Ha llegado más tarde a mis manos este apreciado volumen porque di la dirección de la Facultad para su envío. Cerrado el centro desde el uno de agosto, hasta el pasado miércoles no pude recoger mis ejemplares, y ahora me alegro de que me dé la oportunidad de escribir sobre esto con la lectura reciente este lunes veintidós, coincidiendo con el día en que Julián Rodríguez (1968-2019) habría cumplido cincuenta y cuatro años. A él va enteramente dedicado este libro que acaba de publicar la Editora Regional de Extremadura, con la que tantos vínculos tuvo, y en la que publicó también alguno de sus títulos, como Mujeres, manzanas (2000), en una colección que hoy todos asociamos a él y a su gusto editorial. Coordinado por Antonio Sáez Delgado, Ejercicio sentimental. El universo literario de Julián Rodríguez reúne quince colaboraciones de críticos, profesores, editores, escritores y amigos que le conocieron, sobre todo, en el ámbito humano y literario. Estoy convencido de que otro ejercicio sería el que tratase el universo artístico de Julián, y bien fácil sería convocar a un elenco equivalente para montar un volumen parejo sobre una más de las facetas de alguien cuya vida fue «plural y apasionada a partes iguales, generosa hasta el extremo en cada una de las empresas que acometía» (pág. 10), como escribe su amigo el traductor y profesor Antonio Sáez en el texto introductorio. Excepto alguna comunicación que habrá habido entre colaboradores —solo me consta la que tuve con Fernando Valls—, cada uno de los que escriben en estas páginas lo ha hecho sin conocer lo que otros han propuesto; y quizá por eso hay una serie de reiteraciones que, sin embargo, no quedan mal en la lectura completa del libro, pues nos ofrecen miradas distintas sobre unas mismas obras. Ocurre con Antecedentes (Mondadori, 2010), que está en las páginas de Fernando Valls, en las mías y en las de Pozuelo Yvancos, que también se ocupa de Cultivos (Mondadori, 2008), igual que en su capítulo («A la sombra del olivo y el acebuche») José Luis Bernal Salgado, que desarrolla la relación de Julián Rodríguez con el territorio y con lo rural, presente también en el evocador texto de David Matías, tan buen conocedor de Las Hurdes de la biografía familiar de Julián. Otras miradas sobre el mismo objeto se dan en las palabras de Marta Sanz y de Carlos Pardo, de nuevo sobre Cultivos, que, salvo por algunas alusiones muy repetidas a las «piezas de resistencia» o al «laboratorio» del escritor, insisto en que enriquecen este análisis plural del universo literario de Julián Rodríguez. Los nombres citados se reparten entre las dos divisiones de la obra, explicadas en las palabras introductorias de Antonio Sáez: «Estas páginas son, al mismo tiempo, un reconocimiento explícito de la importancia de la obra literaria de Julián Rodríguez y un homenaje a la persona que la cultivó. Por eso, este libro está divi[di]do en dos partes, que funcionan en realidad como unos vasos comunicantes: en la primera de ellas, varios ensayistas de naturaleza académica abordan diferentes aspectos de su obra literaria, mientras que en la segunda un grupo de escritores, ensayistas, editores o personas vinculadas a las artes plásticas —el universo de Julián— se acercan también a sus libros y a sus obras, a su vida» (pág. 12). A los trabajos citados de la primera sección se suman los de Isabel María Pérez González e Isabel Araújo Branco, respectivamente, sobre los personajes femeninos y Portugal en la obra de J.R. Y a los nombres mencionados de Marta Sanz y Carlos Pardo, en la segunda parte les siguen los de Gonzalo Hidalgo Bayal, que analiza la primera novela de Julián, Tiempo de invierno (Alba editorial, 1998), Martín López-Vega, editor del espléndido Diario de un editor con perro (Editora Regional de Extremadura, 2021), que habla de los cuadernos del escritor, Iván de la Nuez, que habla con Julián y de su «grandeza intelectual», o Constantino Bértolo, editor de Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás (Caballo de Troya, 2004), que recupera las palabras dichas en la presentación en su día de la obra. Andrés Trapiello, con dos textos escritos sobre Julián Rodríguez —uno en uno de los volúmenes de sus diarios, Siete moderno, de 2003, y otro en El País como necrología—, y Javier Rodríguez Marcos, con una biocronología de su hermano, cierran el volumen. Cómo lamento no poder felicitar hoy a Julián, como tantas veces años atrás. En su ausencia, felicito a su amigo Antonio Sáez por haberlo traído al presente tan bien acompañado por algunos de sus lectores, que han querido conversar con él en este ejercicio sentimental que aspira a ser una invitación a la lectura de la obra de Julián Rodríguez.
Antonio Sáez Delgado (Coord.), Ejercicio sentimental. El universo literario de Julián Rodríguez. Mérida, Editora Regional de Extremadura (Col. Estudio, 62), 2022, 176 págs.
Una marcha muy temprana la de Julián, y una ausencia terrible la que ha dejado. Me uno a tu tristeza por no poder felicitarlo en su cumpleaños. Este libro sobre su obra es muy bien recibido.
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