Mi hija es difícilmente transportable. Cada vez que tengo que desplazarla de un sitio a otro se opone, siempre que no sea suya la decisión. Escribía Vila-Matas cuando hablaba de Marcel Duchamp que un artista portátil es alguien a quien uno puede llevar tranquilamente a cualquier parte. Mi hija podrá llegar a ser artista —a su modo, lo es—, pero, desde luego, portátil, lo que se dice portátil, no.
Durante un tiempo rumié la idea de escribir algo así como una HISTORIA PORTÁTIL DE LA LITERATURA ABREVIADA, como un reflejo en homenaje a la HISTORIA ABREVIADA DE LA LITERATURA PORTÁTIL de Enrique Vila-Matas. Pronto me di cuenta de que no era más que un amago de ingenio. En realidad, si miniaturizar es hacer portátil, tanto da una historia abreviada de la literatura portátil como una historia portátil de la literatura abreviada, y, al cabo, lo que yo pretendía era plagiar a Vila-Matas con un título transpuesto.