Quizá no haya visto la nueva edición en Tusquets Editores de la novela de Gonzalo Hidalgo Paradoja del interventor porque aún no se ha publicado. La que sí se ha publicado es la nueva edición de El cerco oblícuo, que ahora vuelve a aparecer en Calambur, con nueva cubierta, con nuevo diseño.
Volviendo a lo mío, a la novela de Gonzalo Hidalgo Paradoja del interventor, recomiendo de la secuencia 24 el encuentro entre el interventor y el guardabarrera sordo, que es hermano gemelo del afilador, también sordo, en maldición simétrica. Lo significativo no es el relato de una cuestión genética, sino la estremecedora realidad de un interventor preguntando por el interventor, y la presencia de ese coro (latino) del hombre del rincón. ¿A qué el latín en esta novela? La pregunta, sin duda, propiciará alguna nota.