Nuestra Universidad y esta ciudad de Cáceres acogen el duodécimo Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval que preside Carlos Alvar. En el ámbito de los estudios filológicos y de historia literaria es todo un acontecimiento que viene celebrándose cada dos años, y más acontecimiento hoy aquí por el marco de esta edición, que por primera vez se celebra en Extremadura y en su Universidad, en nuestra Facultad de Filosofía y Letras, en donde contamos con profesores, como Javier Grande Quejigo o Jesús Cañas Murillo, directores de este congreso, que en el presente o en un pasado reciente, hacen y han hecho aportaciones notables al panorama de los estudios medievales.
Hoy he disfrutado nuevamente escuchando a quien fuera mi profesor de Literatura Medieval, Miguel Ángel Pérez Priego, que nos ha hablado de la presencia de la poesía de cancioneros en el teatro castellano desde Juan del Encina a Lucas Fernández o Torres Naharro. Sobre la poesía del siglo XV —comencé con los cancioneros de burlas— habría empezado a investigar yo de no irse de Cáceres, cuando yo aún alumnaba, este insigne medievalista, hoy profesor en la UNED.
En un apunte de la trastienda de este blog —la que esconde esbozos previos a la publicación— tengo unos versos de Juan del Encina: “Es vida perdida / vivir sin amor. /Mejor es vivir/ pesar y dolores / que estar sin amores.” Llevan la anotación lamentosa y sorprendente de “¡Qué poca poesía medieval se lee en los blogs!” Así, sin complejos. Y tiene años el apunte.
Hoy he revivido aquello al escuchar y leer en la conferencia de Pérez Priego otros versos, de Torres Naharro, por ejemplo: “Una tierra sola, Roma,/ y un Señor, un solo Dios, / y una dama sola, vos.” O los de la Farsa llamada Rosiela tomados del Cancionero General: “No quexo de mi passión, / aunque muero en padescella, / que escusa la querella / quando la causa razón.” Qué bonito.
A partir de hoy y hasta el sábado, un montón de gente sabia —Alan Deyermond, Isabel Uría, Cristina de Almeida de Ribeiro, Juan Paredes Núñez, María E. Lacarra, Vicente Beltrán..., además de los citados y otros— pisarán las calles de Cáceres, también de Guadalupe y de Trujillo, y resonarán en ellas ecos de las cantigas de escarnio alfonsíes, de la poesía cancioneril, de la galaico-portuguesa o de la prosa de don Juan Manuel. Un grato privilegio.
Estimado Profesor Lama:
ResponderEliminarHace unos días que no me asomaba por aquí para leerte, pero ya había visto el programa de ese ENORME CONGRESO del que nos hablabas ayer. Como ex de tu Facultad a mí también me llena de orgullo que acojamos eventos de tal importancia. Sin embargo, lo que más me ha movido a escribirte hoy es agradecerte que, como tu viejo Profesor Pérez Priego, tú también nos hagas revivir, con tus palabras, tantos y tan buenos recuerdos de cuando alumnabamos (te copio el palabro) en el Edificio Valhondo; sobre todo cuando, por circusntancias de la vida, estamos alejados del único e inigualable mundo de la LITERATURA.