La primera persona con la que compartí la recepción de este libro fue mi hija Julia, a quien debo el conocimiento de algunas de las obras y algunos de los autores que son referencia en sus páginas, como Alfonso Zapico, Paco Roca o José Pablo García, los que más he leído. La segunda persona fue mi hermano Josemari, por su dedicación al estudio de la Guerra Civil española y su reivindicación rigurosa de la memoria histórica. Pensé en ambos cuando recibí de mi colega de la Universidad de Verona Felice Gambin, a quien sigo desde hace muchos años, Segni della memoria. Disegnare la Guerra civile spagnola. (Alessandria, Edizioni dell’Orso, 2020). Recoge las aportaciones de varios estudiosos a un congreso que con ese mismo título se celebró en Verona en abril de 2018, y también la «entrevista» o respuestas a un cuestionario de los autores Antonio Altarriba, Lorena Canottiere, Vittorio Giardino, Paco Roca y Alfonso Zapico en 2020, montadas por Felice Gambin. Me parece admirable este interés de fuera por la cultura y la historia españolas, y que existan colecciones como la Biblioteca di «Spagna Contemporanea», fundada en los años noventa por los historiadores Alfonso Botti y Claudio Venza, y que en los últimos años ha iniciado una nueva serie en la que se incluye este volumen colectivo en torno a los cómics o historietas (fumetti) que han tratado la Guerra Civil española y otros sucesos con ella relacionados. Precisamente, en el mismo año de celebración de aquel congreso, se publicaba en España el libro de Michel Matly El cómic sobre la Guerra civil (Madrid, Ediciones Cátedra, 2018), que insistía en la atracción del tema, y que queda bien reseñado en la nota 1 de la página 25 de este Segni della memoria. Felice Gambin presenta el libro en una introducción muy evocadora de las metáforas de la escritura y de la conjunción de palabra e imagen, y da paso a una decena de trabajos que abordan diferentes aspectos del asunto. Daniele Barbieri fija un corpus esencial constituido por novelas gráficas (utiliza el término fumetti) de Vittorio Giardino (No pasarán), Alfonso Zapico (La balada del norte), Antonio Altarriba y Kim (El arte de volar y El ala rota), y Paco Roca (Los surcos del azar). Junto a Lorena Canottiere (Verdad), son los dibujantes que concurren, como ya he dicho, en el ilustrativo capítulo final bilingüe y que responden al cuestionario del coordinador en «Raccontarsi a fumetti» (págs. 209-221). Son también los principales referentes de los trabajos del crítico y guionista de historietas Pepe Gálvez («¡No pasarán!: La vertiente internacional de la guerra española de 1936-39, en un relato gráfico que supera los límites del género»), del profesor de la Universidad Ca’Foscari de Venecia Alessandro Scarsella («Allegorie italiane della Guerra civil: da Romano il legionario a Verdad di Lorena Canottiere»), de Rosa María Rodríguez Abella en su análisis de la traducción de Los surcos del azar (I solchi del destino, por Francesca Gnetti), y también, en parte, de Felice Gambin en su «Imagini, parole e suoni della Guerra civile spagnola nel fumetto italiano». Hay otras contribuciones más generales, como las del propio Felice Gambin en una puesta al día de los kilómetros de lápiz y de colores dedicados a la Guerra Civil que sigue al trabajo de Barbieri. Luego vienen otros muy interesantes y muy bien ilustrados como el de Tomás Ortega (Universidad de Sevilla) sobre «Viñetas de la mujer en la Guerra civil española» (págs. 51-75), o el de Paola Bellomi (Università degli Studi di Siena), que alude a títulos menos conocidos y a un aspecto tan especialísimo como la presencia de los judíos en el cómic sobre la Guerra Civil, como un trazo de lo que supusieron las brigadas internacionales. Matteo Rima, de Verona, se ocupa sobre los cómics en Estados Unidos de América dedicados a la guerra española, lo que indicia el nivel de aproximación que este volumen tiene para abordar un asunto como este, que culmina sus aportaciones con «Enfoques cruzados: el paso de Robert Capa por la Guerra civil española en la novela gráfica ultra-contemporánea», de Maura Rossi (Universidad de Padova) y lo citado de Rosa María Rodríguez Abella, de Verona. Me quedo, finalmente, con la dedicatoria de Paola Bellomi en su trabajo, que cierra con un poema de José Agustín Goytisolo («Queda el polvo»), de Claridad (1961), creo: «Vorrei concludere dedicando il testo di Goytisolo ai partigiani di oggi, i volontari della resistenza curda che lottano da anni per porre fine alla guerra civile nelle loro terre e lottano per un ideale democratico que noi, forse, diamo troppo per scontato. Dalle ceneri, come dimostrano anche i romanzi grafici su cui stiamo riflettendo in questo volume, può rinascere la vita, attraverso la memoria: nostro dovere è non lasciarla ingrigire nuovamente» (pág. 87). Que vendría a decir en esta traducción de andar por casa: «Quisiera terminar dedicando el texto de Goytisolo a los partisanos de hoy, los voluntarios de la resistencia curda que luchan desde hace años por poner fin a la guerra civil en cualquier lugar y luchan por un ideal democrático que nosotros, quizá, damos demasiado por hecho. De las cenizas, como demuestran también las novelas gráficas sobre las que estamos tratando en este volumen, puede renacer la vida, gracias a la memoria: nuestro deber es no dejarla envejecer de nuevo».
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