Una de las grandes satisfacciones de un editor es que sus libros o sus autores reciban premios. Entre otras cosas, porque la editorial no se presenta; se le reconoce por ser la responsable de difundir la obra premiada. Gran mérito.
Calambur Editorial, que dirige Emilio Torné con buena mano, ha tenido la satisfacción de ver, sólo recientemente y para quien esto escribe, algunos de sus libros muy bien reconocidos, desde el Nacional de poesía de Juan Carlos Mestre por
La casa roja en 2009, pasando por el Premio Extremadura a la Creación por
Apócrifos de marzo, de José Antonio Zambrano, hasta éste, de ayer, para
Cuadernos 2000-2009, del poeta canario José María Millares Sall (1921-2009), recientísimo Premio Nacional de Poesía en 2010. Enhorabuena.
Siempre igual en este país, esperando a que se mueran los poetas o artistas inconformistas para reconocerle los méritos que les regatearon de vivos. Me parece oportuno el comentario al respecto de R-J Díaz:
ResponderEliminarhttp://rafaeljosediaz.blogspot.com/2010/10/premios-los-poetas-muertos.html
Véase la mezquindad de los "poetas de la experiencia", que prácticamente quieren impugnar el premio a Millares para dárselo a uno de los suyos, aunque para mi gusto no haya comparación entre uno y otro:
ResponderEliminarhttp://www.ideal.es/granada/v/20101007/cultura/borde-nacional-20101007.html