© Archivo fotográfico de Aurora Bernárdez
Ayer vi el documental Cortázar de Tristán Bauer que puso La 2 de RTVE a las once de la noche. Cuando en los primeros minutos —tras unas palabras de «Las babas del diablo»— aparece la imagen del escritor hablando de su vida en 1977 en el mítico programa de entrevistas A fondo de Joaquín Soler Serrano, y antes se escucha el preludio de la Suite nº 1 para violonchelo de Bach, uno cree que va a encontrarse con un documental fácil y lleno de todos los tópicos sobre Julio Cortázar, del que mañana celebramos los cien años del nacimiento. No; al poco tiempo, uno se da cuenta de que el provecho que saca Bauer a los fragmentos de aquella maravillosa entrevista es como un homenaje a aquel documento cuya grandeza pone de manifiesto. La base principal es la palabra de Cortázar. Sí, las evocaciones del pasado están sacadas de aquella mítica conversación; pero también hay imágenes de una conferencia de prensa en el aeropuerto de Barajas en 1981 y de una entrevista con Daniel Mendoza en 1983; hay un paseo por París. Y hay, sobre todo, textos, que es lo que da la calidad especial a este documental de Tristán Bauer, que tiene ya veinte años. El resultado es un recorrido biográfico muy interesante, más artístico y partidario que informativo; y por eso bueno. Una lástima que nuevamente RTVE muestre tan poco respeto por los contenidos de los espacios culturales que emite, y vuelva a cortar los créditos del programa. Deben de ser una pesada eternidad los dos minutos y cuarenta y cinco segundos que dura ese colofón que ofrece información que puede interesar: títulos de los trozos de música seleccionados, filiación de los fragmentos de imágenes, agradecimientos, colaboradores, aportaciones y, además, ese telón final con la foto de Julio Cortázar con su gato Teodoro W. Adorno a su regazo. Aquí puede verse completo lo que la televisión española no quiso emitir.
ResponderEliminarDecía Juan Francisco Ferré hace poco que "el antagonismo VARGAS LLOSA-CORTÁZAR no es solo una cuestión estética: supone la adhesión de la literatura a una visión del mundo y la vida". Uno está de acuerdo, y se siente sin dudarlo del lado de Cortázar.