martes, enero 28, 2014

Serendipia


En mi nuevo calendario —de Impedimenta— recomendado para letraheridos se anota en tal día como hoy, 28 de enero, que Horace Walpole inventó la palabra serendipia en 1754 en una carta a Horace Mann. Es curioso; porque hace tiempo me llamó la atención que el siempre sorprendente Diccionario del Español Actual de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos fuese el único lugar en el que en español se recogía la palabra serendipidad. La definen como «Facultad de hacer un descubrimiento o un hallazgo afortunado de manera accidental»; y como subacepción del lema: «Hallazgo o descubrimiento accidental». Para la primera traían el ejemplo de un artículo de Gustavo Villapalos en ABC (3.1.1992): «Por "serendipidad" encontró Colón las playas de Guanahaní y los esposos Curie las virtualidades radiactivas del torio». Parece que Walpole había leído un cuento persa sobre tres príncipes de un lugar llamado Serendip —Ceilán, hoy Sri Lanka— que descubrían cosas sin buscarlas. La serendipia vendría a ser una casualidad o una chiripa. Una chiripia.

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