O de Oviedo a Cádiz. Escribía este pasado miércoles en la preciosa ciudad del sur, a la que me llevaron asuntos académicos próximos a los intereses que me pusieron a primeros de mes en Asturias. Allí estuve en las IV Jornadas de Investigación de Jóvenes Dieciochistas organizadas por el Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII (IFESXVIII) y la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII (SEESXVIII) en los días 2 y 3 de este noviembre, y ya desde allí tuvieron que ver con lo de Cádiz de esta semana. La organización ya por cuarta vez de esas jornadas es una de las más gratificantes actividades de unas asociaciones entre cuyos principios fundamentales está contribuir al conocimiento y al estudio multidisciplinar del siglo XVIII, y fomentar ambos entre los jóvenes investigadores. La SEESXVIII, además, convoca anualmente un premio a un artículo de temática dieciochesca publicado en una revista científica —en formato papel o digital— escrito por un investigador o investigadora en etapa temprana de su carrera —en periodo doctoral o que haya defendido su tesis durante los diez años anteriores a la convocatoria. En esta modalidad, recibió su galardón en Oviedo la joven dieciochista Noelia López Souto por su trabajo «Epicureísmo y erotismo en la obra del poeta José Iglesias de la Casa. Nuevas aportaciones y lecturas», publicado en el Boletín de la Real Academia Española (tomo CII, núm. 326, de 2022). Ella, Noelia, había sido una de las participantes de estas jornadas en otros años, y representaba el resultado brillante de sus afanes en los primeros pasos en la carrera académica universitaria; en su caso, ya con otra proyección. Fue muy agradable convivir durante unas horas con otros jóvenes graduados que trabajan aún en sus tesis doctorales y que se esfuerzan para presentar de la manera más correcta posible sus últimas investigaciones, con la pretensión de encontrar un buen sitio de publicación en alguna revista de referencia. Trabajos sobre individuos de cierta relevancia en ámbitos locales o de América, sobre diplomacia, correspondencia o sobre elites o familias en diferentes momentos del siglo ilustrado, sobre prensa y la repercusión de las noticias de enfermedades, o sobre aspectos literarios en géneros como la tragedia o el prosaísmo como recurso poético del que trató el hijo de veintipocos años de un compañero dieciochista a quien conocí cuando teníamos parecida edad y no éramos doctores. Fue en el IV Encuentro De la Ilustración al Romanticismo que sobre el rey Carlos III se celebró en abril de 1988 en Cádiz, en el que algunos —como el otro día en Oviedo— les pusimos caras a las fuentes secundarias que manejábamos como referentes del dieciochismo español. Un viaje de norte a sur, de un mar a otro, en el que el tiempo presente es una orilla y el pasado otra, y la distancia entre ambos quiere sentirse como mera apariencia.
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