miércoles, mayo 30, 2018

La Pradera

Aula 30. Examen con tan solo tres alumnas de mi curso de Textos de la Literatura Española Contemporánea. Pronto darán las siete de la tarde de un miércoles de feria en esta ciudad que parece que ahora vive para eso, como siempre, a rachas, vive para algo siempre festivo. Qué alegría. «—Hay que reconocer —me ha dicho alguien— que la feria mueve mucho dinero». Y he dicho que sí. Eso ha sido esta mañana. En cuanto pueda, me marcho a casa. Ayer, poco antes de esta hora, eran las cinco y diez de la tarde, y como tantas, yo escuchaba Radio 3, Disco Grande, el magnífico programa que dirige y presenta Julio Ruiz. Me gusta esta emisora que frecuento —o esta frecuencia que emisoro— desde que arrancó en 1979 («Me dormía con Tris, tras, tres y me despertaba con Jack el despertador», me parece que dijo un oyente. Lo suscribo); porque abrieron, al lado de la extremeña de Campanario Cristina Martínez y los «Boss Hog», con el recuerdo en homenaje a María Dolores Pradera (1926-2018), que murió el lunes. Escuchar en Disco Grande «El rosario de mi madre» no deja de ser un acontecimiento muy significativo, una demostración de que gente como Julio Ruiz sabe lo que es dedicarse a la divulgación musical con la elegancia y el respeto de quien ama la música como una de las bellas artes. Belleza y arte estaban asociadas a María Dolores Pradera. Aula 30. Examen. Segunda tarde de feria. 

1 comentario:

  1. Yo me enamoré de la Pradera estando en la mili, Miguel Ángel: me hice amigo del que llevaba las comunicaciones del cuartel y allí en su cuarto poníamos en bucle un par de cintas de casette con sus canciones.
    Abrazotes.

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