filetes de babilla, lechugas y un amigo valenciano-americano al que le gustaba mucho tomarse tras la comida una copita de "Torres 10". Tiempos de tolerancia y de libertad; curiosa —cuando no inquietante— acronía.
sábado, marzo 24, 2007
Ángel Campos Pámpano en el Aula "José María Valverde"
A las 20.00 horas del próximo lunes 26, en el Colegio Mayor "Francisco de Sande" de Cáceres, y a las 12.30 de la mañana del martes 27, en el Instituto de E. S. García Téllez de esta misma ciudad, leerá sus poemas Ángel Campos Pámpano, en la última de las sesiones de este curso del Aula "José María Valverde" de la Asociación de Escritores Extremeños. Ángel Campos fue presidente de esta asociación y fundó en 1992 el Aula poética "Enrique Díez-Canedo" de Badajoz, que dirigió hasta 2002, y su impulso propició la creación de otras aulas, como la cacereña "Valverde" en 1995. La que ahora recibe al autor de La semilla en la nieve.
miércoles, marzo 21, 2007
El pensamiento de Fernando T. Pérez sobre José Álvarez Guerra
Quiero difundir desde este espacio la presentación este jueves de un libro de importancia: El pensamiento de José Álvarez Guerra (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2007), de Fernando T. Pérez González. Es importante por lo que aporta al estudio de la historia de las ideas de un momento crucial como el que va desde los últimos años del siglo XVIII a los primeros del siguiente: y es importante en el plano sentimental, porque se trata de una obra póstuma, que por fin ve la luz, de Fernando T. Pérez. No sólo conocí al autor, sino que formé parte del tribunal, presidido por Alberto Gil Novales, que juzgó lo que fue su tesis de doctorado, presentada en la Autónoma de Madrid, y dirigida por Diego Núñez, con quien Fernando publicó ya un avance sobre la personalidad de Álvarez Guerra, en un estudio sobre la Genealogía extremeña de Antonio Machado (1989). El acto de defensa de aquella tesis fue un miércoles luminoso, el 17 de marzo de 1999. Luminoso por varias razones. Seguro que sólo yo sé lo luminoso que fue.
domingo, marzo 18, 2007
El chico de la última fila
Poco público, muy poco público el sábado en el Gran Teatro de Cáceres. Lástima. Obras así merecen ser arropadas por aplausos sin el reverbero del vacío. Había allí profesores de instituto, y más de cuatro profesores de literatura, como el personaje de Germán (Ramón Barea), en quien, seguro, se reflejaron en el lamento hiperbólico de estar educando a bárbaros y con quien disfrutamos en la manera de leer la más alta literatura: Dostoyevski, Tolstoi, Kafka, Mann, Cervantes...
El texto de Juan Mayorga y el montaje de Helena Pimenta reúnen interés social, atractivo estético y sabiduría dramática. Con mejor expresión, y no la de estas torpes líneas, debería incitarse a acudir a esta función teatral como un modo de conocer el lenguaje teatral y de valorar al actor que se sube a un escenario; y, también, como un modo de amar la lectura y la escritura. Porque todo el marco de la obra lo conforman estas dos acciones: escribir y leer. Alguien, aunque sea obligado, como un alumno, escribe un texto, y otro, aunque sea por obligación, como un profesor, lo lee. Luego todo se complica y se dignifica gracias a un “Continuará”.
La propuesta de Mayorga materializada por “UR teatro” —una de las compañías que más me ha formado como espectador— va más allá de las relaciones entre profesor y alumno, entre padres e hijos, más allá de la sátira de lo contemporáneo... La he visto en clave didáctica, como otra lección de teatro en la que un actor de veintipocos años, alumno de interpretación (Carlos Jiménez-Alfaro), en el papel de Claudio, te enseña su vocación al lado de la madurez profesional de un grande como Ramón Barea, alumno de interpretación también.
(Desde La vida es sueño de Calixto Bieito en Madrid no había visto la escena comerse parte del patio de butacas. Nunca en el Gran Teatro cacereño. Al fin y al cabo, nos permitió sentir más de cerca otra lección magistral: la escenografía.)
viernes, marzo 16, 2007
Ángel
Acabo de recoger de la imprenta el cuadernillo recién impreso que servirá como selección de textos de referencia de las lecturas poéticas que Ángel Campos Pámpano hará en el Aula José María Valverde de Cáceres los días 26 y 27 de marzo. Como siempre, repaso el resultado último de estas dos docenas de páginas por si las traicioneras erratas se cuelan en el trabajo, siempre pulcro y puntual de Miguel Lancho en Gráficas Hache y de la imprenta Tomás Rodríguez —de donde salen los libros de la Editorial Periférica—, y respiro con satisfacción.
Hoy, a la satisfacción por el trabajo bien hecho se suma la convicción en la relectura de estar ante un poeta grande que hoy me conmueve. Releo —¡cuántas veces!— “La dignidad”, el poema de La semilla en la nieve, y, además del júbilo por la amistad de quien ha escrito lo que nuevamente leo, tengo ahora el recuerdo de una voz dentro de mi teléfono que procede de un hospital de Badajoz en el que un hijo atiende a su madre. No lo distraigo de su quehacer, me tranquiliza saber que están bien, dentro de lo que sufren, y dejo que vuelva a mitigar su fiebre con un poco de agua.
"mientras pueda pensarte
no habrá olvido
[…]
acudo a ti
asciendo a tu respiración
fragmentado rumor que es puro abismo
surco abierto en la roca
cauce seco
que oculta el agua
la misma que ahora yo
acerco hasta los labios agrietados
por mitigar apenas
la fiebre que humedece
la nítida blancura de las sábanas
[…]
sé que mientras pueda decirte
no habrá olvido
que del espacio de tu nombre
ha de brotar
abiertas sus dos sílabas
la semilla en la nieve"
Hoy, a la satisfacción por el trabajo bien hecho se suma la convicción en la relectura de estar ante un poeta grande que hoy me conmueve. Releo —¡cuántas veces!— “La dignidad”, el poema de La semilla en la nieve, y, además del júbilo por la amistad de quien ha escrito lo que nuevamente leo, tengo ahora el recuerdo de una voz dentro de mi teléfono que procede de un hospital de Badajoz en el que un hijo atiende a su madre. No lo distraigo de su quehacer, me tranquiliza saber que están bien, dentro de lo que sufren, y dejo que vuelva a mitigar su fiebre con un poco de agua.
"mientras pueda pensarte
no habrá olvido
[…]
acudo a ti
asciendo a tu respiración
fragmentado rumor que es puro abismo
surco abierto en la roca
cauce seco
que oculta el agua
la misma que ahora yo
acerco hasta los labios agrietados
por mitigar apenas
la fiebre que humedece
la nítida blancura de las sábanas
[…]
sé que mientras pueda decirte
no habrá olvido
que del espacio de tu nombre
ha de brotar
abiertas sus dos sílabas
la semilla en la nieve"
Precuela
[Tras la publicación hoy en el EP3 de El País de unas "Instrucciones para una precuela", ya no pongo el texto escrito hace días para este cuaderno, ea.]
miércoles, marzo 14, 2007
De serie cómica
"—¿Qué te ocurre? ¿Haces esto porque aún no te ha crecido el bigote?"
(Mónica (Courteney Cox Arquette) a Chandler (Matthew Perry) en Friends).
(Mónica (Courteney Cox Arquette) a Chandler (Matthew Perry) en Friends).
domingo, marzo 11, 2007
El cuenco de la mano
Leo “El que guarda la lumbre”, uno de los textos del nuevo libro de prosas de Basilio Sánchez, El cuenco de la mano (Villanueva de la Serena, Littera Libros, 2007), y lo tomo como una carta de ruta para moverme por sus libros de poemas. Me oriento mejor por La mirada apacible (Pre-Textos, 1996) y descubro algunos ecos de Los bosques interiores (Col. Alcazaba, 1993 y Amarú Ediciones, 2002). Evoco “Preludio elemental” y releo los primeros versos del epílogo de A este lado del alba, su primer libro, accésit del Adonais en 1983. Puedo tomar otros textos de este breve y grato libro e iluminar muchos versos del poeta, que se mueve aquí en un terreno no tan distinto al que nos tiene habituado, el del libro de poemas. Semejante en el tono y en el pulso estilístico; distinto en el objeto, y más, en la actitud ante el objeto: la infancia, el padre, la madre, el poeta mismo y su relación con la escritura, alguna circunstancia, la primera lectura pública... Y el descubrimiento de un poeta, el polaco Adam Zagajewski. Y dos gestos: el de un padre que saca su pañuelo del bolsillo para que su hijo seque el sudor de su cara; y el de una madre que canta susurrante a su hijo recién nacido un dieciocho de junio, de 1958.
Un doce de marzo, de 2007, lunes, se presenta este libro en el Colegio Mayor “Francisco de Sande” de Cáceres, a las 20.15 horas.
sábado, marzo 10, 2007
Asombrar
De poco usada da la palabra “asombrar” el Diccionario de la Real Academia Española en su acepción de dar sombra o ensombrecer. Covarrubias en su Tesoro no la refiere, y da como significado de assombrar: “Espantarse de la sombra, vicio de bestias cortas de vista.” Hoy, los diccionarios recogen el significado de “Causar asombro a alguien” o “Sentir asombro por algo”. Como el magnífico Diccionario del español actual de Manuel Seco, que lo pone como principal, pero acompañado del otro, el de “Dar sombra a alguien o algo”. Que era la primera acepción del verbo en el Diccionario de Autoridades de nuestro siglo XVIII: “Obscurecer, hacer sombra una cosa à otra.” Y la autoridad, Quevedo, y su jácara rufianesca de la Méndez a Escarramán:
A la sombra de un corchete
Vivo en aqueste lugar,
Que es para los delincuentes
Árbol que puede asombrar.
Mal hicieron los académicos usando el ejemplo de Quevedo sólo en esta acepción, tan etimológicamente correcta y racional. El ejemplo del poeta, es obvio, valía por dos.
A la sombra de un corchete
Vivo en aqueste lugar,
Que es para los delincuentes
Árbol que puede asombrar.
Mal hicieron los académicos usando el ejemplo de Quevedo sólo en esta acepción, tan etimológicamente correcta y racional. El ejemplo del poeta, es obvio, valía por dos.
jueves, marzo 08, 2007
Exposición-Homenaje a José María Valverde
Mañana viernes, 9 de marzo, se inaugura en Cáceres, a las 20'oo horas, en el Centro Cultural "San Jorge", una exposición sobre José María Valverde organizada por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura y la Cátedra Valverde de la Universitat de Barcelona. Se trae oportunamente a Extremadura una de las actividades programadas entre abril y mayo de 2006 en Barcelona en homenaje al poeta, crítico, traductor y profesor nacido en Valencia de Alcántara (1926), con motivo de los diez años de su fallecimiento (6 de junio de 1996), y en las que participaron Francisco Rico, Rosa Regàs, Felipe Aranguren, Efi Cubero, Álvaro Valverde, Francisco Muñoz Ramírez, Esther Tusquets, Martín de Riquer, entre otros.
De la fotografía: © Willi Valverde
lunes, marzo 05, 2007
Homenaje a Gabriel García Márquez
"Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro."
(El amor en los tiempos del cólera)
La propuesta es la siguiente: del mismo modo que hoy en la Casa de América de Madrid se ha organizado una lectura pública —iniciada por la Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega— de Cien años de soledad, en homenaje al inmenso Gabriel García Márquez, escribo aquí el comienzo de El amor en los tiempos del cólera para que, quien lo desee, y, en el área de comentarios de este blog, teclee la continuación de ese texto de la novela, y que el siguiente participante continúe el fragmento dejado en el anterior comentario, y así sucesivamente. Los textos, para conseguir un cierto dinamismo, deberían estar entre las setenta y las cien palabras. No se trata de batir ningún récord, sino de un homenaje, se llegue hasta donde se llegue de las páginas de tan monumental novela.
domingo, marzo 04, 2007
El Gasco
Amaneció ayer un día extraño, por cambiante. Claro que, fuimos nosotros quienes buscamos el cambio, porque cogimos el coche y subimos a Las Hurdes. Sol y cielo abierto, nubes, amenaza de lluvia, niebla en algún alto, sol, más sol, calor... La carretera que lleva a El Gasco muere allí. No hay más. Es el confín de este norte extremeño. La carretera de al lado sí continúa, nos comunica con el mundo (el primero, el salmantino); pero ésta no, muere ahí, en El Gasco.
Desde el pueblecillo hurdano subimos a El Chorro de la Meancera. En alguna guía se lee que resulta espectacular la vista; sin embargo, le digo a Carmen que somos demasiado modestos. Llamamos ‘chorro’ a lo que en otros lugares es ‘salto’, ‘gran salto’ o ‘catarata’.
De vuelta, comida en La Herradura (o La Bruta) de Torrecilla de los Ángeles. No había estado desde que Álvaro Valverde, cuando trabajaba en Cambroncino, me llevó al antiguo local del restaurante; o sea, hace más de nueve años, que es el tiempo que nos dice la dueña —que sale de la cocina para jalearnos con la comida, buena y abundante— que llevan instalados en el nuevo local. En la pared del salón, algunas fotos y un artículo enmarcado del Hoy, creo que de hace un año, de J. R. Alonso de la Torre, que tan bien habló de este sitio. Comida abundante y barata. Garbanzos con mariscos. Cochinillo. Y lo demás. Buen trato.
En aquella ocasión —fue el 3 de abril de 1997— con Álvaro, me traje la ‘primicia’ —lo sabían Yolanda y Gonzalo— de su primera novela, que había quedado finalista en el Premio “Azorín” con el seudónimo de Sigfrido Rojas y el lema Lejos de aquí, que luego fue título de otra obra, un libro de viajes. Aquella novela fue Las murallas del mundo, publicada en 2000 por Algaida como finalista del Premio Café Gijón.
Desde el pueblecillo hurdano subimos a El Chorro de la Meancera. En alguna guía se lee que resulta espectacular la vista; sin embargo, le digo a Carmen que somos demasiado modestos. Llamamos ‘chorro’ a lo que en otros lugares es ‘salto’, ‘gran salto’ o ‘catarata’.
De vuelta, comida en La Herradura (o La Bruta) de Torrecilla de los Ángeles. No había estado desde que Álvaro Valverde, cuando trabajaba en Cambroncino, me llevó al antiguo local del restaurante; o sea, hace más de nueve años, que es el tiempo que nos dice la dueña —que sale de la cocina para jalearnos con la comida, buena y abundante— que llevan instalados en el nuevo local. En la pared del salón, algunas fotos y un artículo enmarcado del Hoy, creo que de hace un año, de J. R. Alonso de la Torre, que tan bien habló de este sitio. Comida abundante y barata. Garbanzos con mariscos. Cochinillo. Y lo demás. Buen trato.
En aquella ocasión —fue el 3 de abril de 1997— con Álvaro, me traje la ‘primicia’ —lo sabían Yolanda y Gonzalo— de su primera novela, que había quedado finalista en el Premio “Azorín” con el seudónimo de Sigfrido Rojas y el lema Lejos de aquí, que luego fue título de otra obra, un libro de viajes. Aquella novela fue Las murallas del mundo, publicada en 2000 por Algaida como finalista del Premio Café Gijón.
viernes, marzo 02, 2007
Per Abbat (2)
Un nuevo número de Per Abbat me llegó hace ya algo más de un mes gracias a María Soriano. Ya escribí aquí que es una útil herramienta de actualización didáctica y académica, y que en este perfil están su valor y su proyección. Esas miras tienen trabajos como el de Abel Alonso Mateos sobre los espacios y la escenografía del teatro barroco, el de Carolina Molina que es la segunda entrega de su teoría y práctica del relato, o la aportación del repertorio de ejercicios sobre determinantes y pronombres de Mercedes Martínez Bohórquez, entre otras colaboraciones (sobre la poesía macarrónica, sobre el español de América, o el informativo sobre el banco de datos de la RAE que publican dos de sus responsables, Mercedes Sánchez y Carlos Domínguez).
Una coincidencia me permite aportar una referencia bibliográfica afín a la revista que sostiene esta entrada. En edición de Julio Neira, antiguo compañero, me llega por otro, más amigo y más compañero, José Luis Bernal, un librito útil titulado Estrategias didácticas para el análisis de textos poéticos en la enseñanza secundaria (Paris, Consejería de Educación de la Embajada de España en Francia y Ministerio de Educación y Ciencia, Anejo I de Hispanogalia. Revista hispanofrancesa de Pensamiento, Literatura y Arte, 2006). Los dos citados, y otros amigos y conocidos como Francisco J. Díaz de Castro, Domingo Ródenas, Francisco J. Díez de Revenga, Gabriele Morelli, Felipe B. Pedraza y Juan Victorio, abordan generalizaciones sobre la didáctica de la poesía o la ecdótica de textos poéticos contemporáneos, el análisis de los romances históricos del Duque de Rivas, un comentario de un poema (“Sol en Elca”) de Vicente Gallego, una lectura del comienzo de Cántico de Guillén, otra de dos sonetos de Garcilaso, un comentario de “La rosa de las noches” de Brines, el sugerente recorrido por la poesía de un Lope de Vega poeta de la experiencia, y la presencia de la naturaleza en poesía. Todo, respectivamente.