Mis almuerzos con gente importante se tituló un libro de José María Pemán que yo tengo procesado en mi memoria sentimental porque quizá —no lo he podido confirmar ahora— era uno de los libros vistos y revistos en la biblioteca de mi hermano el mayor, de mi hermano Luis. Con Mis almuerzos con gente inquietante lo remedó la chispa genial de Manuel Vázquez Montalbán algunos años después. Hoy, sin que sirva de precedente, me vale más Pemán que Montalbán, y me he acordado de aquel título porque he comido con alguien importante: Antonio Sáenz de Miera. Algún soberbio me dirá que no debe de serlo tanto cuando ayer en el Aula de Cultura de Caja de Extremadura en Cáceres había tan poca gente para escucharle hablar sobre Aquel Mayo del 68. Da igual, el otro día estuvimos aquí mismo, en Cáceres, con una escritora brasileña que es Premio Príncipe de Asturias, y como si nada.
Aquel Mayo del 68 se titula el libro que acaba de publicar el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura sobre la edición de 1988 que apareció con el sello de Tecnos. Sáenz de Miera le ha puesto un prólogo redactado ahora, en abril, desde Cercedilla, con mucho interés para el momento (también, “¿Qué fue Mayo del 68?: del general De Gaulle a Sarkozy”, en Política exterior, núm. 123, 2008, págs. 47-52). El libro, aun con sus años, es de lo mejor que uno puede encontrarse en este bullir meditático de la efeméride.
Conozco a este hombre gracias a Pilar Mogollón, la Vicerrectora de Extensión Universitaria de la UEX. Es un gran conversador y, además, algo infrecuente en los de su ámbito —¿valdría decir ‘nivel’?—, alguien que escucha a quien tiene poco que contarle. Se lleva bien con mi Rector, me ha dicho, porque también le gusta la conversación. Se lo he dicho esta tarde, a mi Rector, con el que he hablado largo. Sáenz de Miera, un hombre importante, inquieto e inteligente, llegó hace pocas horas de Brasil. Dentro de unos minutos imparte la conferencia de ayer —otra, seguro— en el Aula HOY en Badajoz. Mañana volverá a Madrid. Hemos hablado de Andrés Trapiello y de Esperanza Aguirre, de Cáceres y del Guadarrama. Ha sido profesor de Política Social en la Universidad Complutense y en la Universidad Antonio de Nebrija. Es Doctor en Derecho y autor de libros como La sociedad necesaria (1992) y de artículos publicados en revistas como Cuenta y razón del pensamiento actual o Revista de Occidente, o en periódicos como ABC. Es director de la Fundación San Benito de Alcántara, patrono de la Fundación Iberdrola, de la Red de Fundaciones Universidad-Empresa, de la Fundación COTEC... Y un apunte que habla de su carácter y condición: me pidió una recomendación literaria como recuerdo de nuestro encuentro. Los lectores asiduos de mi blog la han adivinado:
Paradoja del interventor, de Gonzalo Hidalgo Bayal.
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