De vuelta de Zafra, hemos pasado por Mérida para estar un rato con una amiga. Tenemos tantas buenas razones en amigos para pasar por allí, que hablar de la que nos ha detenido hoy puede resultar desaire. Hacía tiempo que no iba por Casa Benito en Mérida. Recuerdo, hace más años, una noche especial en la terraza, después de una excelente lectura poética de Antonio Gamoneda. Hoy, en Casa Benito, dando buena cuenta de algunas raciones he visto por primera vez un cartel histórico. El de la corrida del 16 de mayo de 1920, en la Plaza de Toros de Talavera de la Reina, con Ignacio Sánchez Mejías, en la que “Joselito” (José Gómez Ortega o “Gallito”) murió corneado por el quinto toro, “Bailador”. En el Cossío se cuenta cómo Sánchez Mejías, que moriría en la plaza de Manzanares catorce años después, acompañó con fervor de hermano al diestro en sus últimas horas, y fue el encargado de dar muerte a aquel toro de la ganadería de la viuda de Ortega.
Un curioso y valioso efímero colgado en un lugar muy discreto, casi escondido, nada destacado, del comedor de Casa Benito. La imagen tan deficiente que me he traído obliga a pasar por allí para ver el original.
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