El personaje es de edad avanzada. Desciende del tren con una botella de cristal verde en la mano. La edad avanzada del personaje parece una referencia que se acopla al aire de degradación del espacio de la novela, la estación casi deshabitada, los perfiles de un pasado heroico, las huellas de un progreso industrial desvanecido, la luz amarilla, el olor herrumbroso... De edad avanzada, pues. Pero lo importante, en mi opinión, es la botella de cristal verde. Me explico: lo importante en términos funcionales, narrativamente hablando. Porque es importante la decrepitud ambiental con la que se inicia la novela, pues se trata de un marco, un marco sin más o un marco marcado y persistente; pero el objeto que lleva en la mano el personaje es una singularidad que en las primeras líneas del texto ya se nutre de una significación dinámica, seguramente aprovechable páginas después.
El objeto funciona al principio en su pura materialidad, pero intuimos un próximo y cierto aislamiento de la realidad y una intelectualización del mismo. Del objeto mimético es posible que pasemos a una abstracción.