miércoles, abril 15, 2020

Diario de estos días (XXXIV)

© Tete Alejandre

«la luz por todas partes cada día» (Manuel Padorno)

Miércoles, 15. Bendito confinamiento. Entra ahora un sol espléndido por la ventana, tras un chaparrón ventoso, que me ilumina las manos mientras escribo. No esto de ahora, sino apuntes para mi clase de mañana sobre un texto extraordinario, La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes. Lo poco que sé de la Revolución Mexicana lo aprendí leyendo esta novela que leí hace más de treinta años y que recuperé el curso pasado para esta ocupación docente. Me gusta mucho, y espero que se note.  Mi vecina C. es de mi misma acera; pero está más lejos que mis vecinas T. y M., y tengo que dar más voces para que me escuche. Ayer estuvimos ponderando tras los aplausos la singular iniciativa que ha lanzado el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear y que nos comunicó poco antes por correo electrónico María Jesús Ávila, su coordinadora. Publicó en la página de la Fundación que el pasado «Viernes Santo nuestro amigo, el artista Tete Alejandre, realizaba esta magnífica fotografía del nuevo Museo Helga de Alvear desde la ventana de su casa, desde SU ventana. Y entonces lo pensamos, sólo él podría hacer esta fotografía, sólo él puede ver el museo despertándose entre la niebla desde ese enclave exacto, desde ese punto de vista, desde la intimidad e individualidad de su hogar. De la misma manera, la imagen del museo que veis desde vuestras ventanas es sólo vuestra. Pero queremos conocerla, queremos invitaros a que hagáis lo que hizo Tete, que compartáis con nosotros vuestra mirada, que nos devolváis algo que es de todos, visto por vuestros ojos». Y por eso proponen a todos los que desde su casa vean el nuevo Museo Helga de Alvear «ya sea entero o fraccionado, desde un punto de vista alto o bajo, ocupando todo el encuadre o compartiéndolo con la Casa Grande o los edificios colindantes..., le hagáis una fotografía y nos la mandéis. Sea cual sea la vista que tengáis nos interesa, a todos». Y también piden a los niños que dibujen lo que vean del museo. Nosotros, se lo decía ayer a C., solo vemos una torreta del edificio, y la imagen no tendría ninguna gracia; pero me ha parecido que quizá estas líneas, con la foto de Tete arriba, podrían representar la estampa que yo veo. 


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