La imagen de la derecha no es sólo una reproducción más de la cubierta de otro de los libros de los que a veces se habla en este cuaderno. No sólo tiene una función representativa como fachada de un contenido, no. Quisiera indicar algo más, y ese algo podría ser una manera de contemplación de lo estático. Como cuando vemos en el escaparate de una librería un libro deseado. Lo adquirimos y nos lo envuelven sin haber llegado a abrirlo. Sabemos lo que nos espera, y no es preciso más.
Me gustaría que la imagen de la derecha significase en esta entrada que tengo el libro sobre mi escritorio, y que muy pronto me dispondré a leerlo. Sin embargo, y no sé si en mi descargo, puedo decir que este libro fue escuchado por mí antes que leído, y luego leído varias veces antes que publicado.
Por eso, pido salud y años para aplicar la misma pasión que ahora por lo que hago con lo que leo y he leído, y recomponer, como si se tratase de escribir unas memorias ajenas, lo vivido con los textos escritos por un autor como José Antonio Zambrano.
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