Este escritorio me permite componer un texto o, más bien, un hipertexto con palabras que pueden vincularse con otros sitios y otros textos que han quedado por aquí a lo largo de este año que en pocos días termina. El lector saltará como de un trampolín a otro y podrá perderse o alejarse confuso del origen de lo que estaba leyendo. Se corre ese riesgo; pero siempre tendrá la oportunidad de volver por la vereda que dejó. Es lo que tiene el hipertexto, que es un término prehistórico, sin embargo, como lejano, cuando navego y escribo y disfruto. Puedo, sí, componer un almanaque de bastantes hojas en las que hay lecturas de allí y de acá, viajes a una ciudad o a otra, y en las que quedaron marcadas con la más alta consideración y mi mejor reverencia las pérdidas de personas muy queridas como Julio, como Alicia o como Antonio. Me gustaría recoger en este espacio con más frecuencia el pie de la letra de las conversaciones con las que me favorece la gente que conozco y cuánto merece la pena escuchar a quienes saben. Quiero encontrar a alguien en quien descargar esa responsabilidad que siempre he tenido de ser el confesor que escucha lo mejor de las vidas ajenas: una amiga está enamorada y me lo cuenta; otra me dice que espera un hijo y una tercera comparte conmigo un premio muy valorado. Me hará feliz tener cerca a alguien que pueda ser la primera persona que sepa que me ha ocurrido algo bueno. Suele pasar siempre lo último, para mi suerte; pero no siempre lo primero. Otrosí, debería acabarse con ese triunfalismo que gastan los organizadores de actos académicos —congresos, cursos de verano…— y culturales —conferencias, lecturas poéticas…— cuando los clausuran celebrativamente sin haber resuelto lo más esencial de indemnizar por el viaje en autobús al participante o abonarle su estipendio. Eso de celebrar el éxito de un concierto cuando el hotel que ha alojado a la orquesta tarda en cobrar la factura seis meses es una impúdica falsedad oculta por los acordes sublimes que cautivaron al público. Mal. Evítese. No cuesta tanto. Feliz Navidad.
Tienes mucha razon. En todo. Felices días
ResponderEliminarLo abarcas todo, como siempre. Feliz navidad.
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