Lejos de leyendas y mitologías, documentadas y tratadas en una bibliografía copiosa y solvente desde hace años, cuyo último y más actualizado recuento está en el libro de David Matías (La leyenda de Las Hurdes. Geografía, literatura e historia de una comarca mítica. Departamento de Publicaciones de la Diputación Provincial de Badajoz, 2020)*, Las Hurdes es un territorio hospitalario, una «tierra sin par», en feliz hallazgo de las conclusiones de este ensayo que también contienen la «noticia de un complejo de inferioridad inculcado», que se me antoja hoy un orgulloso sentido identitario que hemos podido apreciar en algunas de las personas que nos han mostrado parte del entorno y de su idiosincrasia. Este pasado sábado vimos varias representaciones de un imaginario contemporáneo de esta comarca mítica. En primer lugar, el finis terrae de El Gasco y de la terminación de una carretera —la CC-63— que muere en una plaza en la que los vehículos tienen que dar la vuelta para salir. Esto lleva a una segunda imagen de actualidad: el turismo. Deseable si es sostenible. Si no, un hecho tan particular como un coche mal estacionado puede provocar un colapso en espacio tan reducido y poner de manifiesto que ante una realidad así la responsabilidad debe de ser máxima para procurar el desarrollo. Ocurrió el sábado cuando un camión no pudo acceder a tan recóndito sitio para descargar material de construcción (y desarrollo). Y aquí surge la tercera representación del imaginario contemporáneo del espacio mítico: lo insólito. O la supervivencia. Aquel camión varado, después de impedir la entrada y la salida a un pueblo extremo durante casi una hora, circuló marcha atrás más de un kilómetro por una carretera sinuosa y estrecha hasta que consiguió girar y seguir su tarea. Tan visto como no creíble. Supervivencia. Sobreponerse. (*) Yo sigo insistiendo en que la citación parentética en el texto —Harvard— de las fuentes utilizadas exige un listado único de referencias; pues, de lo contrario, si desconozco que Julián Rodríguez es fuente primaria, fuente secundaria teórica o fuente secundaria histórica, tendría que buscarlo en tres sitios hasta encontrar su obra citada. También sigo cada día más convencido de que es inútil que diga algo así. Saco roto, vamos. Qué cosas.
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