Un viaje fugaz, demasiado fugaz; pero placentero. Ha durado treinta horas, escasas, del sábado al domingo en que los relojes, encima, se han adelantado. Hemos ido a León. Dos años hacía que fuimos Carmen y yo. Me apetecía que Julia conociese el panteón de la basílica de San Isidoro. Tiene la suerte este curso de tener un excelente profesor de Historia del Arte en 2º de Bachillerato, de los que saben transmitir la pasión por la asignatura, y lo he notado en la manera con la que Julia ha vivido la contemplación de las bóvedas del panteón, de los capiteles, de las vidrieras de la catedral... Creo que para ella ha sido un buen regalo de cumpleaños. Se ha traído la cámara llena de fotografías, para las que raras veces hemos posado su hermano y yo.
Ventoso y frío León, pero agradable. Han sido tan pocas horas que ni la inclemencia ha durado. Por la tarde, discos y cine: Slumdog Millonaire, de Danny Boyle, que es una película emotiva sin ser tierna, contundente sin ser dura; pero tiene escenas tiernas, duras, cómicas y extremas. Con todo eso sales del cine; o sea, satisfecho. Como no se trata de hacer una crítica cinematográfica, ha sido un viaje fugaz y placentero. Novedades: ha viajado conmigo el nuevo libro de poemas de Guillermo Carnero, Cuatro noches romanas (Tusquets Editores, 2009) y he tenido ocasión de hojear el facsímil de la Biblia visigótico-mozárabe, el Codex Biblicus Legionensis (siglo X) que cuando estuve la última vez no estaba expuesto al hojeo —fui el único— del público que visita o espera en la librería. Luego, dentro, en la biblioteca, allí estaba el original, con otros códices y con varios centenares de incunables. Impresiona.
Curiosos los viajes fugaces :D aunque la próxima vez me llevo una bufanda mínimo.
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