Ahora, mi interés se centra en la desagradable sorpresa que me he llevado al comprobar cómo despiadadamente alguien ha mutilado el ejemplar que manejo de esta discreta edición de la Imprenta Nacional. Ahora da igual saber si ha sido antes de que la Universidad adquiriese este libro o después; aunque lo dudo, pues su préstamo está bastante restringido —quiero decir, que es muy probable que yo sea el único a quien se ha prestado después de comprado hace ya años. ¿Pero quién habrá querido cortar a tijera —las marcas son evidentes— las páginas 215 a 224 que contenían la oda “A la invención de la imprenta”? ¡Qué barbaridad!
¿Que cómo puedo saber que el bibliogalafate sin escrúpulos se ha llevado ese poema tan famoso de Quintana? Sencillo. El índice se conserva. Además, de mis amigos no sólo sé el número y el nombre de los hijos que tienen, sino, en algún caso, número y nombre de los libros de su biblioteca. Así, con la de Jesús Cañas, que tiene la suerte de tener un ejemplar de la misma edición de 1813, pero sin mutilar. Ha bastado una llamada telefónica para comprobar qué había en esas páginas desaparecidas. Para alguien que se dedica al estudio de la historia literaria también hay otras maneras de averiguar esto, pero ésta es la más humana.
Mi opinión sobre la colocación del sello y el trato recibido por este ejemplar cuando
me fue confiado queda para una íntima relación de causas lamentables.
A ver si lo he entendido bien...
ResponderEliminar¿Edición de 1813 mutilada con una tijera y con un sello de tinta de la propia Biblioteca de la Universidad?
Sapos, rayos, culebras y centellas valgan.
No creo que haya mucha relación entre la tijera y el sello de la Biblioteca. En mi opinión, la Universidad compró este libro ya mutilado. A veces pasa, que te las dan con queso.
ResponderEliminarNo, no: no he dicho que hubiera relación entre ambas cosas: por tu texto, quedó claro que la Universidad compró el libro mutilado ya.
ResponderEliminarLo que quería decir es que yo jamás le pondría un sello a un libro del siglo XIX. Ni del XX tampoco, la verdad. Me dan muy mala imagen, me parece estropear el libro sin razón. Ya sé que es para identificarlos, etc. etc. pero no me gusta.
Aclarado. A mí tampoco me gustan estas marcas, y menos en sitios tan visibles.
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