El número más reciente de Revista de Literatura, la del CSIC, y van 137 con éste, desde 1952, está enteramente dedicado a Francisco de Rojas Zorrilla, con motivo del centenario del nacimiento de este dramaturgo en Toledo en 1607. Coordinado por Luciano García Lorenzo y Abraham Madroñal es, además de una puesta al día sobre la bibliografía generada por la obra de Rojas, un asedio de gran interés sobre lados fundamentales de la producción del autor.
Tiene razón Gregorio Torres, cuando reseña la edición de Felipe Pedraza y Milagros Rodríguez Cáceres en Clásicos Castalia de Donde hay agravios no hay celos y Abrir el ojo, al poner el dedo sobre la situación flagrante en el panorama de la “maltrecha” edición de nuestros clásicos que lleva a repetir títulos y autores en los catálogos de las colecciones de clásicos de gran difusión y en los repertorios de las compañías que afrontan montajes de esos mismos clásicos... Lope, Tirso y Calderón. Desde luego, es muy saludable abrir el canon —como se hizo en épocas anteriores, y léase lo escrito por Joaquín Álvarez Barrientos en este volumen para el XVIII y el XIX— y disfrutar de creaciones de tanta altura como las de Rojas.
En este número especial, podemos leer sugerentes análisis sobre el espacio en las obras de Rojas Zorrilla, en una pieza, quizá de encargo, como Los trabajos de Tobías, en el artículo de Javier Rubiera —autor de un libro sobre la construcción del espacio en la comedia española del Siglo de Oro (Madrid, Arco/Libros, 2005)—, o en el de Ana Suárez Miramón en Casarse por vengarse y Lo que quería ver el marqués de Villena, una de las obras en las que mejor puede analizarse este aspecto. Podemos conocer la recepción de Rojas en Italia en los siglos XVII y XVIII, por la aportación de una buena conocedora del autor, Maria Grazia Profeti, la recepción “romántica” de Rojas desde los hermanos Schlegel y desde Böhl de Faber, o sea, casi nula, y la meritoria atención crítica de nombres como Martínez de la Rosa y Alberto Lista, en el trabajo de Felipe Pedraza. La recepción también de obras como Entre bobos anda el juego en la escena del teatro Español y la figura de María Guerrero, en un interesante texto de Carmen Menéndez Onrubia, y en el artículo de Luciano García Lorenzo una revisión de la fortuna escénica del autor desde el siglo XVIII —47 veces se representó Los áspides de Cleopatra entre 1709 y 1798— hasta los últimos montajes, como el de Entre bobos... en Almagro, el pasado verano, o aquel Abre el ojo que vimos en el Festival de Alcántara, con la dirección de Francisco Plaza, en el verano de 2002. Y podemos —y me gusta mucho, porque descubro sobre lo no sabido— conocer documentos nuevos sobre Rojas Zorrilla y la producción “menor” del autor, sus poemas, algún entremés. Doble y buena aportación de Abraham Madroñal. Bien.
Junto a la Bibliografía que publicaron Rafael González Cañal, Ubaldo Cerezo y Germán Vega García-Luengos (Kassel, Reincherberger, 2007) y el volumen Estudios sobre Rojas Zorrilla, de Felipe B. Pedraza Jiménez, publicado por la Universidad de Castilla-La Mancha, también en 2007, este número de la Revista de Literatura convierte esta conmemoración en un hito en el estado de los estudios sobre el dramaturgo toledano y en la labor de difusión e investigación sobre su figura y sus obras.
Desde la más completa ignorancia: da mucha envidia, mucha, leer cosas como las que escribes -en referencia a un autor teatral, que puede ser tomado como fundamento a partir del cual analizar toda una época-. Casi con seguridad: se trata de una envidia sana.
ResponderEliminarEn Almagro vi de Rojas Zorrilla "Del rey abajo, ninguno". Fue el día de la llegada. Me gustó tanto... Joaquín Notario es insustituible -interpreta al rústico de alta alcurnia-.
No sé cómo expresarlo, pero por si sirve, lo cuento: lo te llevo leido sobre teatro desprende tanta querencia que la única imagen que me viene a la cabeza que se pueda acoplar a lo que me sugiere leerte es la de esas conversaciones robadas en las terrazas de la Plaza Mayor de Almagro, al mediodía -entendiendo mediodía como algo cercano a las dos de la tarde- en las que puedes escuchar cómo Denis Rafter organiza la puesta en escena de una lectura sobre Shakespeare en la mesa contigua...
A veces es tan complicado encontrar el punto intermedio entre los que sabéis tanto de teatro y los meros espectadores apasionados...
Perdona si la reflexión está fuera de lugar, pero después de mucho tiempo buscando información sobre el teatro que más me llega, he dado contigo. Espero que sepas disculpar el ímpetu, :-)
Saludos
Es un exceso, Bambo, compararme con gente tan sabia como Denis Rafter, o con la gente que sabe de teatro, desde directores a actores, desde espectadores a profesores. Gracias. No está fuera de lugar tu reflexión, está en el lugar correcto, en este medio amigable de comunicación.
ResponderEliminarUn saludo.