Mi primera experiencia notable con Russell P. Sebold es de ese mismo día. Una comida en el restaurante del antiguo Hotel Extremadura de Cáceres, con él y con Jesús Aguirre, Duque de Alba. Para un licenciado en Filología tan reciente como yo en aquel momento compartir mesa y mantel con un catedrático de la Universidad de Pennsylvania —así, a pesar del Diccionario panhispánico de dudas—, autor de libros y artículos que uno había leído durante la carrera, y con un académico —también lo es Russell P. Sebold, correspondiente, de la Española—, ensayista, editor, como Aguirre, fue algo especial. Yo tenía veinticinco años y escuchaba hablar, si miraba a mi derecha, de don Américo Castro a un alumno suyo, y, si miraba a mi izquierda, de Ferrater Mora a alguien que le conoció bien.
Russell P. Sebold me hizo doctor antes de serlo, me trató como un amigo, y desde aquel primer conocimiento me consideré uno de sus alumnos, como otros colegas y amigos que tuvieron el placer de recibir sus clases en Penn.
Anda ahora como un padre orgulloso asistiendo a la promoción de la obra narrativa de su hija Alice, que publica su segunda novela, The Almost Moon, en octubre, cuando empiece el rodaje de una película sobre su primera novela, que se publicó en español bajo el título Desde mi cielo. Y, también, incansable en su tarea como ensayista, a la espera de nuevas obras, su libro En el principio del movimiento realista, que publica Cátedra, su nueva edición de la Poética de Luzán, o la versión inglesa de las Noches lúgubres de Cadalso (Lugubrious Nights), que aparecerá en University of New Mexico Press.
Felicidades, Bud.
El retrato es de Manuel Mampaso Bueno, e ilustraba las colaboraciones de Russell P. Sebold
en ABC, alternadamente con otro de Bernardo Olabarría.
Absolutamente un placer leerte. tanto que te pediría que me leyeras a mí. Roberto Zucco.
ResponderEliminarGracias, Roberto. He leído tus blogs, el actual y el anterior; y el placer es mío. Muy interesante. Seguiremos en contacto.
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