Comenzó la semana con libros. Bueno, no es ninguna novedad convivir con ellos permanentemente; pero hay ocasiones en que algo conspira para compilar a través de varias vías un lote de novedades de vario tipo en pocas horas. Por el pasillo de mi Facultad me llegaron los estudios dedicados a mi amigo Jesús Cañas Murillo El teatro en tiempo de los Austrias mayores (Madrid, Ediciones del Orto, 2020), que mis compañeros José Roso y Miguel Ángel Teijeiro han coordinado. Este último fue quien me dio un ejemplar antes de la celebración —este martes y este miércoles— del IV Congreso Internacional Bartolomé de Torres Naharro, que ha estado dedicado a «El teatro en el siglo XVI: autores y prácticas dramáticas», que esta vez no ha podido repetir la experiencia de desplazar a todos los participantes a Torre de Miguel Sesmero (Badajoz), en unas jornadas de convivencia académica muy saludables que, desde sus comienzos, singularizan estos encuentros. Del último celebrado allí y en Cáceres provienen los trabajos que se reúnen en ese volumen en homenaje a un compañero como Jesús Cañas, que ha vuelto emocionado a la que ha sido su casa desde 1979. Otra compañera querida, Isabel Román Román, también por la coincidencia en estos pasillos marcados con flechas blancas y azules que nos indican el camino correcto o la dirección obligatoria, me regaló dedicado su monumental libro Galdós periodista. Artículos completos en La Prensa de Buenos Aires (Cáceres, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, 2020), una edición de novecientas nueve páginas de todo el periodismo literario de Galdós en Argentina entre 1884 y 1905, con textos inéditos de esta porción de la inmensa obra del escritor que con sus crónicas hizo también una especie de dietario y de autobiografía, y que hoy podemos leer gracias a la tenaz investigación de mi colega, que ha consultado directamente los archivos de hemerotecas y bibliotecas de Buenos Aires para ofrecernos un trabajo que nadie había hecho. Luego llegaron dos sobres. Uno traía La metáfora del mirlo (León, Editores descabezados menoslobos & Eolas, 2020), que ha trasladado a formato de bello libro las entradas escritas por mi querido Pedro Ojeda Escudero en su blog durante el confinamiento, aunque las ha sometido a revisión y hay, creo, textos nuevos. Desde el jueves 12 de marzo hasta el lunes 25 de mayo. Ay, quién lo diría, que hemos pasado todo este tiempo y estamos a 8 de octubre, que es la fecha en la que anunciaba Ediciones Cátedra la publicación de Jardín concluso (Obra poética 1999-2009), de Guillermo Carnero, en edición de Elide Pittarello (Col. Letras Hispánicas, 830). Ya la tengo, gracias al autor y a la editorial, y ya puede encontrarse, pues, en librerías la reunión de los cuatro libros de poemas (Verano inglés, Espejo de gran niebla, Fuente de Médicis y Cuatro noches romanas) escritos en esta última época de la poesía del autor de Dibujo de la muerte. La «Nota del autor» y el «Esbozo autobiográfico» que cierran una introducción de más de doscientas treinta páginas evidencian el egocentrismo confeso de Guillermo Carnero, a quien se puede leer, con profusión de notas y explicaciones, en las ciento cincuenta páginas restantes de su obra. Comenzó la semana con libros.
jueves, octubre 08, 2020
Pocos pero doctos libros juntos
Comenzó la semana con libros. Bueno, no es ninguna novedad convivir con ellos permanentemente; pero hay ocasiones en que algo conspira para compilar a través de varias vías un lote de novedades de vario tipo en pocas horas. Por el pasillo de mi Facultad me llegaron los estudios dedicados a mi amigo Jesús Cañas Murillo El teatro en tiempo de los Austrias mayores (Madrid, Ediciones del Orto, 2020), que mis compañeros José Roso y Miguel Ángel Teijeiro han coordinado. Este último fue quien me dio un ejemplar antes de la celebración —este martes y este miércoles— del IV Congreso Internacional Bartolomé de Torres Naharro, que ha estado dedicado a «El teatro en el siglo XVI: autores y prácticas dramáticas», que esta vez no ha podido repetir la experiencia de desplazar a todos los participantes a Torre de Miguel Sesmero (Badajoz), en unas jornadas de convivencia académica muy saludables que, desde sus comienzos, singularizan estos encuentros. Del último celebrado allí y en Cáceres provienen los trabajos que se reúnen en ese volumen en homenaje a un compañero como Jesús Cañas, que ha vuelto emocionado a la que ha sido su casa desde 1979. Otra compañera querida, Isabel Román Román, también por la coincidencia en estos pasillos marcados con flechas blancas y azules que nos indican el camino correcto o la dirección obligatoria, me regaló dedicado su monumental libro Galdós periodista. Artículos completos en La Prensa de Buenos Aires (Cáceres, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, 2020), una edición de novecientas nueve páginas de todo el periodismo literario de Galdós en Argentina entre 1884 y 1905, con textos inéditos de esta porción de la inmensa obra del escritor que con sus crónicas hizo también una especie de dietario y de autobiografía, y que hoy podemos leer gracias a la tenaz investigación de mi colega, que ha consultado directamente los archivos de hemerotecas y bibliotecas de Buenos Aires para ofrecernos un trabajo que nadie había hecho. Luego llegaron dos sobres. Uno traía La metáfora del mirlo (León, Editores descabezados menoslobos & Eolas, 2020), que ha trasladado a formato de bello libro las entradas escritas por mi querido Pedro Ojeda Escudero en su blog durante el confinamiento, aunque las ha sometido a revisión y hay, creo, textos nuevos. Desde el jueves 12 de marzo hasta el lunes 25 de mayo. Ay, quién lo diría, que hemos pasado todo este tiempo y estamos a 8 de octubre, que es la fecha en la que anunciaba Ediciones Cátedra la publicación de Jardín concluso (Obra poética 1999-2009), de Guillermo Carnero, en edición de Elide Pittarello (Col. Letras Hispánicas, 830). Ya la tengo, gracias al autor y a la editorial, y ya puede encontrarse, pues, en librerías la reunión de los cuatro libros de poemas (Verano inglés, Espejo de gran niebla, Fuente de Médicis y Cuatro noches romanas) escritos en esta última época de la poesía del autor de Dibujo de la muerte. La «Nota del autor» y el «Esbozo autobiográfico» que cierran una introducción de más de doscientas treinta páginas evidencian el egocentrismo confeso de Guillermo Carnero, a quien se puede leer, con profusión de notas y explicaciones, en las ciento cincuenta páginas restantes de su obra. Comenzó la semana con libros.
Gracias por el acuse de recibo, querido Miguel Ángel. En efecto, el libro es y no es lo que divulgué en su día. De hecho, en el blog solo publico muy parcialmente mi diario. Lo demás queda en las tripas del ordenador. De ahí este libro, en el que hay tanto de mí. Espero que te guste.
ResponderEliminarSeguro que disfrutaré con esta lectura nueva. Enhorabuena. Un abrazo.
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